sábado, 13 de febrero de 2021

EULALIA, ¡Niña mártir, modelo de cristianos!

 
 Sean Santos como mi Padre es Santo” (Mt.5:48) La Iglesia celebra a todas aquellas personas que pasaron su vida haciendo el bien y que no están en los altares de los templos. 

Eulalia es una mártir nacida en Mérida (España) a finales del siglo III, que murió con tan solo 12 años, por defender su fe cristiana. 

Un decreto emitido por el emperador Diocleciano prohibía a los cristianos dar culto a Jesucristo y les exigía adorar ídolos paganos. Eulalia, fue víctima de aquel decreto y de la maldad de quienes a través del miedo querían la desaparición del cristianismo. 

Ellos, lejos de amedrentarse, se mantuvieron en la mayoría de los casos fieles al Señor. A muchos, como sabemos, esa fidelidad les costó la vida incluso siendo niños, como es el caso de Eulalia. 

El Martirologio romano dice de la joven mártir: "el 12 de febrero, se conmemora a Eulalia, mártir de España, muerta por proclamar su fe en Jesucristo". 

Los datos acerca de su vida y de su muerte se encuentran en un himno hecho en su honor por el poeta Prudencio, en el siglo IV. 

En este poema se narra cómo Eulalia decidió protestar ante el gobernador Daciano por las leyes que prohibían el cristianismo. 

Se cuentan los terribles métodos de tortura contra ella. Eulalia fue hecha prisionera, encadenada, y torturada con unos garfios que le rasgaron la piel. Pero, con paz y aplomo, proclamaba a Cristo así: 

"Señor Jesús, aquí escriben tu nombre sobre mi cuerpo ¡Cuán agradable es leer estas letras que sellan, oh Cristo, tus victorias! La misma púrpura de mi sangre exprimida habla de tu santo nombre”. 

Por último, la quemaron con hachas encendidas. La tradición señala que sus verdugos vieron salir por su boca una blanquísima paloma que volaba hacia el cielo. 

Santa Eulalia es una de las santas más queridas y famosas de España. Ella representa el coraje y el valor del pueblo español, en especial de los niños. 

Hoy, además de la devoción con la que se le recuerda en su nación, la memoria pública le concedió un lugar especial: la Santa ostenta el título de alcaldesa perpetua de Mérida y es patrona de dicha ciudad. 

Todos podemos y debemos ser santos. Porque la santidad no es un privilegio de unos pocos, sino un deber de todos. Y, si Dios quiere que seamos santo, ¿por qué no lo o somos? 

¡Porque es muy difícil! Ciertamente, lo es. Pero, no es imposible, según miles de testimonios como la de Eulalia. Solo con desear cumplir la voluntad, podemos lograrlo. 

Dice Jesús: “Sin Mí nada pueden hacer” (Jn 15,5), pero “todo es posible al que cree” (Mc 9,23). Por eso, Pablo afirma: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil 4,13). 

El primer paso para ser santo es querer. Si no quiero, porque es nomás luego, difícil, porque no  quiero sufrir demasiado y prefiero mi vida cómoda y sin problemas... entonces, asumo que estoy perdido…por ni siquiera intentarlo.

Teresa de Jesús dice: hay que tener una "determinada determinación", una decisión sería querer ser santos. Obviamente, con voluntad débil, no seré alguien y menos, santo, mientras no tenga fuerza de voluntad necesaria para hacer grandes cosas. 

Por eso, humildemente digo con Pablo: “Sosténme en tus manos, tómame como el barro y hazme de nuevo. Transforma mi mente, mi alma mi cuerpo, Sométeme a cumplir tu voluntad, la cual es buena, agradable y perfecta”. ¡AMÉN!

No hay comentarios:

Publicar un comentario