martes, 11 de mayo de 2021

“NADIE ES PERFECTO”

¡No busquemos cónyuge, familia o amigos sin defectos!


Pues por la bondad de Dios recibieron la salvación por medio de la fe. No es algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un don de Dios. No es el resultado de las propias acciones, de modo que nadie puede gloriarse de nada (Ef. 2:8-9) 

Aun así, no pocos -al parecer- nos consideramos perfectos, inmaculados. Criticamos sin piedad, vemos en los otros vicios. Resultado: desprestigiamos, infectamos odio, opinamos y juzgamos. 

Pero nos cuesta admitir que también somos protagonistas de los hechos que criticamos. Es que ¿nuestra actitud es siempre la correcta? ¿Nuestros actos, dichos y pensamientos, son siempre conforme a la moral y a las buenas costumbres? 

Todos somos iguales en dignidad porque: a) Todos tenemos un mismo origen; b) Todos tenemos la misma naturaleza; c) Todos teneos la misma vocación y c) Todos tenemos un mismo destino. Así hayamos nacido en un basureo o en cuna de oro. En estas 4 verdades se cimenta la dignidad humana.

Pero, somos diferentes en nuestro actuar: pensamos, actuamos por ser educados de distintos modos; tenemos distintos gustos y preferencias, distinto color de piel, rasgos físicos, diferentes culturas… 

Así, todo ser humano -es persona, única e irrepetible-, es sujeto de respeto. Toda persona merece respeto. Pero, no toda idea es respetable... ¿Cómo dices?... ¡E á na che memby....cómo pio lo que no entendés loo!... ¿Es acaso respetable la idea de abortar-matar a tu bebé, aunque la ley lo permita? 

Es hora de cambiar, si queremos transformar lo malo. No basta con pontificar y ver pasar los días sin actuar. Debemos tomar conciencia de la realidad y por fin, aportar beneficios, ha ani ña ñeémba-rei. 

Entonces -utilizo expresiones de Alfonso Milagro- no busques cónyuge, familia o amigos sin defectos, porque te quedarás sin ellos; pero tampoco solo busques defectos en ellos, porque poco a poco te quedarás solo. 

No ames a tu cónyuge, familia o amigos por no tener defectos; ámalos a pesar de sus defectos; y, si quieres, ámalos precisamente por sus defectos, por cuanto el hecho de que tengan defectos quiere decir que son más humanos. 

No exijas a tu cónyuge, familia o amigos que sean mejores que vos; si lo son, agradece y aprovecha sus ejemplos y su sana influencia; si no lo son, respétalos y ofréceles tu ayuda para que mejoren; con paciencia, comprensión y sumo respeto a la personalidad de ellos. 

No pretendas cambiar a tu cónyuge, familia o amigos; déjalos que sean como Dios los hizo; y no te preocupes si no sos como ellos; también vos tenés derecho de ser como Dios te hizo; eso sí, debo ser “como Dios me hizo” y no como me hizo la soberbia y el pokarê. 

En cuanto  al amigo: “El amigo fiel es seguro refugio; el que  encuentra un amigo ha encontrado un tesoro. El amigo fiel no tiene precio; no hay peso que mida su valor. El amigo fiel es remedio de vida. Los que temen al Señor le encontrarán” (Ecli, 6, 14-16). 

Recordemos entonces que, nadie es perfecto.Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí”. (Fil 3: 12). Y “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que (haga el bien y nunca peque.  (Eclesiastés 7:20). 

Mi grupo de amigos es algo que debo conservar, porque lo necesitamos ellos y yo. “Nadie es perfecto”. ¡No busquemos cónyuge, familia o amigos sin defectos!...¡QUE ASÍ SEA!

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