sábado, 26 de septiembre de 2015

ESTUDIANTES HACEN “LÍO” Y DERRIBAN

LA  MATONIL JACTANCIA  DE BRAVUCONES


Desde algunos días, no hay tema más comentado que el de los sucesos protagonizado por los estudiantes de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Algunos afirmaron que era una manifestación como nunca antes visto.

El Papa Francisco recordó, en Asunción el 15.07.15, su famosa frase pronunciada por primera vez en su pontificado en el encuentro que sostuvo con los argentinos en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro (Brasil) 2013: “¡Hagan lío, pero, organícenlo!”

No pocos piensan que la exhortación papal durante su histórica visita al Paraguay en julio pasado, ha calado hondo y los jóvenes universitarios le hicieron caso al pie de la letra. Así las cosas, desde algunos, el ¡Hagan lío, pero, organícenlo!, logró tumbar al rector de la UNA…..haciendo temblar a su séquito.

Verdad es que la serie de reportaje investigativos que el diario Última Hora (cfr. 25.0915) con el título "Festín de rubros docentes en la UNA", revelaron un gran esquema de corrupción montado y dirigido por el rector Froilán Enrique Peralta, fue el elemento que movilizó la indignación de los estudiantes y el apoyo de la ciudadanía, pero fueron la valentía cívica y la constancia organizada de los alumnos de las diversas Facultades los que hicieron posible derrotar a los exponentes de una estructura dictatorial y corrupta.

Al punto, es oportuno recordar lo que decía De Bonald: “Los gobiernos engendran a las instituciones, las instituciones modelan a los hombres, y los hombres transmiten las buenas o malas cualidades que reciben de las instituciones”. Y en la UNA dicen, hace mucho tiempo ya, la rastrera política partidaria ha inoculado su terrible virus. Otras voces dicen que la corrupción imperante se extiende a otras sedes regionales en el país.

Y cuando el robo, la mentira, el nepotismo y deshonestidad de la mala política partidaria infectan la educación, la ciudadanía quebrantada y rabiosa, sabe que no tiene a mano líderes y hombres probos, por consiguiente, para éstos, el término Ética nada significa.

Es que la Ética es una margarita demasiado bella para los chanchos. Etizar la política y politizar la ética es para la gran mayoría, pretender la cuadratura del círculo. (cfr. Corriente Arriba - C. Díaz, p. 110). Es lamentable que este tipo de personajes pululen en instituciones públicas, peor aún, si lo hacen en un recinto académico.

Esta clase de terrícolas, es tan fiable como muletas de plástico sobre las que se apoya, el que, tras derretirse su muleta al contacto con el calor del asfalto, el apoyado se desploma. (cfr. “Es grande ser Joven” p. 92)

Tantos malos políticos pudieran decir con Guillermo Rovirosa, sindicalista español: Mi suciedad congénita (hereditaria), me lleva como a los cerdos a revolcarme en la primera charca putrefacta que me encuentro, o en la propia inmundicia que yo mismo me fabrico, sin descanso y sin medida. Sí, yo no sé ni puedo limpiarme por mí solo” Rovirosa se acusa de “traidor”, de “seguidor” de Judas.

Los jóvenes de nuestra dolorida patria, con esta valiente actitud nos enseñan – como afirma C. Díaz – que una justicia deficiente, un progreso ciego, un curso desenfrenado un comportamiento disoperativo se convierte en un fuerte nihilismo antropológico, y también, en una causa de sufrimiento generalizado. (p. 230)


Theodore Roosevelt (1858-1919)  Presidente estadounidense, decía: “Un pueblo no puede llamarse a sí mismo completamente civilizado, mientras haga distingos entre el acto de robar una cartera y el de robar un cargo público.” (Correo del 07.02.14 P. Dr. Manfredo  W. )

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