lunes, 6 de febrero de 2017

ACTÚA POR CONVICCIÓN…

¡QUIEN  POSEE  LIBERTAD  INTERIOR!

¿Cuántas veces hemos actuado como robot para hacer cosas que otros nos dicen que hagamos, aun en contra de nuestra voluntad? ¿Cuántas veces nos hemos sentido frustrados al decidir hacer algo que deseamos… pero acabamos haciendo lo que nos impone la profecía social (moda, dictadura de la común opinión, porque "todo el mundo lo hace", etc.)?

Cuando actuamos por convicción, sabemos que lo que hacemos es bueno para nosotros, por lo que no nos afecta si los demás lo aprueban o no. Actuar en contra de lo que nos dicta la conciencia es contrariarse a sí mismo, debido a que la conciencia es “eco de la voz de Dios”. Por tanto, no es lícito actuar en contra de la propia conciencia.

No obstante, se podrá preguntar ¿qué pasa si la conciencia es sinceramente errónea? . El P. Jorge Loring, en su libro “Para Salvarte” echa luz sobre esta duda y dice: “Conviene instruirse bien de lo que es pecado y de lo que no lo es, pues si creo que algo es pecado grave -aunque de suyo no lo sea- y a pesar de eso lo hago voluntariamente, cometo un pecado grave…. 

La formación de la conciencia es una grave obligación moral: el hombre está obligado a formar una conciencia recta. En caso contrario, se hace responsable de todas sus faltas, aun las cometidas con ignorancia. Una conciencia equivocada es culpable si se debe a despreocupación por conocer la verdad y el bien….

La conciencia errónea plantea hoy serios problemas (…) debido a que no es fácil discernir cuándo alguien está en ignorancia culpable, o simplemente se debe a que ha sido instruido en tales errores. En este caso, una acción mala no será pecado si al hacerla, yo no sé que es pecado...

Una acción lícita y permitida será pecado, si al hacerla creo erróneamente que es  pecado y la hago libremente. El pecado será grave, si al hacerlo yo lo tenía por grave, aunque de suyo la materia no sea grave. El pecado será leve, si al hacerlo yo lo tenía por venial, aunque después me entere que la materia fue grave...

Lo que Dios castiga es la mala voluntad que tenemos al hacer una cosa, no los errores involuntarios. Pero debemos procurar tener bien formada la conciencia. Quien duda de si está en la verdad, ha de poner los medios para salir de esa situación
La conciencia es la norma subjetiva próxima del actuar. Es decir, que en la determinación última, la conciencia decide". 

Así las cosas, hagamos lo que con convicción creemos... es correcto, sin importar las opiniones de los demás, aunque se trate del entorno familiar o de personas poderosas. El Señor Jesús hizo milagro el día sábado, acusándole que no haya respetado el día de reposo. Para Cristo era más valioso hacer el bien que respetar las leyes de ese pueblo. (cfr. Lc 14, 1-6)

Hoy muchos actúan de forma legalista, endureciendo el corazón ante la miseria humana (pobreza, hambre, enfermedad, ignorancia), se "justifican" en normas y tradiciones despreciando la caridad y la justicia. Muchos temen al juicio del “dogma social” por lo que miran a otro lado ante las injusticias. 

San Pablo decía: Dichoso aquel que no se juzga culpable al decidirse (cfr. Rom. 14,22)

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