Decía de Bonald “Los gobiernos engendran
a las instituciones, las instituciones modelan a los hombres, y los hombres
transmiten las buenas o malas cualidades que reciben de las instituciones”. Por
tanto, es necesaria la presencia de un laicado militante: no un cristianismo sociológico.
(cfr. Carlos Díaz -Corriente Arriba p .17).
Aquí B. Pascal plantea una cuestión
existencial: “El conocimiento de Dios sin el de nuestra miseria, produce orgullo. El
conocimiento de nuestra miseria sin el conocimiento de Dios, produce desesperación”.
(p. 69)
Hay evidencias de
un esfuerzo por suprimir la noción moral en la familia, en la educación, en la
política. En
general, parece ser que muchos no viven su fe cotidianamente…pero tampoco se
cuestionan sobre ella. Luego, la conducta del creyente – no siempre es conforme
a la fe que dice profesar. (p. 55)
El cristianismo es un estilo de vida,
una forma de pensar, de decir, de hacer, y de ser. Por consiguiente, el laico
comprometido es un ser integral, lo es durmiendo, estudiando, gozando y
muriendo: no cabe dividir su vida en mitades segmentadas, ni vivir inconvicto
o inconfeso. (Carlos Díaz “Corriente arriba” p. 85).
En una sociedad donde habitualmente la pirá piré
abre las piernas y es responsable de tantas injusticias que se cometen ¿cómo
llevar a cabo nuestro compromiso laical?
No basta para la realización de la
justicia y de los derechos humanos; su mera plasmación en letra Impresa, es
preciso su ejercicio expreso…. Una justicia deficiente, un progreso ciego, un
curso desenfrenado, un comportamiento disoperativo se convierte en un fuerte
nihilismo, y también, en una causa de sufrimiento generalizado. (227-230)
Ser cristianos añeteguá - jaikuá voi nicó - no es hacer cosas extraordinarias, es sencillamente
hacer las cosas, bien. De lo contrario, se colabora con el mal y se es parte de él. Algunos desafíos simples pero de acción inmediata,
por ejemplo:
1. Padres de
familia, catequistas, religiosos y docentes, rechacemos el desesperanzador ñandé
ko upeichante voi, por servir con recta intención, aunque nos traten de
bobos.
2- Ya no
levantemos el polarizado del vehículo – como hacen los malos políticos – para
ignorar al hermano mendigo, reducido a despojo humano, que comió..? menos que
cualquier perro de la calle.
3- No compremos productos piratas o robados, manchados de sangre, dolor y
muerte.
4- Soportemos
con templanza injustas descalificaciones y menosprecio por orientar nuestra
lucidez hacia la acción difícil. (p.12) (Llamar a la corrección fraterna)
5. Aprendamos a
reconocernos culpables y clamar una y otra vez: ¡límpiame Señor!
Nuestro laicado
católico – en general y aun con esfuerzos realizados – está maniatado,
momificado, narcotizado en su vocación extraeclesial. Es necesario que el laico
militante, incorporar a su sistema operativo la honestidad, pero y
fundamentalmente la Integridad. Porque se puede ser honesto y no ser íntegro.
Contra la desesperanza de
hoy día, provechoso será recordar este conocido proverbio árabe: “Es mejor encender una vela que maldecir la
oscuridad” Laicos Militantes....¡Feliz año 2015!
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