¡Somos diferentes!
El varón no es más inteligente que la mujer, ni la mujer más inteligente que el varón. Los test’s de inteligencia aplicados a ambos sexos, en diferentes edades, revelaron que tanto el varón como la mujer son inteligentes, pero de inteligencia diferente. El varón se revela más lógico; la mujer, más sensible, más llena de intuición. (Prof. J.J. Kovacevich)
La inteligencia del varón y de la mujer, se complementan; el varón mira más el todo, lo universal, mientras que la mujer cuida más el detalle, lo particular, los pormenores. El varón de raciocinio lógico, se revela más realista; la mujer es más favorecida por los sueños, por la sensibilidad intuitiva, por la creatividad. Es más emotiva que el varón, llena de sentimientos su afirmaciones; el varón más racional, deja entrever mas imparcialidad en sus juicios.
Dios no colocó al varón por encima de la mujer ni a la mujer encima del varón; los colocó uno al lado del otro, para dialogar y caminar juntos, de manos dadas por el camino de la vida. La mujer es más introvertida, el varón más extrovertido. El varón se queja fácilmente cuando sufre; la mujer sufre pero sin quejarse, lo que hace creer que ella no es tan frágil como parece. La misión de la mujer como esposa y madre es, sin sombras de duda, una de las más difíciles y espinosas del mundo; pero es también la más bonita.
Todos sin excepción nacemos de una mujer, y es por eso que ellas son generadoras de los héroes, de los patriotas, de los santos, de los pequeños y grandes, de los sabios e ignorantes de los humildes y orgullosos. Realizan un trabajo maravilloso que no siempre es reconocido.
En nuestra época millones de mujeres trabajan dentro y fuera del hogar. Muchas profesoras ejercen cuatro funciones: dueña de casa, esposa, madre y maestra. Con esto la mujer demuestra ser altamente capaz.
El varón no debe atribuirse un aire de superioridad; de nada le aprovecha querer rebajar a la mujer considerándola inferior, pues el varón y la mujer se complementan o completan en sus semejanzas y diferencias. Conocerse a uno mismo y a los otros, conocer al varón y a la mujer, con sus virtudes y defectos, con sus fortalezas y flaquezas, con sus características típicas, ayudará mucho para mantener buenas y acertadas relaciones humanas. Por eso, un escritor dice:
- El varón tiene la supremacía, la mujer la preferencia. La supremacía representa la fuerza; la preferencia representa el derecho.
- El varón es fuerte por la razón, la mujer es invencible por las lágrimas. La razón convence, las lágrimas conmueven.
- El varón es capaz de todos los heroísmos, la mujer de todos los martirios. El heroísmo ennoblece, el martirio engrandece.
- El varón es el código, la mujer es el evangelio. El código corrige, el evangelio perfecciona.
- El varón es un templo, la mujer es un sagrario. Ante el templo nos descubrimos, ante el sagrario nos arrodillamos.
- En fin el varón está colocado donde termina la tierra, y la mujer donde comienza el cielo.
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