LECCIÓN DE
VIDA (Lucas 16, 1-8)
Era un hombre rico que
tenía un administrador a quien acusaron ante él de corrupto; le llamó y le
dijo: "¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque ya
no serás mi administrador".
Se dijo a sí mismo el administrador:
"¿Qué haré… mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo;
mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer (…) Y convocando uno por
uno a los deudores de su señor, dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi
señor?"