Lo sabemos. La familia es un
pequeño estado, una comunidad que tiene varios aspectos que educar:
solidaridad, respeto, justicia, obediencia, sexualidad… "El sexo es la puerta de
la casa. Pero la casa es mucho más grande que la puerta”.
La verdad es que hay quienes
prefieren quedarse en la puerta y nunca dan un paso más allá. La familia es la
principal tarea humana, donde se aprende a educar aptitudes, red afectiva,
aprendizaje de conducta, costumbres, gestos, modos de hablar, etc.).
Todo esto, la posmodernidad cuestiona,
incluso la considera prescindible…La familia es lugar donde
se nace, y es sólo una y siempre, la misma. Lo lógico es que la familia sea
indisoluble. ¿Hay algo más lacerante
que “papá” y “mamá” se separen?
La sociedad posmoderna, cambió el rumbo
histórico de los objetivos y modalidades de la socialización. El individualismo
hedonista tomó las riendas y casi no encuentra oposición, ergo, el reino sodomítico-gorromino,
es inseparable de esta era progre.
¿Por qué la sexualidad se ha
trivializado y al mismo tiempo se ha convertido en algo tan extraordinariamente
importante en el mundo en que vivimos? Ambas cosas son compatibles aunque
parezca una paradoja.
Hay inflación-oferta de sexo porque su valor disminuyó; por poco dinero
se puede comprar toneladas de él. Antes había menos sexo disponible porque
valía más, era un bien escaso, protegido detrás de los muros de la intimidad
conyugal, y no se exhibía.
Se consideraba algo demasiado
valioso y trascendente para salir a la luz pública. Y sólo podía poseerse allí
donde habita el misterio del origen de la vida. Hoy, el sexo está disponible de inmediato, con cualquiera. Es solo aventura carnal, sexo perruno
(perreo)
Mostrar el cuerpo desnudo no es más
importante que rascarse la nariz; que los vestidos no cubran parte del cuerpo es
tan poco importante como que sea lunes o jueves. El sexo ha pasado a ser una
mercadería… irrelevante y sin valor.
Decía una y otra vez, aquel
profesor kangueró: “Por no tomarlo en serio, lo
tomamos demasiadas veces, a nuestro gusto”. Por eso crece la obsesión por él.
Veamos algunos fines del uso del sexo:
1. Según el “cientificismo-terapéutico-funcional”, ndajé, es una actividad necesaria para la buena salud física y
psíquica de la persona, porque… ¡El sexo es
salud! Luego, la castidad sería una perjudicial represión de las fuerzas
naturales. (Freud).
Abundan los “sexólogos” que
pretenden “ayudar” a conseguir la armonía psíquica de una persona con su sexo.
El sexo se ha convertido solo en una técnica placentera.
2. Lógicamente, ocurre lo que
podríamos llamar la <banalización
lúdica y comercial del sexo>, en la cual éste se transforma en
producto de consumo para clientes que lo demandan.
3. En tercer lugar, los “pontífices del sexo” hacen creer que el sexo se elige y la propia
identidad se construye a partir del sexo. Hoy se puede cambiar de sexo a gusto
y paladar y nada ocurre por ello.
4. Y como broche de oro, se busca
sexo seguro. Según esta idea, hacer “el amor” es el modo normal de ser
libre…porque cada quien es dueño de su “carrocería”. Luego, nada hay parecido a la <culpa> o
<pecado>. Es el tiempo del carpe diem! sexual.
El sexo seguro permite cambiar de
pareja y aumentar su frecuencia cuantas veces se desee. Unos amigos solo desean
“divertirse y pasarla bien” como parte del juego. (si el perreo sale mal, o je mboguejy
motor- traducido al guaraní-upea ha-é
hina aborto)
Para nosotros, jóvenes con adolescencia prolongada, el sexo hace pocas décadas, era en Paraguay
un plato fuerte de la vida. Hoy no pasa de ser un barato
aperitivo. Promesa, fidelidad y amor para toda la vida
son tres formas de convertirlo otra vez en plato fuerte.
¡Se puede...si se quiere...aunque cueste..! Cuidá que na tu familia anguirú!
¡Se puede...si se quiere...aunque cueste..! Cuidá que na tu familia anguirú!
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