martes, 12 de abril de 2022

¡TODO SE CONOCERÁ!...

  ¡Porque…nada quedará oculto!

 
“El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón” (1 Sam 16:7) “Porque nada hay oculto, que no se descubra; ni oculto, que no haya de saberse”. (Lc 12:2) 

Dice un comentario que me enviaron: "Detrás de la máscara": “Un notario vivía en la opulencia desde hacía diez años… con el dinero de sus clientes. Una mañana los policías llegaron y lo esposaron. 

Aunque en esa pequeña ciudad era conocido como persona honesta, había engañado a todo el mundo: a sus clientes, vecinos, amigos, quienes disfrutaban de su generosidad, ¡e incluso a su mujer e hijos!

Era amable, elegante, e inspiraba confianza. Sin embargo, con su hermosa apariencia y su cuello blanco, había arruinado a mucha gente robándoles sus ahorros. Pero un día descubrieron el fraude y el ladrón fue llevado a la cárcel. 

La justicia de los hombres es incapaz de descubrir a todos los culpables, y a veces condena a gente inocente. Pero hay alguien a quien nunca podrán engañar con una apariencia correcta y honesta: Dios. 

Sea cual sea la imagen que demos ante nuestros semejantes, Dios conoce al ser humano y no se hace ninguna ilusión respecto al hombre. Dios conoce los pensamientos y los corazones. 

¿Y qué ve en usted y en mí? ¿Una buena opinión de nosotros mismos, nuestras faltas a la verdad, nuestra falta de compasión? ¿O el arrepentimiento y la fe? ¿Quién realmente soy yo?

No temamos la mirada de Dios, al contrario, ¡busquémosla! Como el rey David, pidámosle continuamente: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón… y si hay en mí caminar perversidad, guíame en el camino eterno” (Sal 139:23-24) 

No se engañen: nadie puede burlarse de Dios. Lo que se siembra, se cosecha. El que siembra en los malos deseos, de sus malos deseos recogerá cosecha de muerte. El que siembra en el Espíritu, del Espíritu recogerá una cosecha de vida eterna (Gal. 6,7-8) 

Luego de toda una vida entre togas, Manuela Carmena Castrillo abogada y después juez, dijo entre otras cosas: En teoría todos somos iguales ante la ley; en la práctica no”. El funcionamiento de los tribunales empobrece el derecho a la tutela judicial efectiva. (cf. Vera Gutiérrez Calvo-24.02.13)

En la práctica, y no solo en casos tan llamativos, hay muchas cosas que hacen que no seamos iguales ante la ley, fundamentalmente los medios económicos. Comparecer ante la justicia es extraordinariamente caro. (cf. Vera Gutiérrez Calvo-24.02.13) 

Todos somos iguales ante la ley”, sentencia platónica que suena cándida en los papeles; pero, hay una doliente realidad que se reconoce “sotto voce (mbeguemi): “Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla”.                                                                                 

Así, es saludable este dicho: Y al dictar sentencia, no hagan ninguna distinción de personas: atiendan tanto a los humildes como a los poderosos, sin tenerle miedo a nadie, porque el juicio es de Dios. Y si se les presenta algún caso difícil, pásenmelo para que yo lo atienda” (Deut. 1:17) 

Cuaresma es un tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo resucitado. Es bueno  reflexionar sobre lo que aconsejó Pablo a los gálatas 6,9-10): 

No nos cansemos de hacer el bien… si no desfallecemos, recogeremos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos”.

Y recordemos... ¡Quien no tiene Cuaresma, no tiene Pascua! 

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