martes, 14 de febrero de 2017

LA FELICIDAD SE CONQUISTA…

¡¡NO  SE GANA  EN UN  BINGO!!

¿Qué hombre nacido de mujer no anhela ser feliz? Y, ¿Qué es la felicidad? La respuesta es variada porque cada uno tiene su propia creencia u opinión sobre tan importante pregunta. No son pocos los pensadores que han reflexionado sobre la felicidad y cómo conseguirla. Algunas opiniones:

Sócrates: “El secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda de más, sino en el desarrollo de la capacidad para disfrutar de menos”.  José Ortega y Gasset: “Si nos preguntamos en qué consiste ese estado ideal de espíritu denominado felicidad, hallamos fácilmente una primera respuesta: la felicidad consiste en encontrar algo que nos satisfaga completamente

Nietzsche: “Cuando superamos aquello que nos oprimía, es cuando somos felices…”. Buda: “No hay un camino a la felicidad: la felicidad es el camino.” Real Academia Española (Rae): Es un “estado de grata satisfacción espiritual y física” Y la lista puede seguir…

Y nosotros…¿qué creemos o decimos creer? Quizá , podamos señalar algunas causas que no ayudan a ser felices. Para ilustrar mejor la idea, tomo de Dennis Prager los siguientes ejemplos:

1. Casi todos tenemos un concepto ideal de la vida que perturba la felicidad. Tal como me sucedió cuando me divorcié. Nadie en mi familia se había divorciado. Y el día que lo hice, mi mundo se vino abajo. Había fracasado. Más tarde volví a casarme y le confesé a Fran, mi esposa, que no podía quitarme de encima el sentimiento de fracaso. 

Ella me preguntó qué había de malo en nuestra familia. Debía reconocer que, aparte del dolor de no ver a mi hijo tanto como quisiera, nuestra vida era maravillosa. Entonces me di cuenta que debía sacar de mi cabeza ese concepto de la "familia perfecta".

2. Compararse con los otros, sobre todo con personas a las que considera más felices. En cierta ocasión traté a un joven que me dejó boquiabierto. Me contó cuánto amaba a su bella esposa y a sus hijas y cuánto le fascinaba su labor y la ciudad en que vivía. Es uno de los pocos afortunados a quienes todo le sale bien sin mover un dedo, pensé. Entonces empezamos a hablar de Internet. Me dijo que, gracias a eso, podía obtener información sobre la terrible esclerosis múltiple que padecía su esposa. ¡Y yo, creyendo que nunca había probado la tristeza!

3. Hacer todo para sabotear tu felicidad al obsesionarse hasta por las mínimas fallas. Por ejemplo, cuando veas un tejado, fíjate en el hueco de una teja faltante. Y una vez identificada tu teja faltante, pregúntate si tenerla en realidad te hará feliz. Entonces elige uno de estos tres caminos: consigue una, sustitúyela u olvídate de ella y concéntrate en las tejas que no le faltan. ¿Vale la pena quebrantarse por una teja?

Todos conocemos gente infeliz que lleva una vida relativamente fácil, y gente dichosa que ha sufrido horrores. Cualquiera puede ser infeliz; no se necesita valor ni esfuerzo. Lo realmente meritorio es luchar por ser feliz. Es una guerra que debe ganarse; no un sentimiento que se espera con los brazos cruzados.

A propósito, dice el Rev. German Novelli: El filósofo francés Voltaire escribió: “Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una”. Una antigua canción dice: “Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor”.

Reduccionismo que da la razón a Voltaire en referencia a la búsqueda del borracho. El evangelio de Mateo recoge la enseñanza dada por Jesús, conocido como “El Sermón del Monte”. En este pasaje, nuestro Señor menciona nueve veces la palabra bienaventurados. Una vez, alégrense. Y una, estén llenos de gozo extremo



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