miércoles, 8 de diciembre de 2021

TEMPLANZA vs SOBERBIA

 

El diccionario dice que templanza es “moderación, sobriedad y delicadeza”. Y soberbia: que es desdén, apetito desordenado y de ser preferido a otros, desprecio a los demás. Así, ¡La templanza es virtud excelente para las relaciones humanas! 

“La Delicadeza es virtud fuerte e indispensable a los groseros, intempestivos, estúpidos, intolerantes, indiscretos, descontrolados, nerviosos, tímidos, maleducados y egoístas de todos los matices” (P. Juan Mohana) 

Dice David Owen, neurólogo: “Síndrome de Hubris” (adicción al poder) es un desorden que sufre la gente que ejerce poder; característica que lo hace en exceso mesiánica, ego desmedido, con enfoque personal exagerado y deprecio hacia las opiniones de los demás. 

Las personas arrogantes (sean de 1ª o 5ª categoría) no aceptan que otros tengan “razón”. Todo lo interpretan como un desafío, como que “pierden la batalla”. En el fondo, son inseguras. Se estiman superiores a todos. Se creen los gerentes generales del universo. 

Contra esta conducta, la Delicadeza, virtud que brota de la fe. Es inspirado en Jesús, Aquel que es el santo hecho visible en el actuar humano. “En verdad les digo, que cuanto hicieron a uno de mis hermanos, a Mí me lo hicieron” (Mt. 25:40). 

Mansedumbre y delicadeza son virtudes hermanas. Quien cultiva la templanza fácilmente se vuelve delicado con todos. Vive mejor en la comunidad. “Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón” (Mt. 11:29). Luego, en nuestra relación diaria necesitamos: 

*Delicadeza de lo imprevisto: Felizmente, la vida no es computarizada. Mucho menos la vida que llamamos “convivencia comunitaria”. Todo puede ocurrir. No todo se controla. 

*Delicadeza en la coexistencia: Aceptar las diferencias individuales, aceptar a los demás como son, con sus cualidades y sus limitaciones. ¡Todos tenemos defectos! 

*Delicadeza en el hablar: San Pablo, era cariñoso con los ingratos, los llamaba: ¡Hijos míos! (Gal.4:19); palabras suaves como “amadísimos”. Pidió a los cristianos de Roma la virtud de la delicadeza en discusiones surgidas entre ellos. 

Reciban con delicadeza al que es débil en la fe sin discutir opiniones. “Pues bien, el que come de todo no debe menospreciar al que no come... y el que no come no juzgue al que come pues Dios lo ha acogido con delicadeza(Ro 14-4). 

Este es el principio evangélico: delicadeza en el intercambio ideológico, diálogo, jamás guerra. Con riguroso espíritu cristiano Pablo enseña el modo de responder, de preguntar, de censurar y hasta de silenciar en la convivencia con personas de opiniones diferentes. 

*Delicadeza en el servicio: Jesús nos dejó una regla de oro para la delicadeza en el servicio: “No vine a ser servido, sino para servir” (Mc. 10:45) 

La moderna investigación psicológica nos enseña que la ira no es una disposición, no es un hecho constitucional; es decir, uno no nace así. ¿Qué hacer con la persona colérica? La respuesta cristiana, guste o no es: ¡Comprender y ayudar a cambiar!. 

También es buena gente, de grandes dones, cuyo dilema interior del pasado no fue sanado. Son, en parte, víctimas y culpables. ¿Qué hacer? Orar para ayudar....porque para Dios ¡nada es imposible! Quien esté libre de culpas... ¡arroje la primera piedra! (Jn 8-7) 

La virtud de la templanza garantiza a cada hombre el dominio del “yo superior” sobre el “yo inferior”.  ¡Santo Dios…dame la fuerza para ser mejor!

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