domingo, 8 de diciembre de 2019

ODIO, VENGANZA o PERDÓN

 ¡SOLO PERDONA EL FUERTE!...
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En ningún caso la venganza personal es justificada. Porque de ser así, no se podría vivir en el mundo ya que, todos nos creeríamos con derecho a vengarnos de cualquiera que nos ofende. ¡Sólo el fuerte Perdona!

Curiosamente, vengarse es mucho más fácil que perdonar. Pero, es posible que lo “difícil” no lo sea tanto, si tomamos conciencia, de que quienes no perdonan a otros, cometen los mismos o peores vicios y pecados que critican. (Lc. 6,42)

Es necesario perdonar. Saber perdonar requiere de voluntad. Dice Madre Angélica: “Cristo nos pide que perdonemos, pero jamás nos ha pedido que deseemos hacerlo (…) Si esperas que aparezca en ti el instinto natural de perdonar, esperarías mucho tiempo

Se oye decir, yo perdono pero no olvido, a lo que el recordado P. Jorge Loring responde: El olvidar puede ser difícil porque no depende de nuestra voluntad. Uno puede perdonar de corazón y no poder evitar el recuerdo. ¡Sólo el fuerte Perdona!

Lo que Cristo manda no es un amor sensible, pues esto no depende de nuestra voluntad. Se trata de un amor de benevolencia, un amor desinteresado, un amor que devuelve bien por mal, que hace el bien al que nos hace daño, independientemente de nuestros sentimientos. Un amor efectivo, no afectivo (…)

El amor a nuestros enemigos que pide el Evangelio no obliga a una amistad con ellos, sino que prohíbe el odio y la venganza o el desear algún mal…Claro está que es lícito exigir la reparación de un daño recibido, pero no por odio ni por venganza, sino por deseo de justicia…utilizar medios justos para hacer justicia. (J. Loring-Para Salvarte p.388).

Es verdad que hay personas a quienes consideramos indignas de nuestro perdón, pero no se perdona porque ellos lo merecen, sino porque es un pedido de Ñande Jara, quien perdona nuestros múltiples y colosales pecados, sin que mínimamente lo merezcamos.

Verdad también es que, perdonar exige una predisposición más allá de toda lógica, pues no es lógico perdonar al ofensor: lo “lógico” en este valle de lágrimas es, devolver el mal y si es posible, con mayor intensidad e intereses, incluido. ¿Ajepa?

Es de personas con espíritu sereno y magnánimo distanciarse por un tiempo de quien lo ha ofendido, para aquilatar la dura tarea que supone perdonar, repetía Secundino Núñez. ¡Sólo el fuerte Perdona!

La oración del Padre Nuestro, es un bálsamo para sanar las dolorosas heridas del ofensor: “ha amó hapó pees conditio sine qua non; perdonar si queremos ser perdonados.

La propuesta de perdonar no es masoquismo, es una maravillosa ocasión para liberarnos a nosotros mismos de la pesada cadena del resentimiento y no para liberar de culpa a quien ofendió.

¡Pidamos na un ayudo mi mba é a la Virgencita de Caacupè! ¿Sí pa anguirú?

sábado, 7 de diciembre de 2019

CAACUPÉ...

¡OASIS  DE ESPERANZA Y GRATITUD!
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Ahí estamos todos en esa interminable fila de peregrinos, donde la igualdad y solidaridad democráticas se hacen patentes como en ningún otro momento del año. Ahí estamos todos, venidos del este y del oeste, del norte y del sur. Miserables y pobres al lado de ricos y opulentos, forman unánimes una gran familia. (cf. S. Núñez - Caacupé, p. 30).

Ahí se concentran miles de almas, cada una con su preocupación y su quebranto, con sus deseos y esperanzas, con sus compromisos y promesas derramando calladamente la indecible confianza con que la fe nos asegura. 

Caacupé es el remanso de la nación paraguaya. Los hombres y los pueblos necesitan de estos oasis de recogimiento y de estos momentos de remanso, en que se renuevan las energías y se esclarecen más el sentido o destino de la existencia.

