¡PARA
REFLEXIONAR…!
“Enséñame cómo aprender y no qué
aprender. Enséñame a pensar y no tan solo qué debo pensar. Así desarrollaré mi
inteligencia y no solamente mi memoria. No me regañes delante de mis compañeros:
me haces sentir humillado y temeroso de ser rechazado por ellos. Aceptaré mejor
tus correcciones si me haces calmadamente y en privado.
Señálame mis cualidades y reconoce mis
habilidades. La confianza que así desarrollo en mis capacidades me anima a
esforzarme y me hace sentir valioso y adecuado. No me insultes con palabras ni
con gestos despectivos. Me haces sentir menospreciado y sin ánimo para corregir
mis faltas y debilidades.
Ten en cuenta mi esfuerzo y mi progreso,
no solo el resultado final. A veces con poco esfuerzo logro mucho….pero es más
meritorio cuando pongo todo mi empeño, aunque logre poco. Nota lo que hago bien
y no solo lo que hago mal. Cuando subrayas mis éxitos y no mis fracasos, me
siento motivado a seguir mejorando.
Confía en mí y demuéstrame tu confianza.
Trátame con cariño, cortesía y respeto. De esta forma te admiraré y, por lo
tanto, desarrollaré un profundo respeto por ti. No me amenaces, pero si lo
haces, cúmplelo. Si no cumples lo prometido, aprenderé que, haga lo que haga,
siempre saldré eximido.
No me ruegues ni me implores que me
porte bien. Te obedeceré cundo me lo exijas con firmeza y sin hostilidad.
Procura hacer clases amenas e interesantes, en las que yo pueda participar. Me
aburo cuando todo es rutina, solo tú hablas y yo nada puedo aportar. Cundo te
haga preguntas, no me digas: ¡eso ya lo expliqué!.
A veces tus explicaciones no son claras
o suficientes para mí; si pregunto es porque quiero aprender y aprender. No
tengas preferencias. Cuando alabas a uno e ignoras a potros, deterioras
nuestras relaciones y haces de mis compañeros mis enemigos. Cuando me citicas
para corregirme, me defiendo y no acepto mis defectos. Sólo si acepto mis
fallos, podre tratar de corregirlos.
Ten en cuenta que aprendo más de quien
no me desprecia. Escucha lo que te digo con atención e interés. Si me ignoras o
me callas cuando trato de expresarme, entiendo que mis ideas son tontas y que,
por lo tanto, mi inteligencia es corta. No me compares con mis compañeros, ni
con mis hermanos. Recuerda que no soy ni puedo ser igual a nadie y que, también
poseo grandes cualidades.
Trata de conocerme como persona.
Conociendo mis habilidades particulares, podrás ofrecerme oportunidades para
triunfar. Al sentirme capaz e importante para ti, crecerá el concepto que me
forme de mí. Ayúdame a desarrollar mis cualidades y no simplemente mis
capacidades. Ten en cuenta que…. antes que un buen estudiante, debo ser persona, buen ser humano.
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