SU ANTESALA... EL RESENTIMIENTO…
No es necesario ser cultivado estudioso para opinar sobre el Rencor. Los especialistas señalan que es un sentimiento que nos impide olvidar una situación que ha ocurrido y por cuya causa nos sentimos perjudicados o dolidos. Luego, este dolor tratamos de devolver a quien creemos culpable.
Dice la psicóloga Dolores Rizo: El
resentimiento es la antesala del Rencor. Es una emoción
de dolor, enfado y rabia, ante una situación vivida o hacia una
persona que nos causó malestar.
Estar resentido significa no
haber olvidado lo ocurrido, y
por tanto, permanecer con el dolor, el enfado y la rabia, como si acabase de
ocurrir (…). Es una emoción que promueve la venganza, la hostilidad y la agresividad,
así como el odio hacia la persona que considera responsable del
sufrimiento o el daño sentido.
¿Quién sufre por
Rencor?. Es importante, ser consciente de que la única persona que sufre
por lo ocurrido es uno mismo, cuando siente rencor, y que, tanto el
resentimiento como el rencor, no hacen más que prolongar el sufrimiento,
sin resolverlo.
Y aunque existiese la posibilidad de la
venganza, nunca ésta será la solución a tanto malestar acumulado, ya
que, las
consecuencias o el conflicto posterior a devolver el daño, nunca nos hará
sentirnos bien. Porque el dolor ajeno nunca calmó el dolor propio.
Efectos del odio.
Dice José Pardo: Son muchos los efectos de este dañino sentimiento
pero veamos algunos: Baja autoestima. Estado de intranquilidad. Disgusto
permanente aunque no se manifieste frecuentemente. Desagrado permanente por
casi todo. Tiene un alto grado de enojo inmerso. Promueve el mal hábito de crear conflicto por todo.
Si la persona tiene
ciertos complejos, genera rencor. Produce cierta envidia por diversas razones. Genera
gran cantidad de estrés. El odio roba las bendiciones prometidas por Dios. Atenta
contra la posibilidad de diálogo. Produce amargura, depresión y temor. Pérdida del equilibrio
emocional y espiritual (...)
El odio es destructivo
y afecta la calidad de vida. Dicen los estudiosos del tema que quienes más experimentan
el odio, son las personas con baja auto estima y baja autoimagen, de ahí la
importancia de prestar mucha atención a estos dos factores.
Algunas
formas de tratar el odio: Aceptar que el rencor es auto destructivo, bien sea temporal o permanente. De
acuerdo con la situación, reconocer que puede
llegar a ser una enfermedad. Dedicar
tiempo para estudiar la situación
antes de decir algo o de actuar impulsivamente. No permitir que los sentimientos negativos de otras personas, le afecten en su
vida.
Orar por la persona rencorosa para que se restaure. Perdonar también es parte del proceso para superar el odio. Practicar algún
deporte o hacer ejercicio físico con frecuencia. No darle mucha importancia a detalles o cosas que no lo ameritan. No permitir que
alguna situación insignificante, se convierta en una bola de nieve
deslizándose montaña abajo.
En fin, pueden
ser muchas las razones, pero son absurdas, producto de la inmadurez o el
negativismo. Existe odio no demostrado abiertamente, mantenido en secreto,
esperando una oportunidad para manifestarse como el de Caín, y que por algún motivo
presente o pasado, corroe a la persona hasta la tumba, afirma Alfredo Minervini.
En la carta del Apóstol Santiago 4:14 se lee: “¡Y ni siquiera saben lo que mañana será de su vida!.Ustedes son ciertamente como una neblina
que parece por un momento, luego se desaparece”. La vida es breve así
que no la desperdicies ni te desgastes con sentimientos dañinos que no conducen
a nada.
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