En muchos países se está buscando desarrollar
leyes y programas de salud sexual y reproductiva que nuevamente, con la excusa
de ayudar a la mujer, promueven la distorsionada visión de la Ideología del
Género.
Así la Ideología del Género quiere
hacernos pensar que todos los problemas de la mujer se deben a que los varones
la han reducido al papel de víctima. Inventaron el término “sociedad
patriarcal”, y continuamente sostienen que el hombre aprovecha esta
forma de organización sólo para perjudicar a la mujer. Es por ello que la
Ideología del Género, le propone a la mujer cambiar radicalmente. Dejar de ser
lo que ha sido hasta ahora y buscar vencer al varón en su propio campo. Transforma
la relación entre varones y mujeres en una lucha de poderes.
La
trampa principal es hacernos
creer que hombres y mujeres no nos diferenciamos prácticamente en nada y que
los roles sexuales son intercambiables. Hay una serie de manipulaciones de la
biología y de lenguaje. En general, esta Ideología del Género no beneficia a
nadie y perjudica particularmente a la mujer.
El primer paso de esta ideología fue cambiar los conceptos de sexo masculino
y sexo femenino que la humanidad ha utilizado desde siempre, por el de género.
Al principio parecía simplemente una manera diferente y elegante de decir lo
mismo. Incluso, hoy día, mucha gente sigue pensando que género es otra forma de decir masculino
y femenino, sin mayor peligrosidad.
Pero pronto se vio que las intenciones eran otras. La primera gran batalla por
querer imponer “el género” ocurrió durante la 4ª Conferencia Internacional sobre
la Mujer celebrada en Pekín, 1995.
Estadísticamente, en los Estados Unidos esto está comprobado que en las familias bien constituidas es donde menos violencia existe. Violencia existe, normalmente en las relaciones entre el varón y la mujer, que no son familia, que no son estables, que no tienen un proyecto de vida común; son las relaciones temporales, y allí donde ocurren los mayores abusos. Qué hay violencia contra la mujer, sí la hay.
En algunos contextos sociales o
geográficos aún falta trato justo hacia las mujeres: en educación,
salud e incluso, en cuanto a la decisión de su propio futuro. Como dice el
mismo Juan Pablo II, muchas veces
son los elementos culturales que provocan dichas desigualdades, por eso estamos
llamados a iluminar desde el evangelio y a superar para el bien, la convivencia entre varones y
mujeres.
La televisión católica EWTN, ha elaborado
el presente material ilustrativo sobre la Teoría, Perspectiva o Ideología de Género. El apreciado
amigo Padre Román, hace varios años ya, tenido la gentileza de hacérmelo llegar, y queriendo compartir
sus enseñanzas, las presento en varios artículos:
La palabra Simonía deriva de Simón el Mago, quién quiso comprarle a San Pedro el poder para imponer las manos. Simón es un peculiar personaje de los Hechos de los Apóstoles (8, 9-19) que, entre otras cosas, quiso comprarle al Apóstol Pedro su poder para hacer milagros y así, ganar dinero.
En sí mismas, las pasiones ni son buenas
ni malas. Solo reciben calificación moral en la medida en que dependen de la
razón y de la voluntad. Las pasiones – afirma S. Tomás - se llaman voluntarias
“o
porque están ordenadas por la voluntad, o porque la voluntad nose opone a ellas” Corresponde y
pertenece al hombre el que las pasiones estén reguladas por la razón. (CIC 1767)
La tercera parte del Catecismo de la Iglesia
Católica de la primera sección, nos presenta una sabrosa enseñanza sobre la libertad
del hombre y dice así: “Todo hombre ha sido creado racional y libre; por ello
es digno. El hombre es racional, y por ello semejante a Dios; fue creado libre
y dueño de sus actos” (San Ireneo). (cfr. CIC 1730)
Sabido es
que la lectura es uno de los procesos cognitivos más complejos que lleva a cabo
el homo sapiens, porque aprender a leer es ardua tarea, sobre todo, en una
fauna carente de cultura lectora, como la nuestra. Por ello alguien dijo alguna
vez: sostener un libro en la mano es signo de inteligencia; leer y entender, ya
simplemente resulta una gran hazaña.
Una leyenda cuenta como Dios tuvo
misericordia con un hombre que se quejó de su cruz demasiado pesada. Lo hizo
entrar en una sala donde estaban reunidas todas las cruces de los hombres y le dijo:
“¡Elige!”. El hombre se puso a buscar la cruz menos pesada. Vio una muy fina,
pero fue mucho más larga y por eso muy incómoda. Vio unan pequeña pero
queriéndola levantar se dio cuenta de que fue pesada como plomo. (Vivir con
Cristo p. 200)