jueves, 29 de agosto de 2024

IGLESIA Y POLÍTICA: ¡Cuestiones de antes y ahora!

 
Se dice una y otra vez -en el verdadero sentido de la palabra- que política es el conjunto de verdades teóricas y prácticas que conciernen a la sociedad civil y al Estado. Es decir, a verdades que se refieren a la sociedad y al fin para el cual ha sido constituida. 

Política, según algunos Papas, es el acto más sublime de ejercitar la caridad, habida cuenta que ella se realiza para el logro del bien común. 

Pero también tiene un sentido ofensivo, entendiéndose por política, la lucha entre partidos políticos y adherentes: intrigas, calumnias y demás perlas de las cuales hace gala una mayoría de nuestra fauna política-partidaria. 

La Iglesia no tiene la misión de hacer política. No se ocupa de cuestiones de técnica política: en la formación del gobierno, en la elección de autoridades, etc. Estas dependen solo de la libre elección de los ciudadanos. 

Pero tiene la doble misión de recordar los valores de orden moral que guían la actividad humana y señalar a sus hijos, dónde está el deber moral y en qué condiciones deben cumplirlo. (J. Verdier, Cardenal de París). 

Luego, la Iglesia no está fuera, sino por encima de los partidos, en el sentido de que las acciones de los políticos, siendo actos humanos, deben orientarse hacia su último fin, que es el bien común de la gente que vive en la “polis”. 

Entonces, si un político se dice cristiano, sus acciones deben guiarse por actitudes cristianas: solidaridad, respeto, responsabilidad, honestidad y demás virtudes propias de quien se dice o hace llamar cristiano. Es una deducción lógica que no admite discusión. 

Se equivocan quienes quieren arrinconar a la Iglesia en sus templos, como afirmara Juan Pablo II, más aún si quienes pretenden tal despropósito, se declaran seguidores de Cristo. ¿No es tal pretensión un colosal disparate? 

En nuestra fauna casi el 90% de los políticos se declara cristiano y muchos sin empacho, ensayan grotescamente ciertos pasajes bíblicos; pero sus actos gritan que se deleitan en su soberbia y acaban sintiendo temor y asco por la excelencia de la verdad. ¡Grave problema ético! 

Las conciencias pueden estar averiadas, ya que “Somos muy aficionados a decir que buscamos la verdad, pero muy reacios a aceptarla” (E. Gilson filósofo e historiador francés). Amar la verdad es la primera condición para conocerla en profundidad. 

¿Cuántos de nuestros tribunos-políticos conocen la verdad? Por ello, la Iglesia tiene mucho que decir a los políticos y demás autoridades que tienen la gran misión de gobernar un pueblo. Al fin y al cabo, todos somos iglesia, es decir, parte del cuerpo místico de Cristo. 

El que pueda entender esta verdad, que lo entienda. Será de mucho provecho personal como también para la comunidad a la cual dice servir. ¡Ta upéicha!

viernes, 16 de agosto de 2024

NO HAY MAL ... ¡Que por bien no venga!

 

No hay mal que por bien no venga. Dicen que este refrán es enseñanza que transmite una visión optimista de la realidad, ya que de una dificultad se puede lograr algo bueno o favorable.   

Se lee en el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica: La fe nos da la certeza de que Dios no permitiría el mal si no hiciera salir el bien del mal mismo, por caminos que nosotros sólo conoceremos plenamente en la vida eterna. Todas las cosas tienen “pros y contras”. 

El P. Jorge Loring agrega: “Hay sufrimientos que Dios no los quiere. Porque son consecuencia de pecados. Por ejemplo, las víctimas del terrorismo. Pero otros sufrimientos entran en los planes de Dios. Por ejemplo, las víctimas de un terremoto. Son dolores consecuencia de las leyes de la naturaleza”.

El mundo que Dios hizo tiene muchas cosas buenas, pero a veces ocurren desgracias que no comprendemos. Sería absurdo querer entender a Dios al modo humano. Dios tiene su Providencia que a veces no entendemos: lo mismo que las hormigas no entienden el juego del ajedrez y no saben por qué se mueve una pieza u otra.

Es lógico que el hombre no siempre entienda el proceder del Todopoderoso Dios. Nos debe bastar saber que Dios es Padre y permite el sufrimiento para nuestro bien. Por eso deja actuar las leyes de la naturaleza y la libertad de los hombres.
 

Para los hombres el sufrir es un mal; pero no así para Dios, que redime al mundo por el sufrimiento. Si el sufrir fuera malo, Cristo no hubiera sufrido ni hubiera hecho sufrir a su madre. Esto, aun así, no impide que nosotros procuremos aplacar el dolor con los medios que Dios pone a nuestro alcance.

Pero, también hay que valorar la mortificación voluntaria y la penitencia. El sacrificio siempre fue una práctica frecuente en toda la Historia de la Iglesia. Las aflicciones o mortificaciones deben tener una cierta continuidad. No se trata de hacer un gran sacrificio un día, para luego descansar una temporada. Hay muchos modos de hacer pequeñas mortificaciones.
 

