sábado, 2 de enero de 2016

JESÚS…

¡¡UN  HOMBRE  LIBRE!!


Jesús de origen judío, fue el fundador del cristianismo. El Diccionario Webster define a un cristiano como “una persona que se precia de creer en Jesús como el Cristo o en la religión basada en la enseñanza de Jesús”. O sea “perteneciente al partido de Cristo” o “seguidor de Cristo”.

Muchos, empero, no confían en las palabras de Jesucristo, pero se consideran cristianos simplemente porque asisten a la iglesia o trabajan con un grupo de cristianos. Pero ir a la iglesia o ser una buena persona, no lo hace a uno cristiano. Bien dijo una vez un evangelista, “Asistir a la iglesia no hace a uno un Cristiano, al igual que ir a un garaje no hace a uno un automóvil.”

Ser un verdadero cristiano supone ser libre. Uno no es libre cuando hace lo que le gusta, o lo que quiere, sino cuando elige libremente lo que le hace más persona. La grandeza del hombre está en poder elegir entre el bien y el mal. Cristo fue un hombre libre:

a) Se mantuvo libre frente a la ambición de honores y poder: «Dándose cuenta de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo» (Jn 6, 15). 

b) Se mantuvo libre frente a los poderosos, a los que no temía en absoluto: «Le dijeron: Herodes quiere matarte (...) y él les dijo: Id a decir a ese zorro...» (Lc 13, 3 1-32).

(c) Se mantuvo libre frente a los posesivos lazos familiares: «¿Quién es mi madre y mis hermanos? (...) Todo aquel que cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mc 3, 33-35). 

d) Se mantuvo libre frente a cualquier poder político o re­ligioso: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos.,.!» (Mt 23, 13-32). «Había tapado la boca a los saduceos...» (Mt 22, 34).

e) Se mantuvo libre frente a la ley: «Habéis oído que se dijo... pues yo os digo...» (Mt 5, 21 y sgts). «Quedaron asombrados de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los es­cribas» (Mc 1, 22). 

f) Se mantuvo libre frente a los ritos religiosos. «El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado» (Mc 2, 27). (Estos párrafos fueron tomados del libro "Esta es nuestra Fe" de Luis González-Carvaljal, p.53)

Y nosotros, ¿Somos libres?. Presión por los gastos o por decidir en casa “de quién pasaremos”, la fiesta, provoca en algunas personas ansiedad  y peleas. ¡Cuánto enojo produce estar obligado a satisfacer, fuera de mi voluntad, el deseo o capricho de mi cónyuge? (por ejemplo). ¿Qué libertad es esa?

Cuánto mal humor, irritabilidad y poca tolerancia produce la "obligación" de cumplir por cumplir, participar de algún encuentro – donde no estarás a gusto - para no "herir" los sentimientos del anfitrión; porque la etiqueta exige cierta vestimenta o porque el protocolo dicta…bla, bla, bla. ¿Qué libertad es esa?

La verdadera libertad consiste en hacer todo lo que quieras, con tal de no perjudicar al otro. ¿Por qué tenés que aguantar, katú etereí loo, estar despierto hasta la media noche para festejar la Navidad o el año nuevo?.

Cuando llegan las celebraciones de fin de año o Semana Santa, a menudo la convivencia familiar implica cierto grado de tensión porque no transcurre como uno desearía ni de acuerdo con los mensajes que transmiten el dogma social, es decir, las costumbres.

"La verdadera libertad consiste en poder hacer lo que se debe hacer".  (Baltasar Gracián). Y san Agustín dirá: "Ama y haz lo que quieras"….porque quien ama, no hará el mal. 

                                                        ¡FELIZ 2016!8

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