Caacupé es uno de esos momentos en que la conciencia del pueblo paraguayo se remansa, es decir, donde obtiene sosiego y paz. Como decía aquel poeta: “Caacupé es la playa de estacionamiento donde van a sestear y a pernoctar todos los amores y dolores que transitan por la patria”. (40)

De todos los rincones de nuestro país, de todos los niveles de nuestra sociedad, de todas las edades y condiciones, varones y mujeres, niños, jóvenes y ancianos, todo el pueblo de esta noble nación forma el conjunto de miles y miles de peregrinos que expresan su fe, deseos y esperanzas cada 8 de diciembre.

Decimos remanso de la gran mayoría del pueblo paraguayo, porque no es solamente la devoción mariana la que ahí se expresa y canta. Es toda la historia nuestra de cada día: la privada y la pública, la familiar y la social, con sus éxitos y sus fracasos, con sus alegrías y sus penas, toda la existencia del cristiano allí se pone de rodillas.

Vemos que concurren y expresan sus alborozos los jóvenes que culminaron sus estudios, los novios que pronto harán un nuevo hogar, las parejas matrimoniales y sus mil inquietudes de familia, los obreros y campesinos labradores, quebrantados por el escuálido salario o por la mala cosecha, los legisladores de la nación y los políticos.

Allá van los enfermos y los de buena salud, los dañados por la droga o los afectados por el sida. Problemas de familia o problemas de trabajo, planes de economía y plataformas de políticas, van a parar en Caacupé. Y hasta los futbolistas llegan al Santuario con sus grandes deseos de victorias y clasificación.

Eso fue y será siempre Caacupé: un gran remanso de toda la historia patria. En la paz y en la guerra, en las horas de bonanza como en horas negras de inútiles luchas entre hermanos, paño de lágrimas de todos nuestros quebrando y ánfora sagrada de nuestros deseos. (42)

En medio de tantos apretujones, comiendo chipá o tomando aloja, estarán nuevamente con fe, irradiando resplandor o echando humo, diciendo a Dios Padre, por medio de Jesucristo y de su bendita Mamá, aquella oración verdadera que un padre de familia dijo a gritos delante de Jesús: “Creo Señor, pero ayúdame a creer más” (Mc 9,24) (43)

Es claro que no faltarán, seguramente, espíritus críticos y odios mal contenidos que pueden sentir hasta repugnancia por esta religiosidad popular, llena de cansancio y de sudores

“Quisieran acercarse al Santuario como quienes se acercan a un palacio imperial, con ceremonial cortesano e indumentaria de etiqueta. Son espíritus angelicales que quisieran vivir la comunión con Dios sin mezcla de chipá, sandía y mosto”.

"No pueden ver a Dios, ni mostrar su devoción a la Virgen, en medio de tanta gente que extiende un piri y se duerme en las veredas, o que a la sombrea de cualquier árbol desata su pobre avío, come, y bebe y, otras cosas". 

Y sin embargo, allí está el Padre nuestro, Dios de la encarnación y de la historia, junto al hombre real que le necesita y le busca con toda su pobreza...Y mamá María sabe muy bien que somos oscuros pecadores los que le rogamos interceder “ahora y en la hora de nuestra muerte”. Si mañana vamos morir, ¿qué más da: que estemos sucios, cansados, llenos de polvo y sudor?  (32)

No existe en toda la nación paraguaya, inmensa muchedumbre que con tan espontánea libertad trae sus votos y promesas al corazón de la Mamá serrana. Negar esta realidad es faltar respeto a miles de personas que acuden a Caacupé con sus amores y desamores, dolores, fatigas y esperanzas.

viernes, 6 de diciembre de 2019

EL LAICO EN LA POLÍTICA..

         ¿PARA QUÉ?
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Laicos católicos deben participar en política sin sucumbir a sed de poder” (Benedicto XVI)

En el primer Congreso Nacional de Laicos realizado recientemente en la ciudad de Caacupé, participaron más de dos mil laicos de diferentes puntos del país. Exhortaron a los mismos a ser actores políticos, sociales y económicos en una sociedad que requiere de gente íntegra.

Según el obispo Celestino Ocampos, los laicos son una gran mayoría en la Iglesia, por lo que  deben asumir protagonismo, sentido de pertenencia y profundizar su formación y  asumir el compromiso  de ser fermento en la masa, para la transformación de la sociedad.