Sufrimiento es una actitud pasiva o activa frente a un mal, o mejor, frente a la ausencia de un bien que se debiera tener. “El hombre sufre a causa del mal, que es una cierta falta, limitación o distorsión del bien. Se puede decir que el hombre sufre a causa de un bien del que él no participa” (Juan Pablo II). 

Por consiguiente, valido es el proverbio No hay mal…que por bien no venga”.

viernes, 9 de agosto de 2024

PIENSO... luego, estorbo.

Al “pienso, luego existo” de Descartes y, al “me duele, luego existo” de Kierkegaard, puede ser añadido el “pienso, luego estorbo”, de no pocos terrícolas que pueblan nuestra fauna hoy.   

Nos enseña Ricardo Yepes S. en Fundamentos de Antropología, que el fin de la vida social es la vida buena, que no la buena vida. El fin de la ciudad es la vida de armonía, respeto y solidaridad, no sólo de conveniencia y el simple vivir. 

Así, aspiramos disfrutar de un conjunto de bienes que componen la vida buena, donde se practica la justicia, las buenas relaciones familiares, el respeto a las personas, al bien común y a las leyes, entre otras acciones virtuosas. Por tanto, el fin de la vida social es la felicidad de las personas. Contrariamente a estos nobles pensamientos, sin embargo, vivimos sufriendo conductas irracionales que van creciendo saludables en nuestra sociedad. 

Se afirma que el pensar es el acto más sublime de la inteligencia: ¿Piensan aquellos que atropellan impune y prepotentemente el sagrado derecho al descanso de gente trabajadora o enferma, cuando molestan con potentes equipos de sonido a altas horas de la noche? 

¿Piensan aquellos que ponen en riesgo sus propias vidas y la de terceros, cuando en la noche transitan sobre una motocicleta sin luz, con tres y hasta más miembros de una familia? 

¿Piensan aquellos orangutanes de grotesco actuar, fruto de su arrogante ignorancia, cuando gritan al mundo algo así como: Yo soy...; Yo hago lo que quiero … y qué: quéjate donde quieras y ante quien quieras?  ¿Piensan los irresponsables padres que permiten a sus hijos menores conducir alcoholizados, provocando todo tipo de desórdenes en la vía pública? 

¿Piensan aquellos que guiados sólo por sus instintos -lejos de la razón- cometen todo tipo de salvajadas en la calle, en la cancha, en la escuela? ¿Por qué los padres no son los primeros en corregir a sus hijos patoteros que promueven peleas tanto en la calle como en los colegios, sucia costumbre que ganan adeptos? Finalmente, ¿no se dan cuenta que convertirse en “aborto social” es igual a ganarse el desprecio de la sociedad decente? 

De ahí que el “no pienso, luego estorbo”, es una palpable realidad en la conducta de nuestra fauna humana. Sin embargo, este mal no tiene la última palabra. Somos seres dotados de razón y voluntad libre y por consiguiente, superiores a cualquier bestia. 

Entonces, utilicemos el siguiente trípode para lograr la vida buenaa) cultivemos nuestra mente, leyendo y estudiando para adquirir saberes útiles; b) fortalezcamos nuestro ser interior, nuestro espíritu -somos espíritu encarnado y carne spiritual; c) y así, disciplinar nuestra conducta para vivir en sabrosa armonía social. 

No necesitamos ser un país territorialmente extenso para ser un Paraguay digno y decente. La grandeza de una nación se mide por la ausencia de chatura cívica de sus habitantes. Sepultemos, por tanto, el mbareté-pokaré  y enarbolemos la bandera de virtudes como la decencia personal y el respeto a los demás. Los paraguayos de bien lo merecemos. ¡Ta upéicha!

jueves, 8 de agosto de 2024

¡RESPETO, CORTESÍA y TOLERENCIA,,, ¿Valores perdidos?


Es fácil sentir que las relaciones humanas en el trabajo, familia, y vecindad…están muy debilitadas. Por consiguiente, urge reflexionar-ña ñamindu´umi, con entrega y dedicación esta realidad. Abundarán argumentos para explicar el fenómeno. 

Al parecer, algunos de esos posibles motivos es haber perdido el valor de la delicadeza personal. Quizá se malentienda que cualidades como finura, suavidad, distinción, cariño, etc., se considere sinónimo de debilidad o falta de hombría. 

En una sociedad donde la matonil prepotencia grosería, indiferencia, vulgar arrieraje y descortesía, fortalecen sus reglas…imagino muy difícil, ser cortés, respetuoso, y amable, sin que el imaginario colectivo, no lo asocie de modo erróneo y desfigurado, con el mundo de “maricas” en oposición al “machote”. 

Ejemplos: No saludar al vecino, al compañero de trabajo, a alguien con quien me cruzo en la calle, ¿me hace más o mejor, o demuestro lo ignorante, evasivo, y mísero que soy? o, ¿creo que mi saludo es gran regalo no merecido por el otro? 

