miércoles, 15 de septiembre de 2021

SEÑOR… ¡Candidato honesto e íntegro!

 
En días previos a las elecciones de Intendentes y Concejales, crecen promesas de cambio. Así que, renuevo muy esperanzado que si logra su objetivo, honrará al menos, parte de las hartas promesas no cumplidas, por los sempiternos y mentirosos políticos profesionales. 

Un antiguo refrán reza: “No existe el mal absoluto”. Así las cosas y siguiendo esta línea de pensamiento, creo que existe el candidato decente. ¡Qué hace, de dónde es, dónde vive y cómo se llama, lo ignoro. Pero me aferro a la idea de que, por fin, tal candidato existe!. 

Creo que usted no robará. Que no llenará la institución de parientes y compinches. Que no se beneficiará de la “teta pública” con contratos amañados….Como con algo se empieza, le pido realizar tres cosas… en los dos primeros años: 

Devuelva las veredas al peatón. Elimine la polución sonora. Haga cumplir las reglas de tránsito. No es fácil, pero... ¡puede, si quiere! Hará falta coraje y honestidad: valores con presunción de óbito, al parecer, dígase de paso. Si no consigue, será un fraude más. 

Si lo logra, habrá asegurado su figura de confiable servidor público. Y estará lejos de esa casta de delincuentes que infectan a la fracturada patria. Usted, será considerado patriota. Alguien dijo: Lo que en ética es verdad desgarrada, en política se torna falsedad encubierta. 

Señor honesto, sé que lo solicitado, no le resultará fácil, pues estará rodeado de gente ruin y mala fama: los sempiternos políticos mentirosos. Pero, creo que cumplirá lo que promete y honrará nuestra confianza, demostrando que la democracia sirve para algo. 

Creo que luchará por hacer el bien y evitar el mal. Que trabajará a favor del bien común. Que intentará poner en alto la sana política que es, el más “encumbrado acto de caridad, a favor de la polis”, como afirmaba Juan Pablo II. 

Hay dos clases de personas: una, la de los justos que se saben pecadores, y otra, la de los pecadores que se creen justos. Estos carecen de esa excelente brújula de aquellos: la capacidad de sentir vergüenza y dolor por el mal causado a otros, dirá Carlos Díaz. 

Señor candidato, espero que la sentencia de W. Shakespeare, no lo aluda: “Lloramos al nacer porque venimos a este inmenso escenario de dementes”. Ni la de G. Shaw: “A los políticos y a los pañales hay que cambiarlos seguido….y por las misma razones”. 

Es posible que me acusen de ingenuo soñador por creer que un político cumpla su promesa. Muchos odian a los políticos de conciencia tramposa, ignorancia y cinismo. Entre los incrédulos, suman miles de jóvenes rabiados de la política y de los políticos. 

Pero Ud, con su buena actuación, la sana política será rescatada y vigorizada, porque la política es inevitable; pero solo la buena política atraerá gente sana, convencida de que, los problemas se resuelven entre todos. 

“Los gobiernos engendran a las instituciones, las instituciones modelan a los hombres, y los hombres transmiten las buenas o malas cualidades que reciben de las instituciones”, dirá Luis De Bonald, político y filósofo francés (1754-1840) 

Apostemos juntos por el bien común y saquemos a nuestra patria enferma y dolorida de este hediondo fango social en la que penosamente sigue chapoteando, dirá Secundino Núñez. 

Señor candidato íntegro ... ¡¡¡en su cancha está la pelota!!! ¡Tenía que decirse....y se ha dicho!!!

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