miércoles, 15 de febrero de 2017

NADIE DEBE ESTAR…

POR  ENCIMA  DE  LA  LEY

El 13 Febrero del corriente año, el Papa Francisco escribió el prólogo del libro “Lo perdono, padre”, del francés Daniel Pittet, víctima de abusos sexuales cometidos por un sacerdote. Testimonios como el de Daniel, asegura el Santo Padre, “arrojan luz sobre una terrible zona de sombra en la vida de la Iglesia”.

A pesar del sufrimiento por el abuso sexual a manos del sacerdote Joël Allaz, Daniel ha mantenido firme su fe católica. En el prólogo, el Papa Francisco señaló que “para quien ha sido víctima de un pederasta es difícil contar lo que ha sufrido (…) Por este motivo el testimonio de Daniel Pittet es necesario, precioso y valiente”.

Vi una vez más los daños espantosos provocados por los abusos sexuales y el largo y doloroso camino que espera a las víctimas”. “Estoy feliz de que otros puedan leer hoy su testimonio y descubrir hasta qué punto el mal puede entrar al corazón de un servidor de la Iglesia”.

El Santo Padre se cuestionó “¿cómo puede un sacerdote, al servicio de Cristo y de su Iglesia, llegar a provocar tanto mal? ¿Cómo puede haber consagrado su vida para conducir a los niños a Dios, y acabar, en cambio, devorándolos en eso que he llamado ‘un sacrificio diabólico’, que destruye tanto a la víctima como la vida de la Iglesia?”.

“Algunas víctimas han llegado hasta el suicidio. Estos muertos pesan en mi corazón, en mi conciencia y en la de toda la Iglesia. A sus familias ofrezco mis sentimientos de amor y de dolor y, humildemente, pido perdón”.

Recordó que el abuso sexual “se trata de una monstruosidad absoluta, de un pecado horrendo, radicalmente en contra de todo lo que Cristo nos enseña”. El Papa destacó además que “hemos declarado que es nuestro debe dar prueba de severidad extrema con los sacerdotes que traicionan su misión, y con su jerarquía, obispos o cardenales, que los hubieran protegido, como ya ha sucedido en el pasado”.

Francisco indicó luego que, “en la desgracia, Daniel Pittet pudo encontrar también otra cara de la Iglesia, y esto le permitió no perder la esperanza en los hombres ni en Dios”. (…) Daniel “decidió encontrar a su agresor cuarenta años después, y vio en los ojos de ese hombre que lo hirió en lo profundo del alma…y le tendió la mano”.

El niño herido es hoy un hombre de pie, frágil pero de pie” “Me sorprenden sus palabras: ‘Muchas personas no logran comprender que yo no lo odie. Lo he perdonado y he construido mi vida sobre ese perdón’.

Expresó su gratitud a Daniel “porque los testimonios como el suyo derriban el muro del silencio que sofocaba los escándalos y los sufrimientos, arrojan luz sobre una terrible zona de sombra en la vida de la Iglesia”. Estos testimonios, dijo, “abren el camino a una reparación justa y a la gracia de la reconciliación, y ayudan también a los pederastas a cobrar conciencia de las terribles consecuencias de sus acciones”.

“Rezo por Daniel y por todos aquellos que, como él, han sido heridos en su inocencia, que Dios los vuelva a levantar y los cure, y que nos dé a todos nosotros su perdón y su misericordia”, concluyó. (Fuente:@aciprensa/02.01.17).

El Papa aprobó la creación de un nuevo tribunal eclesiástico  que se encargará de juzgar por negligencia a los obispos católicos que encubran casos de abusos sexuales contra menores de parte de clérigos

Objetivo: Lograr la completa asunción de responsabilidad de parte de los obispos, quienes tienen la autoridad directa sobre todos los sacerdotes de sus respectivas diócesis.

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