¿HA DESCARTADO AL CÓGITO ERGO SUM?
Nos preguntamos ¿por qué la sexualidad
se ha trivializado y al mismo tiempo se ha convertido en algo tan
extraordinariamente importante en el mundo en que vivimos? Ambas cosas son
compatibles aunque parezca una paradoja, dirá Ricardo Yepes Stork. (Fundamentos de Antropología p. 290)
Hay inflación-oferta de sexo por exceso de oferta; por poco dinero se
pueden comprar toneladas de él. Antes había menos sexo disponible porque valía
más, era un bien escaso: estaba más protegido detrás de los férreos muros del
pudor y de la intimidad conyugal, y no se exhibía impúdicamente como ahora, por
considerarlo demasiado valioso para salir a la luz pública.
Mostrar el cuerpo desnudo es igual de importante
como rascarse la nariz. El sexo ha pasado a ser algo demasiado poco relevante y
sin valor. La prensa escrita y televisiva -cachiaí
– salmodia el imperio de colas y lolas para elevar la “coitización” de muchas “famosas”…
Estamos en momentos de banalización
lúdica y comercial del sexo, en la cual éste se transforma en producto de rápida
y fácil compra-venta y consumo para clientes que lo demandan. ¿Cuánto gana una
señorita por modelar, cantar o contorsionarse sobre una tarima o pasarela?
Poco, muy poco... sin embargo muchas poseen costosos vehículos. A priori, no
está mal…..
Pero, ¿quién es el generoso papá Noel
regalón? ¿Será algún nuevo rico empotrado
(amante, compinche, compadre...) en la función pública con abultados sueldos y
varios aguinaldos al año, entre otras letradeadas
propias del letradismo criollo al
uso?.
No pasa un día sin que se realicen reiteradas
denuncias de corrupción, por arriba y por abajo, por izquierda y por derecha,
aquí y allá inundan e intoxican nuestra obre existencia. ¿De dónde sacan tanto
dinero para regalar generosamente a las “bienaventuradas sirenas” de turno?
Si sacaran del escuálido dinero del
pueblo para promoción cívica ciudadana, o para destinar al bien común y a la
seguridad…. ¡aleluia!. Pero Juan Pueblo sólo mira con rostro impotente,
desencajado y hambriento que su dinero se pierde en satisfacción lujuriosa,
entre otros escandalosos derroches…¿Pruebas?: La degradación, política y jurídica
y moral de país, lamentadas por la mayoría, es prueba suficiente e irrefutable.
Sin embargo no es fácil echar juicio
sobre el por qué existen tantos desajustadores desajustados por el desajuste
que los desajustan. ¿Por qué exactamente hacen lo que no deben? Razones
tendrán: ignorancia, po karé,
avaricia, vyro chusko… ¿cuáles?... No
lo sé. Pero sabemos que muchos que se creen superiores, hacen muy bien, el mal.
Luego, el “Cogito ergo sum” de René Descartes, que
en resumidas cuentas o simplemente traducida, no quiere decir otra cosa que “pienso luego existo” (…) dice Ekei
Salgueiro.
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