sábado, 21 de marzo de 2015

CONCIENCIA MORAL

¿DÓNDE  ESTÁS?

Una cuestión básica del sentido común nos advierte que el término Moral, es una regla que debe seguirse para hacer el bien y evitar el mal. Ejemplo: Cuando hacemos correcto uso de la inteligencia sabemos que matar a los padres para quedarse con sus  bienes, es algo malo, y por consiguiente, no debe hacerse.

Este imperativo categórico de evita el mal y haz el bien, se impone al hombre desde su interior, incondicionalmente, no negociable. Es decir, no vale aquello de, hagamos el bien para ser vitoreados o fin de obtener algún tipo de lucro.

Lo cierto, concreto e innegable es No matar, aunque nos quedemos sin los bienes que nos tientan a hacer el mal, aun cuando ninguna sospecha pudiera recaer sobre nosotros.

¿Hace falta ir a la escuela para conocer esta categórica orden interior? NO. Todo hombre –hasta el más salvaje - conoce a través de su conciencia que matar es malo. Caín, hombre rudo nunca pisó una escuela; pero tuvo conciencia del crimen cometido contra su hermano Abel. ¡Primera sangre humana que regó la tierra!

La gran pregunta es…. aun conociendo las verdades: no hagas a otros lo que no quieres que  hagan contigo (regla de oro); da a cada uno lo suyo (justicia); no devuelvas el mal con otro mal” ley de Talión; cumple con tu palabra dada (fidelidad); obedece a Dios, (humildad).. ¿por qué hacemos el mal?

Cualquier hombre descubre que robar, mentir o matar es acto malo, evidente por sí mismo, luego su razón lo advierte de manera inmediata. El pensador G. E. Moore dice: Que lo que es bueno es inmediatamente perceptible (evidente) y no necesita fundamentación. Así tampoco, sin sombra de duda, mentir o matar para robar, necesita fundamentación para demostrar lo contrario.

Pero una “implosión” imprevista del desarrollo de las ciencias experimentales del hombre – diría Secundino Núñez – (Psicología, Sociología, Biología, entre otras tantas), defiende un humanismo puramente científico basado únicamente en la experiencia, fácilmente recusa cualquier realidad de tipo metafísico. Como la conciencia no se puede ver, medir, pesar, ni tocar, ella queda relegada al patio trasero de la conciencia.

Así las cosas, no es descabellado afirmar que la conducta ética de nuestra fauna actual, ha sido violentamente despeñada al abismo de la nada. No es necesario probar la existencia de una crisis profunda en el terreno moral. Es un hecho que se impone con una descarnada evidencia.

Nos encontramos, por consiguiente, en un momento delicado en la historia de la reflexión moral y del comportamiento ético de gran parte de la humanidad. La crisis moral se suele describir como “un descenso del nivel ético de la humanidad”, o al menos de algunos grupos humanos.

Aunque admitamos una marcha ascendente en el desarrollo de la meritoria y provechosa tecno-ciencia, tampoco dejamos de constatar y lamentar conductas despreciables que nos llevan a vivir momentos de “involución” moral

No hay comentarios:

Publicar un comentario