¡¡SOLO A TI SEÑOR!!
¿Quién no se ha llevado en la vida alguna decepción con alguien que confía, ayuda o ama?. No ha de haber nada más triste en la vida que, creer que uno no está solo y, sin embargo, caer en la cuenta que está solo, decepcionado, triste en medio de tanta gente.
Ello a causa de insensibilidad y
egocentrismo al no sentir compasión por las desgracias del otro. Duele también
la indiferencia provocadora de tristeza, y según las estadísticas, es la
principal causa mundial de discapacidad en millones de personas, siendo los
niños y adolescentes, uno de los grupos poblacionales más afectados. (Organización Mundial de la
Salud-Ginebra Octubre de 2012).
Dice Khalil
Gibran, poeta, pintor, novelista y ensayista
1883-1931: “El corazón humano pide ayuda a gritos, el alma humana nos implora ser
liberada pero no escuchamos su llanto, porque ya no somos capaces ni de oír ni
de comprender”.
Pero hay Alguien que es capaz de comprender y amar
hasta lo indecible a esta fallida humanidad: ése es el Señor Jesús. Por ello,
en tiempos de angustia y dolor, propongo hacer uso y abuso de la oración de San
Cirilo, obispo de Jerusalém (s. IV) que dice así:
Para librarnos, eres Salvador.
Para redimirnos, eres Cordero.
Para hablarnos, eres Palabra.
Para iluminarnos, eres Luz.
Para conducirnos al Reino, eres Camino.
Para revelarnos al Padre, eres Verdad
Para renovarnos, eres Vida
Para compartir nuestra suerte, eres Hermano
Para enseñarnos, eres Maestro.
Para apacentarnos, eres Pastor.
Para introducirnos en tu rebaño, eres Puerta.
Para acompañarnos, eres Amigo.
Para alimentarnos, eres Pan.
Para alegrarnos, eres Vid.
Para reconciliarnos, eres Paz.
Para curarnos, eres Médico.
Para defendernos, eres Abogado.
Para darnos firmeza, eres Piedra angular.
Para hacernos felices, eres Servidor.
Para enriquecernos, eres Rey.
Para bendecirnos, eres Sacerdote.
Para santificarnos, eres Templo.
Para interceder por nosotros, eres Mediador.
Para colmar nuestra esperanza, eres Mesías.
Para saciarnos eternamente, eres Dios. ¡AMÉN!
¿Por qué sufrir si tenemos la solución a mano y gratis? “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré
descanso” (cfr.
Mateo 11- 28). La decisión está en cada uno de nosotros.
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