¿POR QUÉ NO… ÁMBOS?
Un alma caritativa, quizá con la
esperanza de aportar a mi redención, hace tiempo, me envió una batería de
preguntas, que gustosamente comparto contigo, pues ciertamente…con el tiempo, me
resultó muy provechosa:
¿Pensaste qué pasaría si trataras a la
Biblia de la misma manera que tratas a tu celular? ¿Cargaste tu Biblia en el
maletín o en el bolsillo de tu campera, como haces con el celular? ¿Y qué pasaría si le dieras a tu Biblia una
hojeada, varias veces al día…como lo haces “dedeando” tu celular?
¿Cuántas veces no regresaste para buscar
tu celular, de casa o del trabajo…haría lo mismo cuando olvidas tu Biblia? ¿Usaste
la Biblia para enviar mensaje a tus amigos, así como lo haces con el celular?.
Luego de estas inquietantes preguntas,
el resultado de una profunda reflexión (luego de haber vivido mucho tiempo una
existencia poco admirable) y ya iniciando el duro proceso de mi conversión,
señalo conclusiones y propósitos:
• ¡Qué bueno sería regalar a los niños
una Biblia, y enseñarles a usar para comunicarse con Dios, Dueño y Señor de
todo lo que somos y tenemos!
• ¡Qué lindo sería llevar la Biblia
cuando viajamos, para utilizarla como ayuda y auxilio!
• ¡Cuánto provecho sacaríamos si
usáramos la Biblia en caso de angustia y emergencia!
• ¡Y, pensar que la Biblia, al contrario
del celular, nunca se queda sin señal!
• ¡Y, pensar que con la Biblia, podemos
conectarnos sin problemas, en cualquier lugar!
* ¡Tampoco tendremos que preocuparnos
del “saldo”. Jesucristo lo cargó para siempre!
• Además, la mejor noticia es que: ¡nunca
se corta la comunicación y la carga de la batería dura toda la vida!
Es posible que el comentario resulte muy
“idealista y trasnochado”, en tal caso, por favor, manda a la papelera de
reciclaje.
Pero te aseguro - aunque no lo creas – que
con un poquito de predisposición te resultará, no sólo agradable, sino además, demasiado
provechoso… y te apuesto doble contra sencillo… ¡no te arrepentirás!
Hacé nomás la prueba, total….nada
perdés…en cambio…mucho vas a ganar, como ganó este “ex fracasado”, hoy servidor
regenerado por la misericordia de Aquel que no se puede contener en el
universo, por su Poder y Gloria, el Rey de reyes y Señor de Señores:¡¡¡EL SEÑOR
JESÚS!!!
Doy testimonio de lo mucho que la Biblia
-Palabra de Dios - me ayudó. Hoy tengo por costumbre enviar semanalmente
mensajes de esperanza y gracia, porque lo mismo, hicieron conmigo. Así las
cosas, hago oportuna la ocasión para reiterar mi gratitud, a aquel anónimo
bienhechor.
Lo bueno es que conservo mi celular y además... ¡evangelizo con la ayuda del celular! ¿POR QUÉ NO… ÁMBOS?
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