Pedante: Se dice de la persona engreída, que hace
inoportuno y vano alarde de erudición téngala o no en realidad…persona que siente una necesidad irrefrenable de exhibir su sapiencia sin
que la ocasión lo amerite. (RAE).
Intelectualoide. Adjetivo despectivo. Se aplica a la persona que pretende parecer
intelectual, sin serlo (Larousse)
El escritor
Samuel Ramos en su libro El perfil del Hombre y la cultura en
México, en el capítulo “La pedantería” dice que
la pedantería tiene un fin, y que no sería raro que esta finalidad fuera
ignorada por el sujeto que practica este vicio.
La pedantería es
un vicio que, como todos los vicios, actúa como máscara. Algo oculta. La
pedantería se refiere principalmente al estilo de hablar y de escribir y tiene
como intención hacer gala del talento y de la erudición del sujeto que se
expresa.
“El pedante
aprovecha toda ocasión para exhibir sus cualidades, pero siempre lo hace con
inoportunidad. [...] El pedante choca siempre a los demás. Parece decir: aquí
yo soy el único que vale, ustedes son unos imbéciles”. Explica
Ramos.
¿Qué es lo que
pretende disimular la pedantería?. Según Samuel Ramos, consiste en que el
pedante desea ocultar su déficit intelectual y su sentimiento de menor valía. Dos
ejemplos ficticios que pretenden explicar lo antementado:
1. Llega el letrado al
humilde domicilio de gente guaraní-hablante, donde un niño se encuentra
agusanado. La “gente” culpa a la mamá de violar el deber de cuidado.
La pobre señora
asustada trata de evitar una posible imputación…El abogado responde: “Prima
facie nde la culpable; porque nde re guerahai ne memby hospitalpe”
¿Cómo entenderá la mamá una locución latina? ¿Por qué el letradito no le habló
en guaraní?
¿Es tal “doctor” colaborador de la justicia ignorante y pedante intelectualoide?
El problema viene cuando la persona no se percata de sus limitaciones y actúa
como si no las tuviera; de allí nace la pedantería, asegura Ramos.
2. El paciente,
luego de esperar horas, recibe del médico seca indicación: “Va tomar cada 8 hs
dos comprimidos y hágase estos estudios…luego le espero”. Cansado, dolorido,
preocupado y sogué, tímidamente balbucea: ¿Qué pio es lo que tengo doctor?
El doctor responde con trabajada
cortesía: “Nde reguerekó Síndrome de Ménieré, sus síntomas son: vértigo
con náuseas, vómitos, tinnitus y pérdida auditiva…¿entendés pa? Otros he í:
¡Cuidáte…usá
hipoclorito
de sodio! ¿Porqué pio no dice lavandina nomas?
El pobre dice Gueno mbaé, aháma…y se
retira sin entender un pito de lo que escuchó, porque es como si le hayan
hablado en arameo.
¿Por qué no toman un minuto para explicar al prójimo como manda el juramento hipocrático?
Es un ataque al sentido común negar que,
hay excelentes profesionales, dedicados y con amplio sentido de humanidad en
todas las disciplinas. No todos son “tiburones con dientes largos y afilados”
Ellos están libres de este agriado comentario.
Aprendamos todos del Aquel que no se
puede contener en el universo por su por y Gloria, Rey de reyes y Señor de
señores: el Señor Jesús que dijo…Servir es mejor que ser servido. ¡Bendecida Cuaresma para todos!