miércoles, 3 de julio de 2024

¡SOMOS LIBRES! ... ¿Qué tanto?

 
“No es tan fácil confesarse, a sí mismo, que uno “no quiere” hacer las cosas; es mucho más fácil buscar una excusa que nos libere de los compromisos y deberes. La fácil excusa es decir “No puedo”, pero en nuestro interior sabemos que no es cierto que no podemos; y nos tranquilizamos. (Alfonso Milagro): 

Y no pocas veces, nos autoengañamos repitiendo una y otra vez, “no se cómo hacer”. Hace falta tener presente los tres últimos tramos antes de llegar a hacer lo que estamos llamados a hacer lo que debemos hacer, que son: “puedo, quiero, hago”. “Ha ajapóma hina”. 

Afirma Alfonso Milagro: con toda certeza te digo que si hicieras todo cuanto puedes, tú mismo quedarías asombrado de lo que puedes; ahora te dejo mi pregunta: ¿y, si puedes mucho más de lo que estás haciendo, no estarás obligado a hacerlo? 

Es preciso una gran tarea educativa que nos muestre la verdad, el bien, la belleza, la unidad y la libertad; que nos impulse a realizar las tareas habituales con sinceridad, lealtad, constancia, fortaleza, solidaridad, justicia, generosidad, prudencia, humildad, decencia, honradez, etc.- y si es cristiano, de las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. 

Así será más fácil vivir “como hombres libres y no como quienes conviertan la libertad en pretexto para la maldad”, como escribe San Pedro. 

Cristo nos dio libertad para que seamos libres. Por lo tanto, manténganse ustedes firmes en esa libertad y no se sometan otra vez al yugo de la esclavitud. (Gal 5, 1-2) 

Vayamos hoy mismo al Sagrario a pregúntale a Cristo. Él “katueterei  ñánde renduta-con certeza nos escuchará. Dice la frase: “Yo no sé lo que vale mi vida, Pero a Cristo la quiero entregar; Y bien sé que su amor me recibe, Y en sus manos la vengo a dejar”.

No es tan fácil la respuesta al título de este comentario. Pero, la libertad es el don más grande de la persona. Como cristiano, sabemos que existe la libertad. Pero no es tan claro para todos, ni en su realización en cada hombre, ni en su fin, ni en sus límites, porque no todos entendemos del mismo modo qué es el hombre, su origen y destino. ¡Que así sea!

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