- Goyín preguntó: ¿Somos honestos,
respetuosos, justos y patriotas los políticos, jueces, abogados, obreros, médicos,
docentes, comerciantes, padres, y ciudadanía en general…en los respectivos cargos
y lugares donde desarrollamos nuestras actividades?
- Joselito reflexionó un instante, luego
disparó muy seguro: Creo que, el 50 % es
delincuente; el 45% es delincuente por omisión y, el 55%, trata de ser buena
gente.
- ¿Cómo es eso de los 50,
45, y 5 %? Me parece lapidario
tu porcentaje…
- Goyín respondió contrariado: ¡Chamigo
mba-éicha pio la ne re entendei! Sabemos bien como se miente, roba y mata
sin asco ni pudor: el patrón le roba al empleado al no pagar lo justo; el
comerciante a los clientes con precios elevados y mala calidad; el empleado que
gana por 8 horas y trabaja solo la mitad…
Los “profesionales” de este o aquel
rubro que nunca entregan sus trabajos o compromisos en tiempo y forma. Y la
gente “común” o populacho”, tampoco queda atrás. Como se siente impune…hace lo
que les viene en gana…arroja la cloaca a la calle, usurpa veredas y otros espacios
públicos, la polución sonora es como una segunda piel y cualquier otro delito
que se ocurra se comete y no nada pasa…total estamos loo en Paraguay…
Por otro lado, acaso médicos y no
médicos no cobran por “bajar el motor” (aborto) para solucionar
el problema? Se tomo un respiro y continuó casi sofocado: y de los
capos de la función pública… ni te cuento…no es secreto para nadie todo tipo de
kilombo
loo…
- Joselito interrumpió con esta
pregunta… ¿cómo hacen los capos?
- Te cuento lo dicho por Carlos Díaz, abogado, filósofo y profesor en
la Universidad Complutense de Madrid (UCM), fundador del Personalismo
Comunitario en Paraguay, dijo muy entusiasmado…pero: ¡Atendé para entender!
- Se hace el mal (mentira, robo, asesinato) cuando hay abuso del poder
político, económico y policial, desviación del dinero, confusión entre lo
público y lo privado, administrado aquello en función de intereses
particulares; uso y abuso de la mentira; injusticias que claman al cielo porque
el derecho penal cae sobre los pobres, mientras el constitucional engorda a los
ricos, que alardean de su impunidad;
Suplantación de lo legítimo por lo legal; bosque de leyes que no resuelven
problemas esenciales, sí lo enmascara; violencia, desprecio de la vida,
corrupción, desempleo, evasión fiscal, tráfico de rollos, drogas e influencias,
etc.
El bandidaje también se da cuando funcionarios venden su país,
diputados venden su conciencia, electores venden sus votos, jueces venden las
absoluciones y las condenas, hombres influyentes venden los empleos, las
categorías y los privilegios de que disponen, abogados, procuradores y
oficiales judiciales venden a sus clientes, hay maridos que venden a sus
mujeres, y hay madres que venden a sus hijas.
En esta moderna Babilonia, la mitad del mundo vende a la otra mitad.
La otra mitad compra…etcétera y más etcéteras…
Bueno
ya…le palmeó Joselito. Estoy de acuerdo contigo en eso del 50% de delincuentes. Y
¿esos de 45%...?
- Ellos forman el grupo de los guenitos.
Este grupo no hace el mal. Pero no
mueve un dedo para evitar el mal. Oñembotavy, ijapysá pé…ha hesa kua pé.
(Se hace el desentendido, nada escucha, nada ve) Son los guenitos minte, cobardes
ponciopilatianos, cuya desaparición – si no se redimen – será la mejor noticia
que pueden dar a la nación.
- Entiendo, aseguró Joselito y también
estoy de acuerdo contigo en el porcentaje. Entonces, el 5% forman los que, a
pesar de sus debilidades humanas luchan por remar contra corriente, viviendo con
honestidad, decencia, justicia y respeto al semejante…
-
Goyín con amplia sonrisa de quien gana un campeonato dijo ¡bravo
Joselito!. Tu nota es 5 felicitado, bromeo y acto seguido soltó una carcajada.
La verdad es que me pone contento haber
comentado mbyqy mínte jepe: “el desapego a la ley…genera actitud matonil”
¡Me
gusta loo hablar de estos temas olúo! ¿Cuándo pio seguimos?
- Joselito frunció el ceño, luego de unos instantes dijo resignado rascándose la barba…está bien…mañana….pero…¡Atendé que na para entender! (Tomado del libro, ¡Atendé para entender! de GCV)