Saludar es cortesía; no depende de ningún agrado o simpatía. No saludar, en cambio, es negar buenos deseos al otro, o peor aún, muestra de desprecio al hacerme “superior” al otro, “inferior”, que no merece mi saludo. 

Delicadeza al hablar. ¿Cómo y cuál es mi actitud en el trato con los demás? ¿Soy delicado en la forma de hablar, teniendo en cuenta el tono, la paciencia, las palabras, o digo lo que quiero y como quiero, porque nadie me impedirá? 

¿Quién no se ha arrepentido por alguna palabra dicha de mala manera, que - sin querer o queriendo… ha ofendido a alguien, generado malestar o confusión, porque “disparó” sin “pensar” lo que dijo, creyéndose con derecho a decir cualquier cosa, en cualquier momento y a cualquier persona? 

Es contrario a la delicadeza hablar de los demás. ¿Quién de los mortales tiene derecho de hablar de las intenciones del prójimo, sin caer en la estúpida pretensión de adornarse con el “síndrome de diocesillo”? 

Delicadeza es necesaria hasta para reclamar nuestros justos derechos que están garantizados por ley. Y sin embargo, comprobamos que, muchas veces, mi derecho extiendo más allá de los límites, al atropellar derechos ajenos que nada tienen que ver con mis desatinados “derechos”. Esto es delito.  

Delicadeza es respetar al otro como alguien igual a mí. Ejemplo, si al momento no me es posible atender la llamada telefónica, luego tengo que devolverla. Eso es cortesía, respeto. No hacerlo es bravuconada-matonil o ignorancia…o ambas cosas. 

La mejor noticia que puede dar al mundo, un ejemplar de esta calaña -si no se redime- es su: desaparición

sábado, 3 de agosto de 2024

NO APLAUSOS... ¡Durante la Misa!

 

Se lee en una publicación de Manila-Filipinas: Nada de aplausos durante la misa: ¡Es el memorial del Calvario! El arzobispo de Filipinas Mons. Sócrates Villegas, en su carta con ocasión de la Cuaresma dijo: “Somos una Iglesia congregada por el Señor, y no un club organizado por una admiración mutua”. 

¿Por qué no se debe aplaudir durante la Misa? A través del documento, el prelado pide a los católicos evitar “aplausos durante la misa”, afirmando que la Eucaristía es una “fiesta y memorial del Calvario”, declara Mons. Villegas (21.02.20) 

“Partir el pan es conmemoración de la violenta muerte que sufrió el Señor. ¿Quién aplaude cuando otros sufren? Es un dolor con amor; pero sigue siendo dolor”. 

¿Acaso alguien hubiera aplaudido al subir hasta el Calvario? ¿La Santísima Madre o Juan, su predilecto, lo habrían hecho? Es la pregunta que plantea a los fieles Mons. Villegas, arzobispo y presidente de la Comisión para los seminarios de la Conferencia Episcopal Filipina (CPCP). 

La Misa es una “fiesta y un memorial del Calvario”. Si no se corta con esto cuanto antes, dice Mons. Villegas, los aplausos “pueden robarnos el verdadero significado de la liturgia y del culto cristianos”. Pide analizar a fondo los “supuestos motivos” que llevan a aplaudir en la iglesia. 

“¿No será que batir palmas es el antídoto contra el aburrimiento en la iglesia? ¿Acaso batir palmas a las homilías sería signo de vitalidad litúrgica? ¿No será que este aburrimiento tiene su raíz en una concepción errada de lo que es la adoración y la oración?”. 

Así, “la comunidad en oración se convierte en un público necesitado de diversión: los ministros litúrgicos, llegan a ser artistas; y los predicadores se convierten en eruditos anunciadores de brindis. Esto no debe ser así”.  

Mons. Villegas recuerda lo que dijeron dos pontífices sobre este tema. Uno fue Pío X, que prohibió los aplausos que le brindaban en la Basílica de San Pedro, diciendo que “no es correcto aplaudir al siervo en la casa del amo. 

“Allí donde irrumpe el aplauso en la liturgia, se está frente a un claro signo de haber perdido la esencia de la liturgia, y sustituida por una suerte de diversión de trasfondo religioso”. (Benedicto XVI) 

“El aplauso puede ser superficial. “Somos una Iglesia congregada por Dios, y no un club para la mutua admiración”.  A los sacerdotes pide: “Eviten aplausos para tener despiertos a los feligreses. Una homilía breve e inspirada tiene una vida más larga que el aplauso intermitente mientras ustedes predican”. 

Las demostraciones de aprecio, deben hacerse fuera de la misa. “No me aplaudan después de la misa, cuando visito su parroquia o su capilla. Ustedes y yo somos huéspedes en la Casa de Dios. No somos más que siervos en la Mesa del Amo. […] Partir el pan es un recuerdo de la violenta muerte del Señor. ¡Ta upéicha! 

miércoles, 31 de julio de 2024

¿O PROGRESÁ.... LA ATRASO?

