LA MATONIL JACTANCIA DE BRAVUCONES
Desde algunos días, no hay tema más comentado que el de los sucesos protagonizado por los estudiantes de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Algunos afirmaron que era una manifestación como nunca antes visto.
El Papa
Francisco recordó, en Asunción el 15.07.15, su famosa frase pronunciada por
primera vez en su pontificado en el encuentro que sostuvo con los argentinos en
la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro (Brasil) 2013: “¡Hagan
lío, pero, organícenlo!”
No
pocos piensan que la exhortación papal durante su histórica visita al Paraguay
en julio pasado, ha calado hondo y los jóvenes universitarios le hicieron caso
al pie de la letra. Así las cosas, desde algunos, el ¡Hagan lío, pero, organícenlo!,
logró tumbar al rector de la UNA…..haciendo temblar a su séquito.
Verdad
es que la serie de reportaje investigativos que el diario Última Hora (cfr.
25.0915) con el título "Festín de rubros
docentes en la UNA", revelaron un
gran esquema de corrupción montado y dirigido por el rector Froilán Enrique
Peralta, fue el elemento que movilizó la indignación de los estudiantes y el
apoyo de la ciudadanía, pero fueron la valentía cívica y la constancia
organizada de los alumnos de las diversas Facultades los que hicieron posible
derrotar a los exponentes de una estructura dictatorial y corrupta.
Al punto, es oportuno recordar lo que
decía De Bonald: “Los gobiernos engendran a las instituciones, las instituciones modelan
a los hombres, y los hombres transmiten las buenas o malas cualidades que reciben
de las instituciones”. Y en la UNA dicen, hace mucho tiempo ya, la rastrera
política partidaria ha inoculado su terrible virus. Otras voces dicen que la
corrupción imperante se extiende a otras sedes regionales en el país.
Y cuando el robo, la mentira, el nepotismo
y deshonestidad de la mala política partidaria infectan la educación, la ciudadanía
quebrantada y rabiosa, sabe que no tiene a mano líderes y hombres probos, por
consiguiente, para éstos, el término Ética nada significa.
Es que la Ética es una margarita demasiado
bella para los chanchos. Etizar la política y politizar la ética es
para la gran mayoría, pretender la cuadratura del círculo. (cfr. Corriente
Arriba - C. Díaz, p. 110). Es lamentable que este tipo de personajes pululen en
instituciones públicas, peor aún, si lo hacen en un recinto académico.
Esta clase de terrícolas, es tan fiable como muletas de plástico sobre las que se apoya, el que, tras
derretirse su muleta al contacto con el calor del asfalto, el apoyado se desploma. (cfr. “Es grande ser Joven” p. 92)
Tantos malos políticos pudieran decir con Guillermo
Rovirosa, sindicalista español:
“Mi suciedad congénita (hereditaria), me
lleva como a los cerdos a revolcarme en la primera charca putrefacta que me
encuentro, o en la propia inmundicia que yo mismo me fabrico, sin descanso y
sin medida. Sí, yo no sé ni puedo limpiarme por mí solo” Rovirosa se
acusa de “traidor”, de “seguidor” de Judas.
Los jóvenes de
nuestra dolorida patria, con esta valiente actitud nos enseñan – como afirma C.
Díaz – que una
justicia deficiente, un progreso ciego, un curso desenfrenado un comportamiento
disoperativo se convierte en un fuerte nihilismo antropológico, y también, en
una causa de sufrimiento generalizado. (p. 230)
Theodore Roosevelt (1858-1919) Presidente estadounidense, decía: “Un pueblo no puede llamarse a sí mismo
completamente civilizado, mientras haga distingos entre el acto de robar una
cartera y el de robar un cargo público.” (Correo del 07.02.14 P. Dr. Manfredo
W. )
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