¡Qué difícil compromiso!
Ética, es la ciencia del comportamiento moral. Así, ética cristiana es practicar el bien y evitar el mal. Luego, el cristianismo es un estilo de vida excelente, es estar atentos a las cosas de arriba y no en las cosas de la tierra… la vida está escondida con Cristo en Dios. (Co 3, 1-3).
Sabemos cómo comportarnos, pero, no lo hacemos. Conocemos la ley, pero la violamos. Benedicto XVI decía: “La gran enfermedad de nuestro tiempo es su déficit de verdad”.
Causas: Ignorancia. Mal entendida tolerancia. Relativismo...que algo sea malo o bueno “depende de la opinión de la mayoría”. Entonces, ¿Qué es un valor ético? Y, ¿qué de nuestro compromiso bautismal, el de vivir como sacerdote, profeta y rey?
Se practican actos criminales por razones científicas o humanitarias, pruebas con vidas humanas, pero sólo interesa la “prostituta universal”, irónica frase de Shakespeare, en referencia al dinero "pirá piré".
Así se confunde legalidad con moralidad. Un crimen permitido por ley no significa que sea bueno, moralmente. El asesinato es y será crimen, antes, ahora y siempre, no importa el nombre que se le dé.
La verdad moral objetiva (ley natural). La bondad o la maldad no depende de la cultura o de acuerdos mayoritarios. La Moral objetiva está por encima de las opiniones. La esclavitud no se anuló por decisión mayoritaria, sino porque es contraria a la dignidad humana.
La recta vida moral es igual a andar por buen camino y en desandar la vía errada, poniendo orden en el caos interior. “Hay gente que trabaja mucho por tener más, pero en realidad, se destruye”, por carecer de contentamiento, virtud que no significa conformismo.
Caso triste. Las estadísticas gritan; si cada vez que el hijo vuelve a casa, no encuentra a papá y mamá s por estar trabajando para juntar más dinero, ¿cuánto dinero?. Sepan que comenzaron a poner la primera carga para dinamitar su hogar.
Si se pretende sustituir el calor de la presencia por abundantes ausencias, con regalos, se habrá roto la familia…por causa de sustituir el “ser” por el “tener”.
Otra pregunta que debemos hacernos siempre:
¿Quién
soy yo cuando nadie me ve? Este incómodo auto-acoso, llevará a otra
pregunta… ¿soy Honesto e Integro?
Es que los errores de conciencia no se
ven, no se pesan, no se palpan ni se miden. Y para el cristiano añeteté, la
respuesta es vital. La moral cristiana es moral evangélica.
La crisis ético-moral en
el mundo de hoy es compleja. Es difícil reducir a un esquema. Dos aspectos
de esa crisis que interesan de modo especial a todo cristiano comprometido:
la subjetividad ética y
la ética de resultados.
(Explicar Conveniencia o convicción).
Ñande ha'e: 50% corrupto por acción. 45% malo por inacción. 5%
“correcto”. (Explicar)
3 Pruebas de
lo antedicho: la conducta nuestra de cada día, aunque nos creamos “buenitos”:
1. Nuestra palabra, nada vale. Incumplimos, sin rubor, una y otra vez nuestras promesas.
2. Violamos mucho y descaradamente las reglas de tránsito (y otras) dando pésimo ejemplo.
3. Cobardía ponciopilatiana. Nos falta
coraje para practicar la corrección fraterna. Por tanto, somos parte de la corrupción que tanto criticamos.
Hay que saber que “Pocos premios, recibe el profeta, y menos en vida. El magro caminante de alforja sin currículo ni academia, pasa sin ser notado o recibe abucheos” (Carlos Díaz-Corriente Arriba p. 9).
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