"La vida es demasiado corta para tener que hacer frente a un “bobo": Cuatro perfiles más comunes y algunos consejos para evitarlos. Este tipo de gente amarga la vida. ¿Conoces a alguno? Es más, ¿te reconoces a ti mismo? (Alba Ramos Sanz)
Tontos, estúpidos, idiotas, majaderos... Son algunos de los sinónimos que encontramos en los diccionarios de lengua española para denominar a este tipo de gente.
Son los adjetivos más usados cuando señalamos a gente engreída (rekakahyí-jejapó), ególatras y con conductas sociales (aunque la mayoría de ellos lo ignoren) que suelen destacar negativamente.
También conocidos
como imbéciles, la doctora Martina M. Cartwright se ha preguntado
cómo podemos manejar a estas personas “crónicamente egoístas y
desconsideradas” que con sus comportamientos “hacen miserables la vida de los que les rodean”.
Imponen su criterio, desprecian opiniones ajenas y en general, son intolerantes con cualquier actitud o pensamiento que no encaje con el suyo. ¡Molestan a los demás!.
Cartwright aconseja cuidarse de esa gente, y señala, cuatro tipos de conducta para identificarlos y apartarlos de nuestro entorno: “la vida es demasiado corta para tener que hacer frente a un idiota”:
1. Egoístas crónicos: los reyes del yomismismo. “Todos somos egoístas en momentos”, reconoce Martina, “pero este tipo de gente lo es permanentemente”. Narcisistas de pura cepa, son desconsiderados con los sentimientos de los demás y muestran poca empatía.
Llevan a rajatabla el yo, mí, me, conmigo. Sólo se preocupan por ellos y sus deseos. Son “Mentirosos y falsos”. A nivel profesional se caracterizan por ser trepas: “Con los jefes se llevan bien. No les importa que despidan a otros compañeros con el fin de ascender”.
Les gusta llevar
razón. Tratan de cambiar a los que les rodean para que se adapten a sus
conductas y opiniones. No demuestran ningún interés por cambiar su
egoísmo.
Su modus operandi: hablar mal de otros para sobresalir.
Esta especie tratará de dejarte a la altura del betún elogiando su trabajo –y
comentar con todos– que tu trabajo es peor.
“Mucha gente las ven como buenas, pero en secreto son tiranos, narcisistas, egoístas que engañan a la mayoría de las personas”. Mentirosos crónicos, saben cómo sacar el mejor partido a su personaje:
“Repiten como loros palabras que la gente quiere escuchar como lo importante que es la integridad, la honestidad, etc., pero probablemente son la gente menos honesta que conocerás”.
4. Vagos y maleantes, son incompetentes. Les consume la pereza y endosan el trabajo a los demás. Como ellos no saben hacerlo o lo hacen mal, se libran de cualquier responsabilidad, explica Cartwright.
Retomando la comparativa escolar, serían aquellas personas que en los trabajos en grupo no aportaban nada o lo que hacían lo hacían mal. Al final conseguían que otros terminen haciendo su parte porque perdían más tiempo corrigiendo su trabajo.
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