viernes, 24 de septiembre de 2021

SÓLO HAGAMOS…

 ¡Lo que en conciencia debemos hacer!



Dice Alfonso  Milagro: “El mundo de hoy está exigiendo hombres que tengan el coraje y la honestidad de comprometerse: honestidad, porque la fe exige compromiso. Y coraje, porque es preciso atenerse a las consecuencias del compromiso que surge de la fe. 

Luchemos por esa profunda renovación interior, que fortalece y templa, para producir cambio en el ambiente donde actuamos. Prestarle a Cristo nuestros brazos, nuestras acciones, nuestra personalidad, nuestra presencia en el mundo. 

Tener respuestas concretas, actuales, a las preguntas más candentes que nos formulen. Si se refieren a Dios, nos callamos; y si se refieren al mundo, no exponemos nuestros convencimientos personales, es porque somos indiferentes a la realidad que nos circunda. 

Comprometerse es tener siempre coraje, decisión, convencimiento y fe para “hacer lo que se debe”. “Somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo” (Fil, 3,18-20). 

Hace rato ya vivimos en un estado de caos social, donde se violan todo tipo de reglas: se rompen normas básicas del convivir humano –anomía-, debido a la brutal chatura cívica, que nos aplasta. Y lo justificamos impúdicamente diciendo: ¡estamos en Paraguay! 

Estudios revelan que el cerebro humano está dividido en dos partes: emocional y lógicaDe acuerdo al momento o situaciones, actuamos sin pensar. Por lo visto, la parte lógica (lo que debo) está abatida; solo gobiernan las emociones, (lo que quiero). 

Sabemos perfectamente que no “hacemos” bien; y tenemos miedo para decir y hacer lo que debemos. El miedo de ser “kangueró”, al pedir decencia y respeto nos paraliza y nos hace vivir o des-vivir una “perra vida”, que no queremos. 

Como ciudad sin muralla y expuesta al peligro, así es quien no sabe dominar sus impulsos” (Pr 25:28). 

¿Por qué seguir viviendo con miedo una vida desagradable? Es vital que cuidemos nuestro actuar. ¿Por qué se sigue violando sistemáticamente las disposiciones vigentes? ¿Por qué no reaccionamos? ¿Es esta vida de zombis la que realmente queremos? 

Los zombis no son muertos vivientes (de películas) que nos persiguen día y noche para comerse nuestro poco cerebro, dígase de paso. Los zombis somos nosotros, cuando nos portamos como imbéciles. 

Antes de “hacer o no hacer”, usemos la inteligencia, no nos dejemos arrastrar por el torrente de boludeces en “onda”. Mejor, pedir a Dios sabiduría y voluntad para usar tanto la lógica, como las emociones. Sin dejar de lado a ninguna. 

Y comencemos ya nomás. Oigamos a Joan Manuel Serrat que nos plantea: 

Hoy puede ser un gran día. Date una oportunidad. Hoy puede ser un gran día donde todo está por descubrir y emplea como el último que te toca vivir. Saca de paseo a tus instintos y ventílalos al sol….Si la rutina te aplasta dile que ya basta de mediocridad”.

Y si no conseguimos con Serrat, digamos con Padre Pío: “Ora, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración”. Sólo hagamos… ¡Lo que en conciencia debemos hacer!

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