 
¿Qué es hoy el ser humano ante un teléfono móvil (celular)? Con los avances en la ingeniería informática y la creciente tendencia al uso de la tecnología en cada rincón del mundo, no pocos terrícolas aseguran que más temprano que tarde, las máquinas, irremediablemente, reemplazarán a los humanos. 

Jessica Gamiño González se pregunta: ¿Como la tecnología reemplazó al hombre? Gracias al desarrollo de la inteligencia artificial, en las últimas décadas se hicieron populares profesiones que antes no existían o no eran conocidas en el mundo. Estos puestos son los derivados de la ingeniería robótica, desarrollo de la informática. 

¿El ser humano puede volverse obsoleto? Con los recientes avances en la ingeniería computacional y la creciente tendencia al uso de la tecnología en cada vez más espacios, hay quienes piensan que algún día las máquinas reemplazarán a los humanos.

Sobre la posibilidad de que las máquinas sustituyan al ser humano, Gershenson, doctor en diseño y control de sistemas… aseguró: a pesar de que las máquinas derrotaron al hombre en distintas disciplinas (…) como por ejemplo en el ajedrez…estamos demasiado lejos de que una máquina pueda reemplazar a un humano. 

Para Gershenson, Ingeniero en computación, es vital definir, qué tanto una conducta humana es “inteligente” y qué tanto es la conducta no humana. Ejemplo, las habilidades humanas que nunca lograrán la computadora, entre otras son: Empatía, Creatividad, Capacidad de juicio, Planificación, Compasión, Solidaridad, Amor…. 

Dice un anuncio divulgado el 01.11.2022: “Por nuestra parte, entendemos la adaptación como ventaja vital con la que contamos los humanos sobre los robots. Los humanos siguen siendo superiores a los robots para cambiar nuestros planes, pensamientos y acciones en respuesta a circunstancias cambiantes y nuevas decisiones. 

Imagina un robot reemplazando al sacerdote, psiquiatra, abogado o juez cargando sus dilemas morales o legales. Terrorífico, ¿verdad? No toda habladuría-ñe'êrei- es totalmente blanco o negro. Gran parte está determinado y afectado por un sentido humano propio de lo correcto y lo incorrecto 

Que una máquina piense con lógica ante la consulta de algún paciente con problemas de memoria, es rechazable. La idea de “debería” no existe en la mentedel robot. La tecnología es asombrosa. Pero jamás tendrá amistad. consideración, empatía, solidaridad ni amor, pues son valores que solo posee el ser humano.

lunes, 29 de julio de 2024

LA BUENA NOTICIA... ¡Jesús nos salva!

¿Cuál es la Buena Noticia? La Buena noticia anunciada por Jesús consiste en que todos debemos esforzarnos para que el mundo sea un lugar donde haya más amor, justicia, paz y perdón. Para esto, el mismo Jesús nos ayudará si escuchamos su Palabra y seguimos su ejemplo. 

¿Cómo dar esa gran noticia? Sin dudas, con nuestra sana conducta, transmitiendo a otros cómo y por qué la fe da sentido a nuestra vida. Los cristianos debemos dar testimonio de esa amistad con Jesús que nos transforma. Es decir, que nuestro modo de ser-ñande rekove- sea un mensaje de esta “buena noticia” para quienes nos rodean. 

Decía aquel catequista: “Para recibir el perdón es necesario estar dispuesto a confesar totalmente nuestras malas acciones. Debemos arrodillarnos ante Dios, en humilde oración y reconocer nuestros pecados, confesar la culpa que sentimos, y luego suplicar su ayuda”. 

Si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad. Si decimos que no cometimos pecado, hacemos que Dios parezca mentiroso y no aceptamos su palabra (1 Juan 1:9-10) 

Así pues, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir según las inclinaciones de la naturaleza débil. Porque si viven ustedes conforme a tales inclinaciones, morirán; pero si por medio del Espíritu hacen ustedes morir esas inclinaciones, vivirán(Ro 8,12) 

“El ángel les dijo: “No tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será motivo de gran alegría para todos: Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el Señor”. (Lc 2: 10-14) 

Se trata de “comunicar” en el sentido más profundo de la palabra: acción que pone en “comunión”, que une, al hacer participar de este mensaje que trae la verdadera felicidad cuando se vive auténticamente. 

Un lugar de tormentos (Lc 16:23): “en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno...”. Un horno de fuego (Mateo 13:42): “y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes”.

 Cada uno es responsable de su salvación o condena. En Ezequiel 18:20, dice, “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él”. 

Cada persona es responsable ante Dios de su vida. No podemos salvarnos o condenarnos por lo que otros hagan o no hagan. El destino eterno de cada uno será decidido por sus propias elecciones y conducta personal. Pero, hay gente que no creen en esto. La salvación es una responsabilidad individual. ¡Ta upéicha

viernes, 26 de julio de 2024

CRISTIANO… ¡Serás perseguido! (lI)

  
Siguiendo con la reflexión del P. Fernando Pascual: La Inquisición juzgó, según un modo de pensar del pasado, sobre la peligrosidad de algunas conductas en la vida social. Hoy, por ejemplo, existe una condena casi universal contra quienes esclavizan a los niños. 

