¿ÉTICA O DIETÉTICA?
Toda sociedad necesita líderes políticos y representantes del pueblo, adornados de sensatez, prudencia y patriotismo.
La situación ética de nuestra sociedad ha descendido a
niveles intolerables. Valores como competencia intelectual y moral de
muchos, se hallan en el fondo del abismo. Aquella mujer –refiriéndose a ciertos
políticos- gritaba indignada ante los micrófonos: “Peor calificación no la podríamos
obtener, ni comprando”.
¿No hay políticos que pongan a la patria antes que su billetera y
su partido, testimonio de honestidad en el manejo del dinero público? Con políticos en decadencia no hay democracia que
funcione, remató furiosa, alejándose.
El clima moralmente putrefacto que estos
políticos crearon a su alrededor como férrea e inexpugnable “cultura” del mbareté-
pokaré para escapar de la justicia -las más de las veces,
sorda, ciega, muda- hace que la impunidad reine saludable en la dolorida
patria, agregó, en alusión al “autoblindaje” parlamentario.
Es que, el “insumo político”, de este
o aquel partido, evidencia su ignorancia, mediocridad y apego a la mala praxis.
Naturalmente, como no existe el mal “absoluto”, se excluyen las pocas excepciones
que confirma la regla.
“Los gobiernos engendran a las instituciones,
las instituciones modelan a los hombres, y los hombre transmiten las buenas o
malas cualidades que reciben de las instituciones”, decía Luis De
Bonald, político y filósofo francés (1754-1840).
Así, nuestra pobre fauna guaraní soporta
torrente de crimen, miseria, desfachatez, traiciones, robos, corrupción…sin ningún
problema para los expertos hacedores del mal.
En la gran fábrica política lo
importante es la rentabilidad, la plusvalía, la gestión hábil, al margen
incluso, si llega el caso, de las exquisiteces morales.
Muchas autoridades esquilman
a la mayoría de la población privándolas de derechos fundamentales -y lo grave-
no se redimen del antiguo vicio: corrupción en cualquiera de sus formas, harto
conocidas que pinta de cuerpo entero nuestra calamidad social.
El pueblo, como decía Pierre-Joseph
Proudhon filósofo y político francés (1809-1865), sólo participa o con el César
o contra el César, pero no sabe hacerlo sin el César. Resumiendo: Una
constante de la política: Vivir a espaldas de la ética. (Corriente Arriba C.. Díaz p.105)
Si no volvemos a reforestar este suelo
con valores fundamentales de nuestra identidad nacional, el modelo de país que
articulamos será muy técnico y mecánico, pero no prenderá en la conciencia
colectiva del paraguayo. (S. Núñez – Sociedad y Política, p. 50).
Pero, el
mal nunca tiene la última palabra cuando hay esperanza y voluntad. El mal solo
vence a los desesperanzados y derrotados.
Entonces, hagamos cada uno lo que
corresponde, denunciando lo que está mal. No nos vendamos por promesa de algún carguito relámpago que ni siquiera tenemos certeza que cumplirán.. Nos
decimos un pueblo valiente.... ¡demostremos que de veras lo
somos!
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