En el manual “Hombre
y Sociedad” del Instituto Superior de Ciencias Religiosas” p. 43 se
lee: “Durante años se ha tratado de analizar algunas actitudes que destrozan
nuestra vida de relación. Se enumera aspectos constitutivos de la autoestima:
1-Estima del
propio cuerpo. Una actitud de autoestima, al menos en algún grado, es
necesaria: aceptar al propio cuerpo, con sus limitaciones y carencias, como
expresión de nuestra identidad (autenticidad) más tangible, es decir, más palpable
y real.
2-Estima de las
propias capacidades mentales. Quien no se estima
ignora hasta dónde puede llegar…tiene miedo a confirmarlo y es esclavo del
cruel examen de la realidad.
3-Estima su mundo de relaciones sociales. No se siente presionado por ellas, disfruta al estar rodeado de gente que le aprecia o le ignora. Luego, este tipo de personas, forman un grupo satisfactorio de gente por la que se siente querido y a la que, a su vez, quiere.
Así las cosas, una persona abierta no se aparta de sus convicciones. Y si comete un error, se corrige. Distingue muy bien aquello que cree o que no cree, es decir, “sabe mucho” de lo que honestamente no defendería, casi tanto como aquello que cree.
Sabe que algunas actitudes son inflexibles, pero que podrían cambiar si hay razones valederas. Tiene criterios razonablemente amplios. Disfruta del aquí y ahora, sin rechazar recuerdos del ayer, y previene el mañana, es decir, la persona abierta no tiene prisa.
Pero, la gente cerrada aparta sus creencias
y poco nota los desatinos de su mundo interior. Puede ser al mismo tiempo férreo
defensor del evolucionismo radical, a la vez, un ingenuo creyente; que Dios
creó al hombre con montoncito de barro con sus manos.
En su mundo de creencias no tiene claro lo
que cree y lo que no cree (okañy la tipo). Para él todo aquello
con lo que no está de acuerdo, es casi lo mismo. Para el fanático, igual que para
el cerrado,
todo es esencial. Así, cualquier cambio, hasta el más pequeño es difícil.
Considera a la autoridad como absoluta. Por eso acepta o no a las personas según se ciñan a las reglas de la autoridad. Tiene un plano mundano muy estrecho, “po'i”. El presente, casi no cuenta para él.
Está abierto a grandes ideales en función
a un "pasado glorioso". No ve que las situaciones del momento exigen adaptaciones
y cambios. Así, la actitud de autoestima es sumamente positiva. Hace que nos
descubramos merecedores de respeto y aceptación, concluye el texto.
También, dicen
que la realidad nos indica que existen seres humanos que logran vivir una vida
equilibrada, satisfactoria, capaces de resistir a las críticas. Son abiertos a
los demás. Son
personas que gozan de confianza, seguridad, alegría.
La falta de autoestima puede hacernos “un muñeco en manos de los demás” y “esclavos de las valoraciones” que otros hagan de nosotros. Podemos recobrar nuestras emociones y confianza, si no, el sufrimiento nos acompañará. (María Jesús Álava Reyes, Psicóloga)
“Cristo nos dio libertad para que seamos libres. Así, manténganse firmes en esa libertad y no se sometan otra vez al yugo de la esclavitud (Gal 5:1).
¡Qué más autoestima que la que nos brinda aquel que no se puede contener en el universo por su poder y gloria! ¿Qué más privilegio de ser amigo y amado del Señor Jesús?
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