En la Edad Media, de un modo parecido, la sociedad nutría (a veces de modo irracional y acrítico) un miedo hacia personas que podían ejercer la brujería o estar endemoniadas, o hacia los herejes. La Inquisición quiso intervenir en estos casos. 

La Iglesia defiende a los embriones: son humanos que merecen respeto y protección. La ciencia debe buscar terapias eficaces a las enfermedades: nunca asesinar, aunque sean embrionario. Un cristiano no debe callar ante la matanza de embriones y fetos por el “progreso de la ciencia”. Esta valentía ganará enemigos. 

Defenderá la verdad, como no calló ante la crueldad de malos emperadores; injusticias de algunos empresarios y el antojo inhumano de tiranos. La Iglesia defiende los derechos humanos. No ataca la libertad de la investigación, Defiende normas para que un investigador respete a los seres humanos, sin injustas discriminaciones. 

Iglesia y ética. Atacan quienes ven los mandatos de Dios como discriminatorio, enemigos de la libertad humana. Decir que el adulterio es malo, el libertinaje sexual es pecado, sería no estar acorde a los nuevos tiempos. 

Quienes afirman lo anterior dividen el mundo entre buenos y malos, aunque quizá no son conscientes de ello: buenos son los que no condenan el crimen, el robo o la mentira. Malos son los que dicen que algunos actos son pecado. Es decir, cambian la idea de pecado en una nueva visión y establecen nuevas condenas y nuevas “fobias” para superar las que, según ellos, existen. 

La Iglesia no puede callar: obedece a Cristo. El cristianismo debe anunciar el mensaje de Cristo, como Jesús no dejó de predicar el amor, la misericordia y la necesidad de vivir según los mandamientos y las bienaventuranzas. El tráfico de mujeres, la esclavitud, el adulterio, el desenfreno sexual, la usura, la explotación, etc. son pecados. 

Todos, incluso los más pecadores, podemos acercarnos a Cristo y pedir perdón. La justicia humana, castigará a quien provoca un desorden social y no permitirá conductas que dañen a otros. Pero no debe imponer ninguna religión a nadie, ni prohibir a la Iglesia ni a las demás religiones que puedan enseñar, libremente sus doctrinas.

Perseguir y destruir textos cristianos que hablan de pecados muestra hasta qué nivel de intolerancia llegan algunos que dicen defender la tolerancia y el respeto. Sólo respetando a las personas, aunque tengan creencias diversas, se construirá un mundo justo. La Iglesia luchará por esto, aunque muchos quieran quitarle la voz, la persigan o la condenen.

La verdad nunca será encadenada (2Tim 2,9). Ni en nombre de una mal entendida investigación científica, ni en nombre de un criterio de tolerancia vaciado de su real valor. La verdad es el mejor servicio al hombre (también a un embrión desamparado) y el mejor homenaje a su dignidad y a sus valores eternos. 

Por eso la Iglesia tendrá siempre sus brazos abiertos para amar a todos, también, a sus enemigos. Nota: La Iglesia formamos todos los bautizados. ¡Ta upéicha!

lunes, 22 de julio de 2024

El CRISTIANO… ¡Será perseguido! (I)

Dice el padre Fernando Pascual: “El cristianismo no puede dejar de anunciar el mensaje de Cristo. Jesús no dejó de predicar el amor, la misericordia y la necesidad de vivir según los mandamientos y las bienaventuranzas. La Iglesia fue perseguida de muchas maneras a lo largo de la historia.

En los primeros siglos fue considerada como un grupo subversivo, una secta que ponía en peligro el orden social y enemiga de los valores del imperio romano. Se inventaron calumnias y difamaciones contra la gente. Presentaban a los cristianos como pervertidos y criminales, capaces de todo tipo de atrocidades.

Cuando la Iglesia fue socialmente aceptada, empezó a colaborar en diversos modos con el estado, y no por eso cesaron las persecuciones. Gobernantes, reyes y emperadores, querían controlar a la Iglesia y disminuir su tarea evangelizadora. Y se desarrolló de muchas maneras, sin excluir la violencia que llevó a la muerte a muchos cristianos ejemplares.

Con la edad moderna los ataques generaron una virulencia mayor. Algunos presentaron a la Iglesia como enemiga del verdadero progreso del hombre, pues decían que dominaba las conciencias e impedía la libertad de pensamiento.

El Iluminismo, (movimiento filosófico, religioso y espiritual) de modo especial, promovió una imagen de la Iglesia falseada. La veía como una sociedad intransigente, totalitaria, represiva y defensora de ideas que permitían la opresión de la gente inculta.