La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) propone que el cristianismo debe asumirse de un modo integral. Benedicto XVI, desafiante, cuestiona: ¿Es acaso coherente profesar nuestra fe el domingo en el templo y luego, durante la semana, dedicarse a negocios o promover intervenciones médicas contrarias a esta fe?

Y agrega, “los laicos católicos deben participar, en primera persona, en la vida pública y política para ofrecer su necesaria contribución a la sociedad, formados a partir de la Doctrina Social de la Iglesia que los purifique de la "sed de poder".

La Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) 2014-, ha creído oportuno señalar que el estado de corrupción descrito en la señera carta pastoral “El saneamiento moral de la Nación” (1979) no solo sigue vigente, sino, ha empeorado debido al “crecimiento exponencial del narcotráfico, que inficiona y coopta a sectores de la política, ramificados en los Poderes del Estado”.

Se trata de una alarmante afirmación con la que solo cabe concordar. La “quiebra de los valores morales” denunciada en aquel documento, aún no ha sido respondida con la conversión personal y el saneamiento de las instituciones públicas y privadas, como puede constatarse día a día.

¡Y la cosa sigue peor aún, sin frenos ni barreras! Al punto, traigo aquí lo dicho por S. Núñez:

“Nuestro numeroso laicado católico no ha generado para nada una viva conciencia de la responsabilidad política" y agrega: Nuestra vocación extraeclesial de laicos está maniatada e inoperante". "No sabemos y no queremos el compromiso político".

Pero el maestro no se detiene simplemente en diagnosticar el mal. Propone estimulantes desafíos para despertarnos de nuestra beata somnolencia:

 Desafío. Que nos demos enteramente al servicio y promoción de los valores temporales, como son la economía, la política, las artes, las ciencias y la técnica. Es decir, en todos los aspectos y momentos de nuestra vida. Y por consiguiente, que la purifiquemos de toda corrupción, a la que la malicia de los hombres hemos sometido.

 Desafío. Que sepamos con toda profundidad y fuerza que la eficacia de nuestra acción, viene de la interioridad de vida, de la oración permanente, del sacrificio abnegado y del silencio de nuestra humildad. No viene de la fuerza bruta "mbareté", ni de los títulos, ni de las artes o argucias de la astucia humana, es decir, de las conciencias averiadas.

Desafío. Comprendamos muy bien que nuestra conducta y acción deben imitar a la acción providente de Dios Padre, que hace salir su sol, sobre justos y pecadores y hace caer su lluvia sobre buenos y sobre malos.

 Es tiempo para que el cristiano, mire y vea al otro, por encima de la billetera, de su corbata, de su status social, de su principesca casa y de sus efímeras satisfacciones que producen el aplauso fácil, muchas veces inmerecidos, pero obligados.

Por último, hay un bravo y difícil desafío, que día y noche nos llama al cuidado y buen juicio: es la codicia del dinero. No el dinero; sino la codicia del dinero, que hoy se ha desatado sobre el mundo con una angurria impresionante.

Es una verdadera pena que muchos "inteligentes", participen "en la loca carrera del quien tiene más y en el menor tiempo posible, y no interesando los medios". Es que, el dinero queda en el bolsillo; la codicia destruye y mata al hombre.

Por ello, repetimos- necesitamos de laicos sanos que sustituyan al político saqueador; al mbareté con el débil, y débil lamebotas con el fuerte; al “judas” que por usar saco y corbata en su curul, se cree superior a quienes dice representar; en fin, al "desecho moral" de la nación…

Necesitamos un cristiano decente, sereno equilibrado, educado. Un político que por fin, sea honesto, valiente y patriota. ¡Si los buenos callan, el infierno se irá extendiendo, por consiguiente, ¡adelante los heraldos de Jesucristo


jueves, 5 de diciembre de 2019

SI LA MAYORÍA DICE... ¡YA É YA”..

  ¿AÑETE PIKO ERÉ?
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El dicho, ¡Hablando se entiende!, es regla por todos aceptada para zanjar cualquier diferencia. Diálogo, por tanto, es el camino para evitar o solucionar muchos problemas. Además, el diálogo sana agrietadas relaciones interpersonales.

