¿SE RESPETA LA VIDA…
¡De la Persona Humana!
Hemos aprendido
que uno de los principios de la Ética dice que, el fin no justifica los medios.
Con la experiencia que me aporta la interrelación con médicos y estudiantes de
medicina, así como lecturas sobre temas de bioética, se constata que es respeto
a la vida es, muchas veces, sólo un ideal en papeles.
Los seres humanos tenemos los mismos
derechos, tanto embriones como cualquier paciente que momentáneamente o no,
queda sin actividad cerebral, tras un accidente. Hoy, el “virus” de la donación
de órganos, acosa a familiares del accidentado, a menudo muy mediatizado por
fuertes intereses de un tendal de pacientes que aguarda con suma urgencia algún
órgano salvador. ¡Aplaudo favorablemente la donación de órganos!.
Pero, esperen un
poco, antes respondan estas tres sencillas preguntas:
a) ¿Quién
y con qué autoridad determina que un paciente sin actividad cerebral es un caso
irreversible? ¿Es suficiente esta situación para donar sus órganos? ¿Se tendrá,
en estas circunstancias, matar al enfermo para que otros
vivan?. Si hay dudas, ante las dudas hay que respetar. En Introducción a la
Ética, 230 dice José R. Ayllón: “Nadie puede disparar en el bosque, cuando
duda, si lo hace sobre un hombre”
b) ¿Por qué
muchas intervenciones biológicas y médicas sobre el cuerpo humano tocan algo
más profundo que órganos y tejidos: tocan
a la persona misma para matarlas?.
Se ha oído que hay quienes niegan la
condición personal del embrión, aduciendo que ser persona es tener “autonomía
vital y capacidad de relación inteligente” (p.224). Si ese embrión
luego de 9 meses es humano, es que, humano ha sido desde su concepción. El
embrión el alguien, no algo. Lo que no fue humano desde el principio,
no lo será después.
c) ¿Por qué no se
rechaza la eutanasia, que no es sino homicidio
por compasión? Ni para el médico, ni para el paciente, ni para su familia,
la “muerte digna” por compasión debe llevar
a quitar la vida, sino a cuidarla. El juramento Hipocrático, en el cual hunde
sus raíces la ética médica, dice que la eutanasia es objetivamente un
homicidio, aunque subjetivamente, se ejecute por compasión.
El precepto “No Matarás”, ha sido eliminado,
quedando a merced de intelectualoides con “síndrome de diocesillo”, decretar la
muerte del semejante, con cualquier excusa cientificista.
¿Hace falta conocer de medicina para decir lo que aquí se dice?
Estimado lector, toléreme, por favor,
una última pregunta: ¿Qué exactamente significa esta sofisticada como ambigua expresión;
“autonomía
vital y capacidad de relación”, cuando observamos la conducta de tantos
legisladores de este empobrecido Paraguay?
Dice Bertrand Russell: “Quizá
no podamos evitar muchos crímenes, pero sí que se cometan en silencio”
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