Pero, sabemos también que todo lo antementado lo
aguanta el papel. ¿Por qué? Porque el simple acuerdo –sobre todo en nuestro
medio- no siempre garantiza la validez de lo acordado. Ejemplos, lo tenemos
montones.
El mentado “la voz del pueblo es la voz de Dios”,
muchas veces es, tan patéticamente irreal, como que Paraguay se halla ubicado en
el Polo Norte. Luego, el error por mayoría es uno de los grandes líos
del consenso, sin equilibrado juicio.
José Antonio Marina, escritor e investigador español,
cuenta que: “Un esclavista decidió poner en libertad a sus esclavos. Pero
muchos de ellos pensaron que la libertad sería un yugo mucho más pesado que su
acostumbrada esclavitud.
Así que lo sometieron a votación, y los que rechazaron
la oferta de libertad, ganaron por mayoría. Por esa ironía del
procedimiento, el amo se convirtió en esclavista, por mayoría universal”.
La paradoja de esta situación muestra las limitaciones
del consenso solo por consensuar. Conocemos consensos absolutos como injustos
que han durado milenios: el antiguo consenso sobre la movilidad del sol y la
inmovilidad de la tierra.
Sobre la carencia de los derechos del niño, entre otros tantos ejemplos (…) Porque
los hombres han estado mayoritariamente de acuerdo en colosales disparates. Los
consensos puramente reales, fácticos o efectivos, no bastan para legitimar nada (cf. José R. Ayllón
“Desfile de Modelos” p. 187).
¿No han consensuado, una y otra vez, faraónicos
disparates “gloriosos” legisladores, estrangulando al pueblo con
siniestras leyes como SOAT y otras que, había sido eran malas y luego, impunemente se
retractan? Y, ¿qué de asesinatos de niños (aborto legal), consensuado por mayoría de legisladores?
Es preciso entender que la Ética no nace
automáticamente del acuerdo, pues como la experiencia nos enseña, hay acuerdos
que son traiciones y matan. Mac Intyre, en su Historia de la Ética, propone
este sencillo problema:
Si en una sociedad de doce personas hay
diez sádicos, ¿ordena el consenso que los dos no sádicos deben ser
torturados? (….)
Y para no ser acusado de jugar con lo fantástico, hace
otra pregunta: ¿qué validez tiene el
consenso de una sociedad donde hay acuerdo general respecto del asesinato en
masa de judíos?
El mismo se responde que: el consenso sólo es legítimo
cuando todos aceptan normas básicas de conducta moral. (p.183)
Aceptar normas básicas de conducta moral quiere decir,
que el debate no es el último apoyo de la ética, Porque un apoyo discutible
deja de ser apoyo. “Quien debate si se puede matar a la propia mamá no merece argumentos sino azotes”.La ética se fundamenta sobre argumentos no discutible.
José A. Marina nos deja esta lección de lujo: la Ética es la
gran creación de la inteligencia, por encima de la alta Matemática y de la
Física cuántica, pues nos abre el camino en la maraña de la selva y nos permite
inventar un mundo habitable.
La Ética encuentra soluciones a los
graves problemas del vivir, y por eso es el modo más inteligente de ser
inteligente, también la asignatura más importante. Había que decirlo, y Marina lo dijo,
con la máxima brillantez. (cf. Desfile de Modelos p, 22).
¡Aunque la verdad esté en minoría, sigue siendo la VERDAD!
¡Aunque la verdad esté en minoría, sigue siendo la VERDAD!
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