miércoles, 6 de abril de 2016

"VIDA BUENA” O....

 “BUENA VIDA”


Vida Buena, se denomina a aquella que busca la verdad y el bien, es decir, la perfección. Y la Buena Vida, a aquella que considera la búsqueda de comodidad, el placer y las riquezas, es decir, la satisfacción de los valores terrenales.

Es lo que enseñaba Sócrates, quien se decidió por la Vida  Buena, en detrimento de la Buena Vida. Por vivir la Vida buena sacrificó su buen pasar, hasta el punto de beber la cicuta, defendiendo la verdad, sin retaceos. Sócrates encarnó valores altruistas y solidarios en su ethos, porque vivió el compromiso de vida coherente, consigo mismo y con la verdad”. 

Luego, Sócrates enseñaba lo que vivía y prefirió la muerte a renunciar a sus convicciones. La Vida Buena se fundamenta en la virtud y en la ley. Para los griegos la vida feliz se alcanza en la polis (ciudad), desarrollando la virtud individual y social, buscando afanosamente la sabrosa convivencia humana, haciendo lo que es justo. (cfr. conferencia Dr. Roger Texier - CDE-Py - 12.Ago.2010)

Desde el Edén, el homo sapiens ha sentido la tentación de la idolatría: disfrutar con una vida llena de comodidades, abultada cuenta bancaria, casas principesca, flota de vehículos. Pero la acumulación sucesiva de bienes materiales no apaga la sed de ellos, sino que la aumenta.

Cuanto más cosas tienen,  más participan de la “loca carrera de quien tiene más”, cosas que se desean, más de lo que se necesita. Los mas medias promueven sin querer o queriendo, la concupiscencia -apetito desordenado de los placeres sensibles- para fomentar un estilo de vida “consumista consumido por el consumo que lo consume”. 

Aristóteles dice que “la seguridad hay que ponerla en el conocimiento, en la concordia de hombres libres que buscan la Vida Buena, que no consiste en afanosa posesión de  riqueza. La Vida Buena y la verdadera cultura buscan el cultivo de la inteligencia (aprender a pensar), de la voluntad (aprender a querer el bien) y de la afectividad (aprender a querer a los demás, desarrollando buenos sentimientos hacia los otros).

En contraposición, la Buen Vida y la costumbre es dejarse llevar por los instintos, deseos, apetencias y emociones de cada momento. Es una fuerte tendencia hacia la vida animal (irracional).

La ética clama por la convivencia y la vida buena. No es posible una sin la otra. Para vivir bien y ser feliz es necesario aprender a convivir. “La felicidad es a las personas lo que la perfección es a los entes”, decía Leibniz (...)

Aquel articulista se pregunta: ¿Qué llena y satisface a los seres humanos? ¿Es lo mismo vivir bien que ser feliz? ¿Qué es felicidad? ¿Será posible convivir, vivir bien y ser feliz?...y el mismo se responde:

Muchas personas, y con razón, no creen en la felicidad, la consideran una ilusión, una quimera, un imposible. Algunos la interpretan como liberación de la miseria, del mal y de la desgracia; otros como logro y celebración del bien, y hay quienes la posponen para la otra vida en la cual creen.

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