Luego, si el hombre llega a un consenso por mayoría, cualquier pacto se concretará, es decir, ¡Ya é ya!. Tenemos carretilladas de ejemplos.

El refrán: “la voz del pueblo es la voz de Dios”, muchas veces es tan “cierto”, como que el Paraguay está ubicado en el Polo Norte. Porque el error cometido por la mayoría, es una de las grandes limitaciones del consenso, si está ausente el juicio equilibrado.

Cuenta José Antonio Marina -filósofo español 1949: “Un esclavista decidió poner en libertad a sus esclavos. Pero muchos de ellos pensaron que la libertad sería un yugo mucho más pesado que su acostumbrada esclavitud.

Así que lo sometieron a votación, y los que rechazaron la oferta de libertad, ganaron por mayoría absoluta. Por esa ironía, el amo se convirtió en esclavista, por voto universal”.

La decencia se mueve en el campo cualitativo, la mayoría, en lo cuantitativo. ¡Mba éicha pio la ne re entendé anguirúi!

Paradójicamente, esta situación muestra las limitaciones del consenso por el consenso. Conocemos acuerdos absolutos como injustos que han durado milenios sobre la carencia de los derechos del niño (…). Porque los hombres han estado mayoritariamente de acuerdo en colosales disparates, afirma José R. Ayllón, “Desfile de Modelos” p. 187.

Un ejemplo: La polémica Ley 4.950/13 que creó el Seguro Obligatorio contra Accidentes de Tránsito (SOAT) finalmente fue derogada por el Congreso tras la ola de críticas e irregularidades en su reglamentación.

El proyectista argumentó la confusión que se generó con la normativa, ya que viola la autonomía de los municipios, condicionando la entrega de patentes y registros de conducir.

¿Cómo es posible que haya una ley tenga interpretaciones distintas? ¿Quién tiene razón cuando los valecho aká guasu kuera no se ponen de acuerdo?...como el caso de la gastada e impertinente reelección presidencial? Una de dos: O la ley es contradictoria o i po karé formal la mburuvichillo kuera.

Es preciso entender que la Ética no nace automáticamente del consenso, pues como la experiencia nos enseña, hay acuerdos que son traiciones y matan.

 Alasdair Mac Intyre, filósofo inglés (1929) en su Historia de la Ética, propone este sencillo problema: Si en una sociedad de doce personas hay diez sádicos, ¿dispone el consenso que los dos no sádicos deben ser torturados? (….)

Y para no ser acusado de jugar con lo inverosímil, hace otra pregunta: ¿qué validez tiene el consenso de una sociedad donde hay acuerdo general respecto del asesinato en masa de judíos?

Lo mismo podemos decir cuando legisladores que se creen dueños de la vida y muerte, decretan por mayoría (el aborto) la occisión (masacre) de inocentes.

El mismo se responde: el consenso sólo es legítimo cuando todos aceptan normas básicas de conducta moral.

Aceptar normas básicas de conducta moral quiere decir, que el debate no es el último fundamento de la ética, pues un fundamento discutible dejaría de ser fundamento. ¡Mba éicha pio la ne re entendéi!

Por eso dice Aristóteles que quien discute si se puede matar a la propia madre no merece argumentos sino azotes. La ética solo se puede fundamentar sobre argumentos no discutibles; nunca por  consensos ni por mayoría.(José R.Ayllón -Desfile de Modelos).

miércoles, 4 de diciembre de 2019

ADVIENTO....¿QUÉ ES?

¡ES, ESPERA EN  "PY´Á ÑEMONGUETÁ"!...
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Adviento es un tiempo que comprende cuatro semanas que preceden a la Navidad. Son los cuatro domingos anteriores a la Navidad y forma una unidad con la Navidad y la Epifanía. Espera y preparación para la venida de Jesús mediante la purificación de nuestro interior.

La Biblia dice que el Ángel Gabriel, se le apareció a María, indicándole que pronto daría a luz a un niño, hijo de Dios, Jesús, y su reino no tendría fin. Ese tiempo de espera, es Adviento.
El término "Adviento" viene del latín adventus, significa venida, llegada.

