Confiar es esperanza ciega en alguien: “Confío
en su capacidad para llevar adelante mi empresa; dejo mi casa al cuidado
de Juan, porque confío en él”. Hay gente simplemente.... desconfiada,
Pero, el método de Dios -que no entendemos- no siempre es acorde al nuestro. La lógica divina escapa a nuestra capacidad de comprensión. El relato que sigue muestra lo indicado:
“El Dr. Mark, famoso médico oncólogo, voló a una conferencia para recibir un premio por sus aportes y méritos en medicina. Pero, una hora después aterrizaron de emergencia en un aeropuerto cercano. El Dr. alquiló un automóvil y se dirigió al lugar de la conferencia.
Sin embargo, poco después de su partida, mientras conducía, el clima empeoró y comenzó una fuerte tormenta. Internet se apagó y el GPS no funcionó. Erró el camino y se perdió.
Después de dos horas conduciendo sin rumbo, se dio cuenta de que ¡se había perdido! Estaba cansado y hambriento. Buscó un lugar para quedarse. De casualidad encontró una pequeña casa. Abatido, salió del coche y llamó a la puerta.
Una mujer la recibió. Él le explicó lo que pasaba y pidió que le permitiera usar su teléfono. La mujer dijo: ¡no tengo teléfono, pero entre y espere a que mejore el clima!
El médico aceptó la oferta y entró. La mujer le ofreció té caliente y dijo: iré a orar. El Dr. Mark sonrió incrédulo y le dijo que él solo creía en el trabajo duro.
Sentado a la mesa, tomando un sorbo de té, vio que la mujer rezaba junto a su cama con débil luz de las velas. El médico notó que la mujer necesitaba ayuda, así que cuando terminó de rezar, le preguntó:
¿Qué
es lo que quieres de Dios? ¿Crees que Dios escuchará tus oraciones? La mujer
sonrió tristemente, pero segura de su fe dijo: “El bebé en la cuna es mi
hijo, y él tiene un tipo raro de cáncer. Pero, solo hay un médico en este país
que sabe cómo tratarlo…
Su nombre es Mark, y sé que él puede curarlo, pero yo no tengo ni el dinero ni la forma de encontrarlo, pues el Dr. Mark vive en otra ciudad. Dios todavía no respondió a mi oración, pero sé que en su tiempo El me ayudará...y nada quebrantará mi fe”.
Aturdido, sin palabras, el Dr. Mark lloró y susurró: Dios es maravilloso...Recordó todo lo que le pasó hoy: el accidente del avión, la lluvia torrencial que le hizo perder el rumbo….
Y todo esto ocurrió porque Dios, no solo respondió la oración de la sencilla mujer, además, le dio la oportunidad de salir del mundo material y una bella ocasión de ayudar a tantos pobres, que no tienen más que oración y fe. Es que ¿Hay algo imposible para Dios?
“Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman…” (Ro 8:28) Si se admite la idea de un Dios como ser de inteligencia infinita, es absurdo que nuestra poca inteligencia pretenda comprender las cosas del Todopoderoso.
Con
razón decía Santa Teresa de Jesús: ¡Dios escribe recto sobre líneas
torcidas! porque los hombres no somos capaces de leer el
pensamiento de Dios.