jueves, 14 de noviembre de 2019

MALAS RELACIONES HUMANAS y,

Resultado de imagen de el primer crimen de la historia. cain mato a abelEL PRIMER CRIMEN DE LA HISTORIA

Por historia conocemos que los primeros hombres no supieron vivir en el mundo donde fueron colocados. Hoy tampoco sabemos vivir en este complejo mundo posmoderno.

Desde el inicio de este “valle de lágrimas”, el terrícola recibió el don de habla, lenguaje. Adán puso nombres a los animales. Hablaba con Eva y con Dios. También Caín y Abel conversaban, como hermanos que eran, hasta que un día la envidia, se instaló en el corazón de Caín, y mató a su hermano.

Así, acabaron las primeras relaciones humanas y fraternas. La sangre del primer hermano muerto marcó las primeras relaciones humanas brutales. ¡Y la historia se repite!

La primera ciudad del mundo, la que se dieron las primeras relaciones sociales (públicas), fue fundada por Caín, un hombre marcado por Dios, porque cometió con sus propias manos el primer homicidio (fratricidio) y, entonces, la tierra se manchó con la primera sangre humana. ¡Y la historia se repite!

Cuántas comunidades no se miran como amigas y destrozan todo relacionamiento; no se pasan las manos; no dialogan. Se enfrentan en guerras inútiles, como fueron todas las guerras, que destruyen relaciones de amistad y comprensión. ¡Y la historia se repite!

Si la gente habla cara a cara, mirándose al rostro, generalmente son sinceras. Quién desvía la mirada de su interlocutor, se cree que, en general, tiene mucho que esconder, o porque no es sinceras. ¡Y la historia se repite!

Tal inicio de su vida en la tierra, el hombre aprendió a dominar a los animales para, luego, con el auxilio de los mismos, pudieron dominar también la agricultura.

Hoy el hombre domina la tierra, los animales y la técnica; y sin embargo, tiene dificultades para dominarse a sí mismo, vencer su egoísmo.

También olvida y su relacionamiento con sus semejantes y su precioso relacionamiento con Dios.

Los problemas  muchas veces rodean, y envuelven al hombre. Si el hombre no pierde la fe en su destino ni la confianza en su trabajo, en esos momentos se gana admiración, simpatía y amistad de los que lo rodean. Estamos realmente delante de un hombre que sabe y merece vencer.

Cuando un hombre irradia confianza en sí mismo y se vuelve digno de confianza, prepara la base de las buenas relaciones humanas, pues nadie quiere relacionarse con alguien en quien no pueda confiar.

Ojalá pudiéramos vivir mejores relaciones humanas. ¡Podemos... si queremos!

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