La libertad, como otros valores, es uno de los términos más prostituidos desde
siempre. Sin embargo, la libertad es un don
inestimable que Dios ha dado al hombre. Es la responsabilidad de decidir su propio destino.
Es el más alto grado de su dignidad.
La verdadera libertad consiste en “hacer
lo que se debe y no, lo que se quiere”. Por
el bautismo el hombre recupera la libertad de los hijos de Dios (Rom. 8,
21-23).
Jesucristo nos enseña: «si permanecen en mi... conocerán la verdad, y la verdad les hará libres... Si el Hijo les
da la libertad, serán libres» (Jn. 8, 31-36) No
es libre el hombre “mbareté” cuando hace lo que quiere, como quiere y cuando
quiere, creyendo ser dueño de una falsa autonomía: ¡Hágase mi voluntad!.
¿Cuántos crímenes y abusos no se cometen en nombre de la libertad y la
democracia? Crímenes y abusos que
se cometen aquí y allá, en nombre de la libertad y la democracia, son hechos
cotidianos que atentan contra la dignidad humana.
Hoy nadie está libre de
cualquier agresión, estafa, abuso de autoridades policiales, judiciales,
políticos ladrones que desangran al país y generan miseria; asaltos, robos,
secuestros y demás etcéteras harto conocidos. La prensa nos lo recuerda
diariamente.
Quién no recuerda lo
que exclamó la famosa revolucionaria francesa señora Roland, junto a la
guillotina en que fue ejecutada por el régimen del terror: "¡Oh Libertad! ¡Cuántos
crímenes se cometen en tu nombre!"
Jesús nos enseña sobre la verdadera libertad. ¡El fue un hombre libre! Dice Luis González-Carvajal en su Libro "Esta es nuestra Fe" p. 51-53: Al dar un valor absoluto al Reino, Jesús relativizó todo lo demás. Debido a eso se caracterizó por una insobornable libertad:
Jesús nos enseña sobre la verdadera libertad. ¡El fue un hombre libre! Dice Luis González-Carvajal en su Libro "Esta es nuestra Fe" p. 51-53: Al dar un valor absoluto al Reino, Jesús relativizó todo lo demás. Debido a eso se caracterizó por una insobornable libertad:
*Se mantuvo libre frente al dinero y lo inculcó así a los suyos: No anden preocupados por su vida, qué comeremos, ni por el cuerpo, qué vestiremos... miren las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y el Padre celestial las alimenta... Busquen primero el Reino y su justicia, y lo demás vendrán por añadidura» (Mt 6, 25-33).
*Jesús se
mantuvo libre frente a la ambición de honores y poder: Dándose cuenta de que
intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al
monte él solo» (Jn 6, 15).
*Se
mantuvo libre frente a los poderosos, a los que no parecía temer en
absoluto: «Le dijeron: Herodes quiere matarte (...) y él les dijo: “Díganle a ese zorro...” (Lc 13,31-32).
*Se
mantuvo libre frente a los lazos familiares: «¿Quién es mi madre y mis
hermanos? (...) Todo aquel que cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano,
mi hermana y mi madre» (Mc 3, 33-35).
*Se
mantuvo libre frente a cualquier grupo político o religioso: «¡Ay de ustedes,
escribas y fariseos.,.» (Mt 23,13-32). «Había tapado la boca a los
saduceos...» (Mt 22, 34).
*Se
mantuvo libre frente a
la ley: «Han oído que se dijo... pero yo les digo...» (Mt 5, 21
y ss). «Se asombraron de su doctrina, porque enseñaba como quien
tiene autoridad, y no como los escribas» (Mc 1, 22).
*Se
mantuvo libre frente a los ritos religiosos. «El sábado ha sido instituido para
el hombre y no el hombre para el sábado» (Mc 2, 27).
Y es que
la libertad de Cristo era la del que nada tiene que perder: «No hay nada que dé
tanta libertad de palabra, nada que tanto ánimo infunda en los peligros, nada
que haga a los hombres tan fuertes como el no poseer nada, el no llevar nada
pegado a sí mismo.
De suerte
que quien quiera tener gran fuerza, abrace la pobreza, desprecie la vida
presente, piense que la muerte no es nada. Ese podrá hacer más bien a la
Iglesia que todos los opulentos y poderosos; más que los mismos que imperan
sobre todo»”.
Pero ser libre tiene sus consecuencias en una
sociedad corrupta. ¡Se paga caro, muy caro!. Por ello, sólo estando en las
manos de Dios se puede enfrentar al mal. Cristo también experimentó el
drama de todo hombre libre: Sentirse solo a pesar de estar rodeado de
gente. Sus mismos discípulos no le entendieron: «No habían comprendido
(...) sino que su mente estaba embotada» (Mc 6, 52). «¿Con que también ustedes están
sin inteligencia?» (Mc 7, 17-18).
Llegó a sentirse solo incluso entre quienes le
seguían: «Jesús los conocía a todos y no tenía
necesidad de que se le diera testimonio acerca de los hombres, conocía
lo que hay en el hombre» (Jn 2, 24-25).
Sus mismos familiares llegaron a creer que
estaba loco: «Se enteraron...y fueron a hacerse cargo de él, pues
decían: Está fuera de sí» (Mc 3, 21).
Sin embargo, todo lo que sintió de
incomunicabilidad ante los hombres lo sintió también de relación personal e
íntima con Dios, El nombre que usaba para referirse a Dios era el vocablo arameo Abbá, «papá».
El hablaba con Dios como un niño con su padre,
lleno de confianza y seguro, pero, al mismo tiempo, respetuoso y pronto a
obedecer. Así Jesús nos enseña y alienta a seguir sus
pasos. De lo contrario, no habrá paz, justicia, solidaridad ni patriotismo.
De cada uno depender ser libre o esclavo. "La Paraguay jaipotava, ñandé
mante ja japota"…pero solo siendo verdaderamente libres, ¡ñande
Jara estiloi tepe, anguirú!
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