jueves, 16 de febrero de 2017

TODO JOVEN CATÓLICO...O NO....

                                                         Y  SU CONDUCTA

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En general, no nos gusta consultar con el odontólogo, tomar medicamentos, levantarse temprano, estudiar, etc. Pero hay cosas que tenemos que hacer, aunque nos disgusten, porque son nuestra responsabilidad y además, necesarias.

Así las cosas, oigamos a san Pablo: “Evita que te desprecien por ser joven; más bien debes ser un ejemplo para los creyentes en tu modo de hablar y de portarte, en amor, fe y pureza de vida. Mientras llego, dedícate a leer en público las Escrituras, a animar a los hermanos y a instruirlos. 

No descuides los dones que Dios te concedió cuando, por inspiración suya, los ancianos de la iglesia te impusieron las manos. Pon toda tu atención en estas cosas, para que todos puedan ver cómo adelantas. Ten cuidado de ti mismo y de lo que enseñas a otros, y sigue firme en todo. Si lo haces así, te salvarás tú y salvarás también a los que te escuchen.” (cfr. 1ª Timoteo. 4, 12-16)

a) ¿Qué nivel de vocabularios manejamos? Jesús advirtió: “Yo les digo que en el día del juicio, todos tendrán que dar cuenta de cualquier palabra inútil que hayan pronunciado. Pues, por tus palabras serás juzgado y declarado culpable o inocente  (Mt 12, 36-37) “No se equivoquen, malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1ª Cor. 15:33) Palabras de doble sentido, chistes populares groseros… Las que están de moda…¡saé loo!

Hablemos palabras sanas e irreprochables, de modo que nadie tenga nada malo que decir de nosotros” (cfr. Tito. 2:8) Al hablar de nosotros y no poder comprobarlo se avergonzarán. No tendrán nada que criticarnos….
¡Camada de víboras! ¿Cómo hablar cosas buenas si son malos?  De la abundancia del corazón habla la boca. (Mt. 12, 34)

b) Conducta ¿Somos honestos e íntegros? ¿Quiénes somos realmente, cuando nadie nos ve? ¿Somos modelos de buena conducta, solidarios, respetamos al semejante, al bien común y las normas de sana convivencia humana?

“Ustedes son la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. La luz del faro ayuda a los marineros a llegar al puerto. Ni se enciende una luz y se pone debajo de la mesa, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres… (Mt. 5:13-16)

c) “Un mandamiento nuevo les doy: Que se amen unos a otros; como yo los he amado…En esto conocerán todos que son mis discípulos...” (
Jn.13:34-35)  El amor se ve solo por hechos.

d) Pureza de vida. «No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo» (Ex 20, 17). «El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón» (Mt 5, 28).

San Juan distingue tres especies de codicia o concupiscencia: de la carne (todos los malos deseos que el mundo ofrece), deseo de poseer lo que agrada a los ojos y de la soberbia de la vida (opulencia y riquezas) (cf 1 Jn 2, 16). CIC 2514 “Concupiscencia” puede designar toda forma vehemente de deseo humano, apetito sensible contraria a la razón. CIC 2015. .(CIC= Catecismo de la Iglesia Católica)

CIC 2517 El corazón es la sede de la personalidad moral: “de dentro del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones” (Mt 15, 19). La lucha contra la concupiscencia de la carne pasa por la purificación del corazón: «Mantente en la simplicidad y en la inocencia, y serás como los niños pequeños que ignoran la perversidad que destruye la vida de los hombres

"Corazón limpio" Significa actuar con inteligencia y voluntad, principalmente en tres áreas: caridad, castidad o rectitud sexual y el amor de la verdad y la ortodoxia de la fe. Existe un vínculo entre la pureza del corazón, la del cuerpo y la de la fe.

Los fieles debemos creer “para que, creyendo, obedezcamos a Dios; obedeciéndole, vivamos bien; viviendo bien, purifiquemos el corazón; y purificando el corazón, comprendamos lo que creemos” (San Agustín)

CIC 2521 y sgts: La pureza exige pudor. El pudor preserva la intimidad de la persona. Designa el rechazo a mostrar lo que debe permanecer velado. Está ordenado a la castidad, cuya delicadeza proclama. Ordena las miradas y los gestos en conformidad con la dignidad de las personas y con la relación que existe entre ellas. (Conectividad=Perdida de Pudor, al decir de un amigo sacerdote)

El pudor es modestia; inspira la elección de la vestimenta. Mantiene silencio o reserva donde se adivina el riesgo de una curiosidad malsana; se convierte en discreción. Existe un pudor de los sentimientos como también un pudor del cuerpo.

Este pudor rechaza, por ejemplo, los exhibicionismos del cuerpo humano propios de cierta publicidad o las incitaciones de algunos medios de comunicación a hacer pública toda confidencia íntima. El pudor inspira una manera de vivir que permite resistir a las solicitaciones de la moda y a la presión de las ideologías dominantes.

2524 (…) Educar en el pudor a niños y adolescentes es despertar en ellos el respeto de la persona humana. 2525 La pureza cristiana exige una purificación del clima social. La pureza de corazón libera del erotismo difuso y aparta de los espectáculos que favorecen el exhibicionismo y las imágenes indecorosas. 

2526 Lo que se llama permisividad de las costumbres se basa en una concepción errónea de la libertad humana; para llegar a su madurez, esta necesita dejarse educar previamente por la ley moral. Conviene pedir a los responsables de la educación que impartan a la juventud una enseñanza respetuosa de la verdad, de las cualidades del corazón y de la dignidad moral y espiritual del hombre. 

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