COMO UN BUEN AMIGO
Afirman que la lectura es uno de los procesos mentales
más complejos que lleva a cabo el hombre, porque, aprender a leer es ardua
tarea, sobre todo, en una fauna carente de cultura lectora, como la nuestra.
Con razón alguien dijo: “sostener un libro en la mano es signo de inteligencia; leer y entender
ya simplemente resulta una gran hazaña”.
La “eutanasia lectora” se evidencia en la siguiente
tragedia: ¡De cada veinte alumnos a punto de culminar sus estudios
universitarios, sólo tres, han manifestado haber leído un libro, desde su
inicio hasta el final!
Leer es hábito
y un hábito bueno, es virtud. El
hábito se logra con la repetición de actos. Luego, si invertimos media hora
diaria en nutrir nuestra mente con buena
lectura -no cualquier lectura- dirá el recordado maestro Secundino Núñez-,
habremos, a mediano plazo, aportar calidad a nuestros conocimientos.
En una ocasión oí decir al escritor compatriota Carlos
Villagra M: ”Al menos tres beneficios nos brindan la lectura de un buen libro”:
1) Deleita,
porque el lector entra en comunión con las ideas del escritor. “Conversa”
mentalmente con él, manifiesta su acuerdo o desacuerdo.
2) Enseña al
lector nuevos vocabularios y enriquece sus ideas. Por consiguiente, proyecta su
visión hacia objetivos superiores. Si algo se aprende, ya se habrá dado pasos
importantes.
3) Transforma.
Si rechaza, abandonará la lectura. Pero si lo “saborea” y además lo instruye,
naturalmente los conocimientos adquiridos serán útiles en su vida personal y
luego, en sus relaciones interpersonales.
El hombre de buena lectura difícilmente
caerá en los extremos del escepticismo, relativismo o del fanatismo. Una
persona que lee tiene y mantiene ideas esclarecidas, por consiguiente, no
permitirá contaminar su mente con ningún pensamiento negativo.
Una de las causas de los males - cuando no la peor de
las miserias – es la ignorancia. Conocemos personas que no han pisado, ni de
rebote una universidad y sin embargo, poseen amplios conocimientos
declarativos, es decir, vasta información teórica.
Ellos adquirieron conocimientos mediante la lectura de
buenos libros.
Conocer, por tanto, es cuestión de voluntad y nada
más. Excusa para no leer es señalar motivos económicos. Las bibliotecas
municipales y de escuelas superiores bridan estas posibilidades sin ningún
costo.
Decíamos que leer es hábito primero, y
luego placer, que difícilmente se adquiere en la edad adulta. A veces
escuchamos a los padres lamentarse: "a mi hijo no le gusta leer". `
Y lo dicen con desilusión (este servidor
nunca quiso leer.. hasta que…
En realidad, hay muchas personas a las
que no les gusta leer.
Leer es una cuestión de temperamento, de
intereses. Leer es actividad contemplativa que exige concentración, silencio,
aislamiento.
Aseguran los expertos que el niño
adquiere el hábito de la lectura, cuando en casa se respira “aroma” lectora. A
propósito, aquel profesor sentenció:
Se lee para instruirse y aprender. Se
lee para pasar un buen rato. Para viajar. Se lee para pensar y reflexionar y
así, conocer otros modos de pensar. Además, una buena lectura afirma la personalidad
y relaja tensiones.
¿Por qué no empezar hoy la lectura en
casa? ¡Los hijos agradecerán!