¿CASTIGO
O BENDICIÓN?
Cualquiera sabe que una humillación recibida provoca enojo, dolor, vergüenza, rabia o deseos de venganza. Tribunales de aquí y de allá dan fe de lo expresado. La “profecía social o dictadura de opinión común” enseña que lo lógico es querer sólo a los buenos, porque, querer al malo seria, ¡masoquismo!