Se pensó luego, que con la creación de estados liberales y democráticos se rompería esta situación, se difundiría la cultura, y la Iglesia perdería en poco tiempo su influencia social. Pero no todo fue pacífico; hubo grupos radicales que atacaron directamente a obispos, sacerdotes y religiosos, y robaron a la Iglesia a muchos monasterios y hospitales.

Se movieron las ideologías totalitarias del siglo XX: el comunismo, el nazismo y el fascismo. Controlar y denigrar a la Iglesia permitiría al partido o al dictador de turno dirigir la vida de toda la sociedad, sin el freno que podría representar una Iglesia que influyese en las conciencias y que enseñase el respeto a principios éticos por encima de las imposiciones de quienes ejercían, despóticamente el poder.

El actual mundo democrático reconoció un gran espacio de acción a la Iglesia y a las personas qóe creen en religiones distintas, pero saltan nuevos elementos y señales de conflicto. En concreto, cada vez son más frecuentes los ataques contra la Iglesia por parte de personas que dicen defender los valores de la ciencia y la tolerancia.

Nos fijamos en algunos ataques que se repiten periódicamente en dos ámbitos concretos: la ciencia y la fe: Iglesia e investigación científica. Algunas personas consideraban que la Iglesia frena la investigación científica al defender, por ejemplo, que el embrión es un ser humano desde el inicio de su concepción.

Con ideas como estas, dicen, la Iglesia comete una grave injerencia en un campo exclusivo de la actividad científica, un error como el que se hizo en el siglo XVII cuando se condenó a Galileo.

La Iglesia frustraría la experimentación con embriones y la esperanza de millones de personas que algún día podrían ser curadas de enfermedades como la diabetes. Si “sobran” embriones ¿por qué no usarlos para obtener células que ayudarían a curar tantas enfermedades humanas? La oposición moralista de la Iglesia sería así, injustificada y opresiva.

Con este ataque (un botón de muestra) se busca impedir a la Iglesia una actividad que ejerció durante siglos: Defender la dignidad y el valor de todo ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural, como también en todo lo que se refiere a la medicina y a la investigación científica.

Pero, no faltará quien diga que la Iglesia en otros tiempos no defendía la dignidad humana, y recordará el tema de la Inquisición. Sin embargo, la Inquisición, con todos los errores que haya podido cometer, nunca condenaba a hombres simplemente por ser pequeños o grandes, por ser de una raza o de otra, por tener un defecto genético o por no tenerlo.

jueves, 18 de julio de 2024

LA TRIVIALIZACIÓN DEL SEXO... ¡Un mundo erotizado!

 
 ¿Por qué la sexualidad se ha trivializado y al mismo tiempo se ha convertido en algo tan importante en el mundo en que vivimos? La avanzada tecnología -mal usada- es maestra de erotización cuando no, de disfrazada pornografía. 

Hay inflación-oferta de sexo porque su valor disminuyó; por poco dinero se pueden comprar toneladas de él. Antes había menos sexo disponible porque valía mucho, era un bien escaso: estaba protegido detrás de los férreos muros del pudor y la intimidad conyugal, y no se exhibía. 

Se consideraba algo demasiado valioso y trascendente para salir a la luz pública tan alegremente como ahora. Hoy, cuando el sexo está disponible de inmediato, cuando “hacer el amor” con una u otra persona puede ser un juego o una simple aventura, el sexo parece haber perdido su valor. 

Mostrar el cuerpo desnudo es menos importante que rascarse la nariz; que los vestidos no cubran parte de la anatomía corporal es tan poco importante como que haga calor. El sexo hoy es algo poco relevante y sin valor. Por no tomarlo en serio, lo tomamos muchas veces, en dosis a nuestros deseos. Por eso crece la obsesión por él.  El sexo moderno es: 

1. Según el “cientificismo-terapéutico-funcional”, es una actividad necesaria para la buena salud física y psíquica. ¡El sexo es salud! La castidad es perjudicial represión de las fuerzas naturales. Así, abundan “sexólogos” que “ayudan” a lograr la armonía psíquica de la persona con su sexo. El sexo se convirtió solo en una técnica placentera. 

2. Abundan “profesionales” que afirman: “lo importante es que la persona, el individuo o paciente, se sienta bien “con” y “como” es. Y sí la persona es homosexual, pedófilo, zoófilo, sadomasoquista etc. ¿debe igualmente sentirse bien “con” y “como” es? 

3. Sucede lo que podríamos llamar la “banalización lúdica y comercial del sexo”, donde éste se transforma en producto de consumo para clientes que lo demandan. 

4. Muchos afirman que el sexo se elige y la propia identidad se construye a partir del sexo. Hoy se puede cambiar de sexo a gusto y paladar. De tal modo que, si hoy soy “el”, mañana puedo ser “ella

Pero quizá, ante todo se busca el sexo seguro. Según esta concepción, hacer “el amor” es la manera normal de quererse y nada malo hay en ello, puesto que no incluye nada parecido a la “culpa” o “pecado”. ¡Es tiempo del carpe diem sexual! 

