Lo que nadie esperaba era precisamente la incómoda verdad que se iba decir:
“Señor, venimos ante de Ti, para pedir perdón y tu dirección. Sabemos que tu Palabra dice: “Malditos aquellos que llaman “bien al mal”, y es lo que hicimos. Perdimos el equilibrio espiritual y cambiamos nuestros valores”.
Confesamos que ridiculizamos la verdad…y la llamamos, “pluralismo moral”. Rendimos culto a otros dioses y lo llamamos: “multiculturalismo”. Convertimos la perversión en “un estilo de vida alternativo”. Nos aprovechamos de los pobres y lo
llamamos: “lotería”.
Descuidamos al necesitado y lo llamamos: “auto
preservación”. Premiamos la pereza y la llamamos: “bienestar social”. Matamos a nuestros
hijos antes de nacer, y lo llamamos: “libre elección”.
Aceptamos a abortistas y lo llamamos: “justificable”. Ya no disciplinamos a nuestros hijos, y lo llamamos: “desarrollo de autoestima”. Abusamos del poder y lo llamamos: “Sabiduría política”.
Codiciamos los bienes del vecino y lo llamamos: “tener ambición”. Contaminamos las ondas de radio y televisión con grosería y pornografía y lo llamamos: “libertad de expresión”. Ridiculizamos valores morales de nuestros ancestros y lo llamamos: “obsoleto y pasado”.
¡Oh Dios! mira en lo profundo de nuestros corazones; purifícanos y líbranos
de nuestros pecados. Guía y bendice a los hombres y mujeres que están aquí, a
quienes ordenaste gobernar este gran estado.
Concédeles tu sabiduría y poder para gobernar y que sus decisiones nos dirijan al centro de tu voluntad. Te lo pido en el nombre de tu Hijo el Salvador Cristo Jesús. Amén.
Naturalmente, los hacedores del mal reaccionaron inmediatamente: Un Parlamentario salió la sala durante la oración. Otros criticaron la oración, calificándola como “un mensaje de intolerancia”.
Durante las seis semanas siguientes, la Iglesia “Central Christian Church”, donde trabaja el religioso Wright, recibió más de 5.000 llamadas telefónicas, de las cuales sólo 47 fueron desfavorables.
Con la ayuda de Dios, deseamos que esta oración se derrame sobre todos
nosotros, y que nazca en nuestros corazones el deseo de llegar a ser
un “Pueblo bajo la mirada de Dios”.
Esta oración que causó controversia en USA luego de 26 años... ¿no estará vigente hoy?
Cualquier parecido con nuestra
realidad, será ¡pura coincidencia!
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