martes, 24 de marzo de 2015

ADOLESCENCIA Y SEXUALIDAD

¿ABSTENCIÓN O  PÍLDORAS?

Una etapa maravillosa de la vida es sin dudas, la adolescencia. Pero también es un período donde la inseguridad, inestabilidad y cambios, es terrible desafío. Todos hemos pasado por esa fase.

A diferencia de los años 80, hoy ese ciclo de vida se vuelve exigente, crítico y agresivo. Las “decisiones tomadas” ya no son libres como se cree; el gran “dogma social” impone su “ethos”, es decir, qué, cómo, dónde y cuándo hacer lo que me gusta: Es ahora imperativo categórico.

La seguridad que aparentan poseer, se transforma en doliente ingenuidad. Asegura el adolescente saber lo que quiere y querer o que sabe. Pero realmente, ¿sabe lo que quiere quien se revuelca una y otra vez, aquí y allá, compartiendo diversión, droga y “carne” sin medida?

Claudette E. Jones, especialista en ginecología pediátrica y juvenil, ha dicho: “Todos los días, millones de adolescentes se vuelven sexualmente activos; más del 50% de los estudiantes del secundario ya tuvieron una relación sexual. En gran parte, esto es una respuesta a la presión social y del grupo, a una mala comprensión del “todos lo hacen”, o a la curiosidad.

Los adolescentes se están comprometiendo con el sexo sin tener el conocimiento o la comprensión de la complejidad de una relación sexual y de sus consecuencias. (cfr. Revista - Vida Feliz – 1997 p.8)

¿Qué hacer?. Los padres debemos entender que en casa se Educa; en la escuela se adquiere instrucción (conocimientos académicos). Así las cosas, ayudar a los hijos a manejar la presión del grupo (el qué pensarán de mi; si no hago lo que dice el grupo, no existo, etc.), no es tarea de la escuela, mucho menos del Estado.

El adolescente no es más por hacer de “marioneta” a merced del grupo. Debe entender que la persona vale por sí misma, independiente de su posición social o económica. Cada persona es un privilegio en el mundo por ser alguien, único e irrepetible….

La abstención sexual no es para cobardes. Se necesita mucho coraje para ser Hombre. Para actuar como perro, hace falta solo seguir los instintos. Por ello el acto perruno o perril, nada tiene de inteligencia y menos de decencia.

La decisión de abstenerse de la actividad perruna solo puede ser tomada por alguien cuya autoestima se desarrolló saludablemente durante la infancia, y cuyos valores familiares tuvieron influencia en el comportamiento de través del ejemplo (p. 9)

La formación de la conciencia comienza en casa: no ceder a las presiones del amigovio. Quien tiene buenas intenciones no usa a su futura esposa como “desaguadero”. ¿Le gustaría al novio que su novia fuera resto de otros? ¿Le agradaría al novio, que la madre de sus hijos fuera sobra de otros novios anteriores?. Regla de oro: “No hagas a otros lo que no quieres que hagan contigo” 

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