Con el Adviento comienza un nuevo año litúrgico en la Iglesia. Propósito del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor. ¡Es, espera y py´á ñemonguetá!...

Vivimos tiempos difíciles y el mal reina, a pesar de los esfuerzos que se hacen. Entre otros males, acusamos siempre a los otros. Rara vez, a nosotros mismos. San Agustín llama “hombre sin remedio” a aquel que ignora sus propios pecados para acusar a los demás.

No busca lo que tiene que corregir, sino lo que puede morder. Contra este mal espíritu, la tradición cristiana propone la prédica de la “acusación de sí mismo”, dirá el Papa Francisco. (Cfr. “Sobre la Acusación de sí mismo” p. 6).

Pero esta sugerencia hoy, chocará con graves obstáculos: el pensamiento débil del mundo posmoderno y relativista, juzgará un acto de “baja autoestima y cobardía”, la acusación de sí mismo. Nunca aceptará que acusarse a sí mismo sea manifestación de valentía. En puridad, esta sí, no es tarea para cobardes.

La incapacidad de acusarse a sí mismo es una herramienta que alimenta la soberbia, alejando la valentía y humildad para reconocer los propios errores. En el edén, Adán acusó a Eva y ésta, a la serpiente… y hoy sigue la misma historia.

Esta obstinada negativa produce un hombre “coleccionista de injusticias” al vivir pensando, midiendo y pesando las injusticias y maldades provocadas por los “otros”. Así las cosas, vive amurallado por su falsa verdad, en permanente estado de alerta y a la defensiva.

Entonces, ¿qué tenemos?..Alguien que siempre acusa y condena, a los demás. Nunca a sí mismo. (cfr. Acusación de sí mismo p.13)

La inconducta del hombre tecnita pinta de cuerpo entero lo expresado, pues en nombre de la verdad, pluralidad, dignidad y libertad, aparecen terrícolas pontificando a voz en cuello, aquí y allá sobre ética, sin adecuar su “hacer” a sus palabras, al decir de José Ingenieros.

No es clavando líricamente los ojos en el firmamento como vamos a producir la conversión que tanto decimos anhelar, sino poniendo manos a la obra, mediante la revolución personal -dirá Mounier- que consiste en “apuntar el cañón” hacia nuestras propias iniquidades, es decir, acusándonos, para limpiar nuestra casa – en este caso – y recibir al ilustre Niño-Dios.

Dice el P. Francisco: “Aprendamos a no fiarnos nunca de nuestras sospechas y suposiciones, éstas, están llenas de malicia y no dejan el alma en paz”: Es la mentira del pensamiento.

Y agrega: “Siendo nosotros víctimas de las pasiones, no debemos fiarnos absolutamente de nuestro corazón, porque una regla torcida, hace torcido todo lo que es derecho. 

Conclusión: El Adviento es estar atentos al Señor que viene. ¡Es un tiempo de esperanza! “¡Estar despiertos y vigilantes!” No es una amenaza. Es una Exhortación. Viene en cada pobre y necesitado y vendrá al final de los tiempos como Él nos prometió.

Cada uno sabe cuáles son sus “excesos”. Ya es hora de “despertarnos” de nuestra apatía, nuestra indolencia, y es preciso luchar con más decisión y arranquemos de raíz todo aquello que puede desagradar al Señor que viene. Y esperamos al Señor con el corazón limpio y en paz.


martes, 3 de diciembre de 2019

¡SED DE JUSTICIA! ...

¿UTOPÍA POSIBLE?
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Se lee en el diario Abc de fecha 01.12.19: “Parlasur, un ejército de zánganos que le cuesta caro a Juan Pueblo. El dinero público no solo se roba, sino que también se derrocha (…) Un ejemplo palpable lo constituye el dinero que se destina para financiar el ocio y el turismo de un grupo de políticos parásitos que representan a nuestro país en el completamente  inútil Parlasur”.

Son 18 supuestos legisladores regionales, con sus respectivos suplentes, que no hacen nada útil, cuyas resoluciones no sirven absolutamente para nada –no son vinculantes– pero tienen sueldos de parlamentarios, además de una sede y hasta numerosas personas a su servicio (…)

Más de 23.000 millones de guaraníes costará este año mantener una representación totalmente prescindible. Esa suma se puede reducir al mínimo indispensable, como enseña la experiencia de los demás países socios. Los “parlasurianos” ofenden a la población carenciada y al sentido común, con la complicidad de los Poderes Legislativo y Ejecutivo.

