La RAE define pudor como sinónimo de “honestidad,
modestia,
decencia
y recato” Es la vergüenza a exhibir el propio cuerpo desnudo o de hablar
de temas relacionados con el sexo, o el sentimiento de evitar hablar con otras
personas sobre pensamientos o actos que se consideran íntimos.
Si desnudarse fuera lo normal, la vergüenza
sería antinatural, pero la vergüenza es instinto que preserva la intimidad, no
un prejuicio adquirido, afirma la escritora Rebeca Reynaud.
La sociedad antes sabía que existía un límite. Hoy la
moda desecha el pudor. Una mayoría ya no se avergüenza de llevar parte del
cuerpo semidesnudo. La transgresión del pudor y otras normas de sana convivencia,
nada importa. Ahora se lo ve como sello de coraje y rebeldía. Mientras
que la persona con pudor es criticada.
El ser humano no protege el pudor en tres áreas: el lenguaje, el vestido y la casa. Hablando, damos a conocer nuestra intimidad al mejor amigo; pero con el vestido cubrimos nuestra intimidad corporal.
La pérdida del pudor vuelve a la persona un objeto. Se hace normal exhibir en
la televisión sucesos personales, tragedias familiares o detalles íntimos. La perversión,
el pokarẽ y otros vicios, sin ningún pudor se exponen al público, como si fuera el mayor timbre de
gloria.
La desnudez no es natural; sólo los animales se privan de vestidos. Pero. en
climas muy calurosos, la gente se cubre de algún modo. El cuerpo humano debe ser
cuidado y respetado. No hay mayor bajeza de la mujer, cuando reduce su cuerpo a
una mercadería a precio de ganga
El “impudor” se exhibe en la televisión, en la morbosa presentación de escenas
de violencia y sexo. Es el gran escaparate del cuerpo desnudado y envilecido. La
imagen humana se vuelve barata mercancía. Ya no parece imagen de Dios.
Pero “la esperanza es lo último que se pierde”; ¡cuántas
veces oímos y quizá nosotros mismos lo dijimos! Todo esto son formas de
cobardía, de inacción, son formas con las que cubrimos nuestro estado anímico y
nuestra conciencia, dice A. Milagro
"En Dios sólo descanso, alma mía; de Él viene mi esperanza; sólo Él es mi roca, mi salvación, mi ciudadela; no he de vacilar; es Dios mi salvación y mi gloria, la roca de mi fuerza" (Sal 62, 6-8).
¿Por qué se pierde el pudor? ... Por despersonalización o porque se debilita el sentido de ser persona. Es lo que ocurre en nuestra época, bastante golpeada. Recuperemos la belleza del pudor. Los hijos y nietos…nos agradecerán. ¡Ta upéicha!
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