DICTADURA “DEMOCRÁTICA”
Es inútil (creo, porque todos los días escuchamos, decimos, discutimos)…intentar definir ciertos términos tan gastados como democracia, demagogia, política, bien común, populismo, mayoría, etcétera. Los políticos, sin embargo, cual torrente incontenible de palabras, repiten como mantra.
Se oye decir que el término "mayoría" está prostituida, pero, eficaz y estratégicamente aprovechada por líderes
sociales o políticos, que apuntan sus actos para llegar o mantenerse
en el poder. Articulan movilizaciones con grupos de personas y en nombre de éstas,
no siempre mayoría, realizan huelgas, protestas, cierres de rutas, invasiones, etc.
A este grupo de gente, que casi nunca es multitud, los políticos le llaman
“mi pueblo”, decláranse servidores, prometiendo salud,
democracia, educación y seguridad, es decir, ¡Felicidad!
Tan acostumbrados están al cacarear el libreto, que no pocas veces son traicionados por
su arrogante demagogia, abusando de halagos y falsas promesas, con el pegajoso cuento: <la
democracia surgió como mecanismo de poder soberano del pueblo>. Pero, ¿Conoce “el pueblo” qué significa el adjetivo soberano
y...cuándo fue soberano?
Otra falacia: <La mayoría siempre tiene razón -porque ndajé,
es la voz de Dios. Nuestro honorable Congreso, que de honorable…¿?, nos da la
razón>. Si una mayoría decide proteger al colega “nada honorable” bajo los más
triviales argumentos....¿tiene razón la “mayoría numérica”, por ser tal?
Siguiendo la idea: Si el Congreso por mayoría aprueba por ley: “los varones echarán una “meada
parabólica”... A tal efecto, los inodoros serán fijados en el techo…” ¿Es posible tal despropósito? La historia enseña que el hombre ha consensuado los más descabellados
disparates.
Se lee:“En
la Cámara Baja también dio frutos el pacto el miércoles, cuando colorados y
liberales se unieron y en una cuestionada sesión sepultaron la idea de anular
la representación en el Parlasur”.
“También se diluyó la idea de castigar al titular de Diputados, Miguel Cuevas, por los aumentos y planillerismo bajo su venia. Otro fruto del acuerdo es el posible blanqueo a cuestionados municipios con pedidos de intervención”. (cf. Ultima Hora 14.04.19)
Hay entre ética y política un
anacronismo constitucional. La política realiza tarde y mal lo que la
ética plantea antes y mejor. Luego, su contribución a la
política sea liberarla de sus servidumbres.
Así las cosas, la mayoría numérica no es garantía
de sanas acciones ¡es necesaria la ética!. Ésta se mueve en el campo cualitativo,
la mayoría, en lo cuantitativo. “Es que la Ética es una margarita demasiado
bella para los cerdos. Etizar la política y politizar la ética es
para la gran mayoría, pretender la cuadratura del círculo”. (cf. C. Díaz, C.
Arriba p.110).
La política deviene del “arte
de lo posible” donde no falta el juego de las posverdades. Hay
políticos y políticos. No es justo meter en la misma bolsa
al político N. Mandela y al político
F.
Castro. En nuestra política
criolla, aunque muy poca, hay gente sana.
Ojalá, que los adelantados del mal entiendan este pasaje, ¿de qué le sirve al hombre
ganar todo el oro del mundo, si pierde su alma? (Mt. 16,26). ¡Feliz redención Pascual!.
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