El
Diccionario de la Real Academia Española señala al nepotismo “como una medida de preferencia que algunos le otorgan a parientes para las
concesiones o empleos públicos”.
Es usar un cargo para instalar a familiares o amigos en puestos, empleos o darles otras clases de favores, al margen del principio de mérito y capacidad, es decir, Iyyképe-kañyháme-a escondidas, con escalofriante caradurez-"tova'atã".
La Ley 5.295 prohíbe el nepotismo. Art. 1° “Cuando una persona facultada para nombrar o contratar en cargos públicos, realiza uno de esos actos a favor de su cónyuge, concubina o parientes … viola las normas que regulan el acceso a la función pública”.
Art. 2° “El Presidente, vicepresidente, senadores y diputados, ministros de la Corte (…) quedan impedidos de (…) nombrar o contratar en cargos o empleos públicos, a cónyuges, concubinas y parientes comprendidos hasta el cuarto grado de consanguinidad” (…)
Art. 3° El que realizare nombramiento o contratación de servicios, en contravención a lo dispuesto en la ley, será sancionado con medida de inhabilitación en el ejercicio de la función pública de hasta cinco años y la nulidad del acto jurídico.
Preguntó el
periodista Iñaki Garay: “¿Qué clase
de gente nos gobierna? Hace poco cambiamos de gobierno, pero seguimos sin Gobierno porque el ego de sus señorías está por encima de los
problemas e intereses del
país. Hoy están cerca del pacto y mañana se rompen negociaciones...”
Pero, lamentable la imagen ya no solo es dentro del país. La amenaza de una repetición de las elecciones cada vez se cierne más sobre el horizonte… La altura cívica y moral de ciertos representantes de la sociedad es bastante baja. Por no decir bajísima”.
Sabemos también que hay buenos y malos
amigos, y que la amistad es un tesoro. Pero hay un modo que nos ayuda a ganar cargos,
éxito o dinero-pirá piré, en perjuicio de los demás,
mediante el cuate ro’o pe, o mediante mi apa o mi amá … saé loo bro.
Entonces anguiru, parece que las instituciones, en general, padecen nomás luego de desidia, del vai vai. y del "pokare", tan ñane mba é voi. Pero, ¡pueden redimirse .... si quieren!
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