Con muy buen criterio, en los otros países socios (...) han encontrado la solución justa al problema: los representantes ante el Parlasur son designados entre los legisladores electos, a quienes se les paga un viático las veces que viajen para alguna de las escasas e inútiles reuniones en Montevideo.

Por lo dicho y no dicho, y por tantas abominaciones más que nos  azotan, anhelo profundamente:

* Un político que sienta remordimientos por mal desempeño en sus funciones.
* Un  político que no "sirva a su país" sólo motivado por dinero. 
* Un político que no sea esclavo del correlí más mbareté.

* Un político que no aplaste al pobre, mientras sigue lamiendo las botas del nuevo Epulón.
* Un político decente, sereno equilibrado, educado. No un mono con pantalones y corbata.
* No, político que cree estar en la “cresta de las olas”, siendo sólo desecho a la vera del mar..

* Un político que “conozca y comprenda” el real significado de “servicio y dignidad”.
* Un político que sea decente, cumplidor de las leyes justo; ya no un delincuente.. Es decir;
* Un político que por fin, sea honesto, valiente y patriota. 

Que nos haga vivir -si no en un Paraíso-, al menos, ya no en un infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. (Mr. 9, 48) En un Paraguay que se dice mayoritariamente cristiano –autoridades incluidas – ¿acaso es imposible anhelar un país limpio, con justicia y menos calamitosamente luciferina?

Soñar no cuesta nada, pedir, tampoco. Quizá el Niño Dios nos dé una manito en esta Navidad. 

lunes, 2 de diciembre de 2019

“HOMBRE SIN ÉTICA”...

¡TERRIBLE AZOTE SOCIAL!
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¿Dónde está la tan cacareada Ética? ¿Dónde está decencia de miles “profesionales” que las “Altas Casas de Estudios” “escupen” al mercado años tras año? Quien practica la virtud de la ética profesional hace lo que debe y está en lo que hace. ¿Re entendé pio karai arandueté?

¿Cuántos brillantes egresados de todas las carreras y colores hacen vida –practican- esta verdad en la función pública y fuera de ella? Respuesta: Pocos. Ensayamos alginas probables causas:

Los enunciados de la “ética profesional” no pasan de un compendio de inútiles declaraciones líricas. Luego, si el profesional universitario-acartonado - no hace lo que debe y, hace mal cuando lo hace, ¿qué ha de esperarse del hombre “no instruido”?.

Así las cosas, el pokaré en creciente desarrollo, permea sin pausas el tejido social. Esta tragedia que nos empuja vertiginosamente hacia el precipicio de la nada, podemos entenderla desde tres capas según E. Mounier, filósofo francés (1905-1950):

1. Inmoralidad: El modo más superficial de entender la desmoralización es explicándola cuantitativamente. Se comete todo tipo de tropelías a sabiendas y sin pudor, quizá porque el “pueblo” entiende que estar en democracia es hacer lo que se quiere, incluso, delinquir.

Si  “los “capos loo” hacen, ¿por qué yo no? ¿Cómo medir la salud moral de un pueblo oprimido y hambriento de justicia? (…) Las estadísticas no cuenta en el campo moral.

2. Permisividad: Nuestra sociedad es de signo permisivo, una sociedad hipócritamente amable y pluralista. Pretende ser “tolerante”. Es permisiva y repercute profunda y negativamente y en nuestra manera de vivir… o ¿sobrevivir?.

La permisividad de nuestra sociedad enferma –dirá aquel profesor-, tiene dos fuertes pilares: La social y la jurídica. En la primera, conductas reprochables del ayer - robos, adulterio, coimas-, son socialmente aceptadas, gozan impúdico espacio sin provocar la reacción de los “decentes”.

En cuanto a la permisividad de tipo jurídico, los valores morales y cristianos, no pocas veces son avasallados por la ley positiva. Aborto terapéutico, delincuentes de frondosos antecedentes son favorecidos con medidas sustitutivas, entre otras lamentables como grotescas acciones u omisiones, que adornan nuestra moral liliputiense.