El “sexo seguro”, permite cambiar de pareja y aumentar su frecuencia cuantas veces se desee. Una amistad de pareja que incluye sexo desea “divertirse”. Si esto sale mal, aparece el aborto, como “solución”.  

¡Hediondo escupitajo de una sociedad podrida y decadente! Ayer, el sexo era un plato fuerte de la vida. Hoy no pasa de ser un aperitivo. 

Propuesta: La virginidad y el amor para toda la vida son formas de convertirlo nuevamente en plato fuerte. La trivialización del sexo posmoderno, comparte morada con el acto perril o perruno y nada más. ¡No más mamás que furtivamente (kañyhape) introducen en la cartera de su hija de 12 años preservativos -ndajé- para cuidarse! 

Naturalmente, este artículo, me expone al tiro cruzado de algunos reconocimientos, también, me apuntarán dardos de amargas críticas como: fundamentalista, trasnochado, puritano, medievalesco y demás etcéteras. 

Aún así, este servidor expone sus convicciones sin ocuparse de proteger su “yo”. Deseo ser coherente con mis creencias, pero, me rendiré gustoso si algún comentario me demostrara lo contrario, pues estoy abierto a aprender. 

Mientras tanto, hago oportuna la ocasión para saludar a los lectores, al tiempo de expresarles mis sentimientos de respeto. ¡Ta upéciha …. que así sea! 

sábado, 13 de julio de 2024

EL MAÑANA ... ¡NO EXISTE!

 

Repetía una y otra vez aquel profesor: ¡El futuro no existe como campo de acción! 

Dios sabe todo lo que sucederá en nuestras vidas y en el mundo, Sólo Él conoce el inicio y el final. Esto es omnisciencia de Dios. Es decir, nada hay que Dios no sepa, nada hay en el mundo que Dios ignore. La Biblia dice en la carta a los Heb 4:13: “Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios 

El mañana es solo un deseo o algo que vive en nuestra mente y que limita nuestros pensamientos, acciones y el presente. Dibujamos, a veces sin desearlo, nuestro propio pasado. Creando sentimientos de frustración y apatía cuando el presente que vivimos se aleja del futuro que deseamos. 

Es un deseo que esperamos lograr, aunque no siempre damos los pasos correctos para alcanzarlo. Pasa en el estudio, en los negocios y en nuestras actividades cotidianas. Soñamos cómo queremos que sea nuestro puesto de trabajo, la jubilación. También nos creamos una imagen de cómo queremos que sea nuestro marco familiar, de amigos y de hogar. 

Además, nos enseñaron desde chiquitos a buscar el futuro, a luchar por él, a “dibujar” nuestro propio destino, pero nadie o pocos nos enseñaron a disfrutar del camino o del instante que pasa y ya no vuelve. 

Pero, cuando eso que deseamos no llega o si resulta peor de lo que planeamos, caemos en la cuenta de que el futuro no existe como campo de acción. Ocurre también en el matrimonio que lucha por vivir mejor, y que muchas veces  se olvida de vivir el día a día, disfrutar de cada momento o cada pequeña fogata que vuelva a encender la hoguera. 

Le pasa a los padres que imaginan la vida de sus hijos como les hubiera gustado vivir a ellos, en lugar de ayudarles a disfrutar cada aprendizaje, cada vivencia, cada descubrimiento que forjará su personalidad y sus valores.

Dice José Cabrera: “Estamos condicionados por el reloj, el calendario, por agendas. Diseñados para buscar la felicidad sin ser felices. Obsesionados por tener una vida sin vivirla, hasta que entiendes que el futuro no existe. Solo es un sueño, un deseo, una declaración de intenciones. 

Y entonces decides que prefieres dejar de lado la racionalidad y llenar tu presente de emociones, de intensidad, de pasión y de acciones que graben tu pasado. Y agrega: “Si deseas acariciar, acaricias. Si deseas abrazar, abrazas. 

Si deseas ayudar, ayudas. Si deseas escribir, escribes (aunque sea como estoy haciendo yo ahora, en el coche, parado en la puerta de mi casa, porque era cuando me surgió la inspiración”. Es el “hoy” lo que importa. El futuro es el tiempo real con lo que haces. 

El mejor tiempo de vivir el hoy es el presente, aunque el futuro sea incierto. Cuando es tiempo hacer lo que vale la pena y recuperar el tiempo perdido con la gente que amas. Porque, el futuro no existe como campo de acción. Vive intensamente el presente y tu pasado será bello. ¡Ta upéiucha!

jueves, 11 de julio de 2024

QUIEN AMA ...RESPETA. “Es reverencia interior y trato cortés”

 
“Todo el mundo” sabe que la primera y elemental actitud en las relaciones humanas, es el respeto. Pero, ¿cómo respetar al otro, si para mí el otro, nada significa? Es necesario comprender que el semejante, el otro, es un mundo sagrado igual a mí, y como tal, no sólo merece respeto sino también, reverencia -como quisiera para mí.

