viernes, 1 de abril de 2022

LA HORA…¡de los Laicos!

A propósito del año del Laicado, lanzado por la Iglesia paraguaya para este año, comparto lo escrito por el escritor y filósofo Ángel Gutiérrez Sanz, que dice: 

Un cristiano que renuncie a ser levadura del mundo, es porque está domesticado, asustado, acomplejado, o no entiende bien cuál es su misión en el mundo de hoy”.
Se oye decir en forma de halago del cristianismo de nuestro tiempo:
 

Los cristianos de hoy son adaptables, están aprendiendo a respetar a los demás, haciendo de sus creencias una cuestión privada y personal, no sacando a relucir sus creencias en público y esto les acredita como cristianos maduros. 

No sé si esta imagen cristiana es cierta, pero si lo fuera, para mí sería motivo de vergüenza, porque un cristiano que renuncia a ser fermento del mundo, es porque está asustado, domesticado, acomplejado; no sabe cuál es su misión en el mundo de hoy.

Ser cristiano es ser testigo de su fe. Las palabras de Jesucristo: “Id por todo el mundo a predicar el Evangelio” es una exigencia para todos los que nos decimos sus seguidores.

Iglesia somos todos los bautizados en Cristo; evangelizar es tarea de todo laico. “Los nuevos tiempos harán los laicos o no se hará”, frase acuñada por el Episcopado español.   

Las razones son obvias, no solo por la escasez de sacerdotes… sino también porque los laicos tenemos acceso a ámbitos donde más necesario es el testimonio cristiano. Ya no es la casa, sino la calle, el lugar donde hay que hacer presente a Cristo.

Para evangelizar hoy, se debe conocer necesidades, deseos y exigencias de los hombres, sus miedos y angustias. Preguntarnos: ¿cómo es la sociedad y los hombres con quienes nos toca vivir? 

Uno de los rasgos de nuestra actual sociedad, viene marcado por la ausencia de Dios. Nuestra sociedad le dio la espalda, se olvidó de Él. El tema de Dios en ninguna época histórica era indiferente. Hoy, nada nos dice. No apasiona; no interesa a casi nadie… 

Esta es la situación actual. ¿Por qué esta indiferencia? El hombre posmoderno logra conquistas portentosas. En un futuro próximo, las conquistas serán más asombrosas. Ante este espectáculo maravilloso, fácil es padecer de “síndrome de diocesillo”. 

Esta es la gran tragedia del hombre actual, “no se hable públicamente de Dios”... Hace gran esfuerzo para que el cristianismo quede encerrado en las sacristías, que las creencias queden en área de lo privado; no en la vida pública.

La atmósfera está cargada de laicismo: Estado laico, sociedad laica, escuela laica, ¿qué decir de la familia? Por desgracia éste es un sentimiento que empiezan a compartir muchos cristianos. 

Son muchos los que dicen que su fe viven “puertas adentro”; llevan a Dios en el corazón, sin publicarlo. Así, hay cristianos en la política, en cargos públicos, que dicen tener gran fe…pero en la práctica, viven y actúan como si Dios no existiera. 

Este sería el principal obstáculo para la evangelización en nuestros días: caer en la trampa de considerar que nuestra fe es sólo un asunto personal y que pertenece a la esfera privada y este sería el gran triunfo de los enemigos del cristianismo, que los hay. 

Que nunca más se nos pueda echar en cara: “Ustedes cristianos, a los que se les confió la luz ¿Qué hicieron con ella?” Cada cual sabrá que hacer, aunque sea muy poco, en su vida cotidiana, para poder llevar a cabo esta tarea evangelizadora.   

Y recordemos...¡quien no tiene CUARESMA...no tiene PASCUA! 

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