Pregunta: Si tuviera que definir el significado de la Navidad en una oración ¿qué diría? Respuesta: Lo más probable es que la defina según la forma en que la celebra.
La Navidad puede ser entendida desde varios criterios, pero lo que no debe olvidarse es que se trata de Dios y su prodigioso plan para la humanidad. Mucho se Celebra la navidad consumista, no la navidad bíblica, en su legítimo significado.
Para entenderla cabalmente, se reflexiona dos palabras: Encarnación y Reconciliación. Encarnación significa que Dios envió a Jesucristo como a un bebé, que aun siendo Dios, nació en el mundo y creció como hombre. Es conocido como unión hipostática.
-Encarnación. Esta unión, según la teología cristiana es unión de dos naturalezas; divina y humana, en la persona de Jesús. Es el cimiento de la doctrina cristiana. “El verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1:14) ¡El bebé en el pesebre es Hijo de Dios!
-Reconciliación. Significa unidad, rechazar la agresión para traer perdón y paz. Es lo que hizo Dios por amor a nosotros, al enviar a su único hijo para morir en la cruz y recuperar la unión con Dios. “Navidad es celebrar la histórica ocasión en que Dios vino a la Tierra en la persona de su Hijo Jesús, conciliar consigo al hombre pecador, mediante su muerte en la cruz”.
Navidad es compartir en familia, no para zambullirse en un torrente de consumos.
Pero, la esencia de esta festividad se perdió, porque el enfermizo “tener y mostrar”, alteró lo espiritual en una ocasión para que el deseo de vanidad y derroche, obligue al terrícola incauto a volverse consumidor consumido por el consumo que lo consume.
No hace más ni mejor Navidad, gastar lo que no se tiene en ropa nueva, costosos decorados de la casa, grandes cenas y fiestas…está bien si se puede, pero, preciso ¡no es! Cada uno hace lo que quiera de su dinero, ya depende de su equilibrio emocional.
El gasto familiar -dicen- se eleva en esta fecha, debido a que se instaló la idea que, para celebrar la Navidad es necesario consumir, aunque luego, no pueda pagar su impuesto inmobiliario, registro de conducir, entre otras obligaciones.
Navidad, para muchos, es fiesta apagada. Santa Claus tomó su lugar. El templo es el centro comercial: sus estacionamientos así lo confirman. “Donde está tu tesoro, allí está tu corazón” (Mt.6:21).
El Papa Francisco recomendó cinco compromisos a tomar en este tiempo esperando la llegada del Niño Jesús, para vivir con fe, esperanza y alegría:
a) Llamar por teléfono a quien está solo. b) Visitar a un anciano o a un enfermo. c) Hacer algo en favor del necesitado. d) Pedir perdón y perdonar, saldar una deuda. e) Orar y pedir perdón al Señor. (Así, pido perdón a los lectores, por lo que deba pedir…)
Se dijo: Los cristianos no celebramos fechas, celebramos hechos. Nos alegramos porque, Aquel que no se puede contener en el universo por su poder y gloria, sin embargo, cabe en el corazón de cada pecador que le abra su corazón.
Aunque la casa esté adornada de luces y guirnaldas colgadas del arbolito, lindo pesebre, y sobre la mesa harta comida, bebidas y regalos…no se podrá festejar la Navidad si el corazón no está libre de enojos y rencores-py'aro. Tampoco es pirotécnia ni disparos al aire ka´ úre, porque...¡Navidad es paz!
Por consiguiente,
sea con todos ¡FELIZ NAVIDAD!
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