martes, 30 de mayo de 2017

MARÍA, MODELO DE

                                 ¡¡ADORACIÓN  AL  SEÑOR  JESÚS!!

Resultado de imagen para maria modeloLa Santísima Virgen María es la criatura más excelsa salida de las manos de Dios. Podemos imaginarnos cómo será María que es la mujer proyectada y realizada por Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre. Por eso fue dotada de tantas gracias y privilegios. Ya en el siglo II se decía: «María, por encima de Ti, sólo Dios; por debajo de Ti, todo lo que no sea Dios. (P. Jorge Loring)

María fue el primer sagrario de la historia donde el Hijo de Dios en su seno virginal, invita a la adoración. ¿Cuántos homenajes tan dignos no habrá recibido el Niño Dios de su santa Madre durante el embarazo?

La mirada de María al contemplar el rostro de Jesús recién nacido y al estrecharlo en sus brazos ¿no es acaso el inigualable modelo de amor en el que tenemos que inspirarnos cada vez que buscamos adorar al Señor?  Sólo después de ella se acercaron a adorar San José, los pastores y los reyes magos.

María continuó adorando a su Hijo Jesús, El Señor en su vida sencilla y humilde en Nazaret, luego en su vida apostólica y hasta el Calvario, donde su adoración fue sufrimiento. Ella adapta su adoración al estado de Jesús.

María le adoró, primero en su seno, luego al nacer en Belén, mas tarde como hijo del carpintero en Nazaret, en la etapa de evangelización y le adoró también en su agonía hasta el Calvario, sufriendo con su divino Hijo, cuando lo tuvo finalmente entre sus brazos y cuando murió en la cruz. Nadie como ella lo vio y lo contempló.

Cuando festejaban cada año el cumpleaños de Jesús, seguro que María lo recordaba con amor maternal y adoración. (Si en la época existiera el Galaxy S8 Plus, ¿las mamás no registrarían con indecible amor todos los acontecimientos de sus hijos?

Por eso decimos sin exagerar que María es el primer sagrario, modelo de adoración y de contemplación. ¿Qué mujer no tiene estos mismos sentimientos hacia su hijo?

María con toda su vida junto a Cristo y no solamente en el calvario hizo suya la dimensión de ofrenda que aparece en el misterio sacrificial de la Eucaristía. Cuando llevó al niño al templo para presentarlo al Señor oyó al anciano Simeón que decía del niño señal de contradicción será y una espada te atravesará tu propia alma.

Así se preanunciaba el drama del Hijo Crucificado y en cierto modo se prefiguraba el drama de María al pie de la cruz preparándose día a día para el Calvario. (Lc 2, 34-35).  María fue una especie de Eucaristía anticipada según la expresión de Juan Pablo II en el misterio eucarístico.

Se podría decir una comunión espiritual de deseo y ofrecimiento que culminará en la unión con el Hijo en la pasión y se va a manifestar después en el misterio pascual en la participación en la Eucaristía presidida por los Apóstoles como memorial de la pasión.

¡Cuánto yo quisiera adorar al Señor como le adoraba esta buena madre! Pero me consuelo sabiendo que lo mismo que ella, le poseo a Cristo en la Comunión, repitiendo una y otra vez: ¡Gracias Dios mío por darme a María como verdadera madre y ruego de tu misericordia me hagas partícipe de su gracia y de su virtud de adoración. ¡Amén!

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