jueves, 5 de marzo de 2015

CARTA DE UN ALUMNO A SU MAESTRO

¡PARA  REFLEXIONAR…!

“Enséñame cómo aprender y no qué aprender. Enséñame a pensar y no tan solo qué debo pensar. Así desarrollaré mi inteligencia y no solamente mi memoria. No me regañes delante de mis compañeros: me haces sentir humillado y temeroso de ser rechazado por ellos. Aceptaré mejor tus correcciones si me haces calmadamente y en privado.

Señálame mis cualidades y reconoce mis habilidades. La confianza que así desarrollo en mis capacidades me anima a esforzarme y me hace sentir valioso y adecuado. No me insultes con palabras ni con gestos despectivos. Me haces sentir menospreciado y sin ánimo para corregir mis faltas y debilidades.

Ten en cuenta mi esfuerzo y mi progreso, no solo el resultado final. A veces con poco esfuerzo logro mucho….pero es más meritorio cuando pongo todo mi empeño, aunque logre poco. Nota lo que hago bien y no solo lo que hago mal. Cuando subrayas mis éxitos y no mis fracasos, me siento motivado a seguir mejorando.

Confía en mí y demuéstrame tu confianza. Trátame con cariño, cortesía y respeto. De esta forma te admiraré y, por lo tanto, desarrollaré un profundo respeto por ti. No me amenaces, pero si lo haces, cúmplelo. Si no cumples lo prometido, aprenderé que, haga lo que haga, siempre saldré eximido.

No me ruegues ni me implores que me porte bien. Te obedeceré cundo me lo exijas con firmeza y sin hostilidad. Procura hacer clases amenas e interesantes, en las que yo pueda participar. Me aburo cuando todo es rutina, solo tú hablas y yo nada puedo aportar. Cundo te haga preguntas, no me digas: ¡eso ya lo expliqué!.

A veces tus explicaciones no son claras o suficientes para mí; si pregunto es porque quiero aprender y aprender. No tengas preferencias. Cuando alabas a uno e ignoras a potros, deterioras nuestras relaciones y haces de mis compañeros mis enemigos. Cuando me citicas para corregirme, me defiendo y no acepto mis defectos. Sólo si acepto mis fallos, podre tratar de corregirlos.

Ten en cuenta que aprendo más de quien no me desprecia. Escucha lo que te digo con atención e interés. Si me ignoras o me callas cuando trato de expresarme, entiendo que mis ideas son tontas y que, por lo tanto, mi inteligencia es corta. No me compares con mis compañeros, ni con mis hermanos. Recuerda que no soy ni puedo ser igual a nadie y que, también poseo grandes cualidades.

Trata de conocerme como persona. Conociendo mis habilidades particulares, podrás ofrecerme oportunidades para triunfar. Al sentirme capaz e importante para ti, crecerá el concepto que me forme de mí. Ayúdame a desarrollar mis cualidades y no simplemente mis capacidades. Ten en cuenta que…. antes que un buen estudiante, debo ser persona, buen ser humano.

Nota: Ignoro quién…cuándo se escribió y quiénes eran el o los destinatarios. Pero lo considero necesario y útil, que el docente reflexione tan sugestiva carta.

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