Todos sabemos que Navidad es época de alegría, felicidad…luego, tenemos que estar felices. Pero, quién ha dicho que en navidades tengamos que ser felices? La felicidad no puede forzarse, aunque estemos en Navidad.
Ciertamente, para muchos la Navidad no es sino poner el arbolito, cubrir la casa con lucecitas, hacer el pesebre, cargar la mesa…en una especie de competencia con otros… Otros katu he í, simplemente no me gusta la navidad”. Ensayo un posible diálogo entre amigos:
- Joselito y ¿por qué pio no te gusta?
- Goyín. E´ ana, vo
pio
no saé loo que hay mucho gasto en regalos: moto, bici, el celu, ropa
nueva, comida, bebidas, el tráfico infernal, hetá la gente…y todo eso
provoca tensión. Y otra cosa, nunca loo falta algún lío familiar, taén.
- Joselito: Tenés razón…
cuando todo lo que dijiste es única condición para festejar la navidad.
Entonces, esta y otras fechas acaban provocando cansancio, estrés, es decir, un
problema.
- Pero quiero contarte
también que, muchos se esfuerzan para que el encuentro se desarrolle con ánimo
muy positivo, se reatan y fortalecen vínculos familiares, que no es poca cosa.
- Goyín. Lindas palabras…y tiene lógica
lo que decis…pero yo ko no soy loo de irme a la iglesia…porque los que andan por ahí… saé
loo,…no ves pio ña “Ma´-éra” ¡no sale de la Iglesia y que cuentera loo é!
¿No viste el gastó irracional que hizo al comprar su Papá Noel?
- Joselito: Es
cierto lo de ña “Ma- éra”. Pero vos y yo podemos celebrar la navidad sin
caer en el “consumo consumista que consume”? ¿Para qué comprar, renovar lo
que NO es necesario?.
Si Navidad es una fecha para pedir
regalos ¿por qué no pedimos regalos espirituales, como por ejemplo, Prudencia,
Paciencia, Fortaleza y Perseverancia para no dejar salir al Niño Dios del
“pesebre” instalado en nuestros corazones, en vez de una computadora, una moto
o un viaje?.
Esto de que Papa Noel viene y trae
regalos, más que festejo es un gran negocio para quien vende, y desgracia para
quien compra, más de lo que necesita. Así las cosas, decidamos que la Navidad
nos haga SER más y MEJORES, antes que buscar TENER más ¿Qué te parece?
-
Goyín. ¡Ndeeera!..le perecés a un pa-í loo cuando hablás así.
- Joselito. Nosotros no vamos estar en
el vyroreí.
No seremos “bombardeador bombardeado por nuestras propias bombas”.
Somos respetuosos, no cometeremos el delito de explotar bombas en perjuicio de
los demás. Eso es cosa de imbéciles, no de
decentes.
-
Goyín. Ndee…ahora te enojaste…¿por qué pio dijiste imbécil?
- Joselito. Imbécil no es mala
palabra, proviene del Latín Imbecillis, que significa persona débil.
En un principio se refería a una dolencia física, más tarde, a un mal mental y
así se califica a un Imbécil como un “débil mental”. No me enojo, solo describo una realidad.
Por consiguiente, pido a Papá Noel que
al pasar con su veloz trineo, arranque la imbecilidad de quien la padece, y lo
deposite en otra galaxia. Seamos comprensivos: No siempre el imbécil lo es por
malo. Solo es imbécil, en todo caso, un pobre y bonachón imbécil.
Y a aquellos a
quienes sí encuentran sentido, ruego plegarias por mi conversión personal, al
tiempo de reiterarles: feliz Navidad y mejorado 2020.