¿Qué es respetar?  El respeto involucra dos actitudes: una interior y otra, exterior. 1°. Venerar el pudor del hermano como quien venera algo sagrado. 2°. Implica no meterse con el otro. Dice el P. Ignacio Larrañaga: “no pensar mal, no hablar mal del otro”. Y por otro lado significa: “reverencia interior y trato de cortesía”. 

Larrañaga agrega: “La falta de respeto se llama vulgarmente murmuración y, científicamente, violencia compensadora. Quien murmura realiza dos actos: a) entra en el mundo del otro, en su recinto más sagrado, que es el de la intencionalidad; allá levanta un tribunal; b) juzga, condena y publica la sentencia condenatoria”. 

Vulgarmente utilizamos La expresión para significar la falta de respeto: meterse. ¡No te metas conmigo ¿Quién te crees para meterte en mi vida? Se trata de no meterse en el mundo del otro, de no invadir el terreno sagrado y privado (personal-familiar) del otro. 

Con qué facilidad y fruición, por ejemplo, durante la guerra sucia en campañas electorales, ciertos políticos se “meten en la vida e intimidad de sus adversarios, desnudando la carroña o desgracia del prójimo. 

Así las cosas, fácilmente alimentamos un clima enrarecido en la familia, trabajo, vecindad, etc.) Por consiguiente, ya nadie confía en nadie. La sospecha sienta sus reales, salpicando, incluso, a sublimes tareas a favor del bien común que a algún “ingenuo” se le ocurra realizar. 

El respeto -agrega Larrañaga- se vive desde el profundo yo. Viene de dentro. Las palabras destructivas son hijas de los sentimientos destructivos. Reverenciar al otro, significa silenciar lo negativo que siento y deseo expresar en contra del semejante. Y ¿por qué debo actuar así? 

Sencillamente, porque como cristiano, no me es lícito valorar al hermano, como alguien “más pequeño, menos que yo”. 

Por eso, es saludable meditar lo dicho por el célere poeta Juan Ramón Jiménez: “¿Quién sabe del revés de cada cosa?”. ¡Cuántas veces está la aurora detrás de la montaña! La actitud de respeto, se llama reverencia. 

Respetar al otro, podría constituir un excelente propósito que me proponga… ¡ya nomás!

miércoles, 10 de julio de 2024

DOCENTE CRISTIANO... ¡Válido sólo para cristianos!


Quien se declara cristiano, si en él lo cristiano es real y no lo meramente adjetivo, terminará haciendo sonar su voz pedagógica en el entorno, pero no es fácil, apunta Carlos Díaz. Hoy, al docente “cristiano por tradición” le resulta fácil demostrar su cristianismo en el templo pero, le resultará difícil vivirlo en aula, en la cancha, en la calle, en la sociedad. 

Ello porque no tiene pertenencia a lo que dice ser: cristiano. En cambio, grita con inusitado fervor las bondades de su club o su preferencia político-partidaria. Sin embargo, mira por izquierda y por derecha, por arriba y por abajo, antes de referirse a su confesión cristiana. 

Y nada digamos de la casi nula experiencia de profesores que cacarean su cristianismo, pero, incapaces de hacer lo mínimo como orar, por ejemplo, antes de comenzar sus clases; con mayor razón, si en aulas cristianas se desempeña. 

¿Por qué teme declarar lo que dice ser? Al parecer, ¡sería gran hazaña para superhombres Se pregunta el profesor Carlos Díaz: ¿Cuál es la conducta de los egresados de aulas católicas en relación al de otros egresados de centros laicos que jamás leyeron algún texto cristiano, ni tuvieron trato con algún religioso? 

Sencillamente… ¡no siempre se puede distinguir una escuela de otra! 

¿Cuánta es la responsabilidad del profesor “cristiano” que cumple con algún programa por exigencia, aunque luego su ideario fuera vivido de manera incoherente, dada la incongruencia entre lo que dice y lo que hace?  Sofistas de la palabra antes que discípulos de la verdad”diría San Bernardo. 

¿A qué profesor se habría de conceder más importancia en una escuela que quiere ser evangelizadora y humanista, en un país que se declara mayoritariamente cristiano? 

El profesor, por ser un importante referente, ha de transmitir no sólo programas y contenidos, sino, sobre todo, valores. Las escuelas hoy cultúan lo académico en detrimento de los principios éticos. Así, brilla en el imaginario colectivo el gigante tecnológico, pero indigente moral, al decir de un colega. 

¿Cómo actúa un docente cristiano? Sirviendo y amando al alumno. “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma y mente. Este es el primero y gran mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22:37–39). ¿Qué mejor prójimo-próximo que un alumno? 

Lo que impacta de Jesús es Su modo de enseñar. No perdía ocasión para enseñar al que estuviera cerca, sea una multitud o una sola persona. Sus enseñanzas eran vivas no académicas, porque Su palabra es viva. Enseñaba y confrontaba, pero siempre con amor y justicia. Por eso le llamaban “Maestro”.