Una sociedad permisiva es una sociedad falsamente libre, porque todo lo permite y nada garantiza. En ella prospera la delincuencia organizada, la droga, y otros múltiples males. Una sociedad hedonista, violenta y erotizada que cultua frivolidad tiene su raíz en la permisividad: auténtico absolutismo del libertinaje.

3. Amoralidad: Llegamos ahora a la interpretación más profunda del nivel ético. Aparece hoy un hombre ignorante de valores y conciencia averiada. El amoral abusa del cargo para satisfacer su enfermiza angurria. Se es amoral por ignorancia o por conciencia averiada.

Si Ética es el “arte de vivir para ser mejores”, según Sócrates o, el “camino para alcanzar la beatitud”.... ¿Por qué no incorporar la ética a nuestro “sistema operativo AHORA?

Ayunemos anguirú kuera de tanta mala praxis, porque todos, absolutamente todos, podemos cambiar... si queremos. Para el logro de este titánico objetivo, la respuesta es volvernos a Dios.  


domingo, 1 de diciembre de 2019

A DIOS ALABANDO…

¡Y AL PRÓJIMO MASACRANDO!
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El cristiano incoherente da escándalo y el escándalo mata”: (P. Francisco 27.02.14).

Se es cristiano mediante el sacramento del bautismo. El verdadero cristiano da testimonio de Cristo, es decir, "piensa como cristiano, siente como cristiano y actúa como cristiano”. Solo así,  es un cristiano coherente.

A quien "vive un cristianismo de papel”, aunque activista, pero odia y golpea a su hermano con su lengua viperina, como cadáver se le pudre las palabras en la boca: ¡su odio daña al grupo!

A propósito: Cuentan que alguien visitó a un sabio y habló mal de otro amigo del sabio, y este dijo: después de tanto tiempo, me visitas para cometer tres delitos: 1º, procurando que odie a la persona que aprecio; 2º, me preocupas, haciéndome perder la serenidad; y 3º, te acusas a vos mismo de calumniador. Si así, ¿qué clase de servidor soy?

Recordemos una de las enseñanzas de Sócrates. Se trata de las famosas tres preguntas, muy útiles para nuestras relaciones humanas. Cuenta la historia que estando Sócrates sentado reflexionando, llegó un conocido suyo y le hizo la siguiente pregunta:

- Sócrates, ¿sabe usted lo que acabo de oír acerca de uno de sus estudiantes?

* Espera -dijo Sócrates-. Antes de contarme nada me gustaría hacerte tres preguntas. La primera tiene que ver con la verdad:

* ¿Estás seguro de que lo que vas a contarme es cierto?.
-  No, respondió el joven, acaban de contármelo.
 Es decir, que no sabes si es cierto o no -contestó Sócrates.

 Ahora la segunda pregunta, que tiene que ver con la bondad:
* Lo que vas a decirme de mi estudiante, ¿es algo bueno?.
- No, pero…

* Por lo tanto -interrumpió Sócrates-, ¿vas a decirme algo malo de otra persona, a pesar de no estar seguro de si es verdad o no?.

El joven, avergonzado, asintió. Sin embargo, al viejo filósofo aún le quedaba una pregunta: La tercera pregunta tiene que ver con la utilidad -dijo Sócrates:

* Lo que vas a contarme de mi estudiante, ¿será provechoso para alguien?.
- No, en realidad…

* Bien -continuó Sócrates-, lo que quieres contarme es algo que no sabes si es cierto, que no es bueno y que ni siquiera es de provecho para nadie. Entonces, ¿por qué hablar sobre ello? ¡Vete de aquí con tus chismes infundados!

No hacen falta tantas explicaciones para entender la enseñanza. Muchas veces comentamos cosas malas de los demás, sin saber a ciencia cierta si esa información es verdad y a sabiendas de que es algo que no es de utilidad para nadie, simplemente por el mero hecho de criticar.

Ya lo dijo de manera graciosa  Tito Maccio Plauto (251-184 a.C.), el autor de comedias latino:

“Los que propagan el chisme y los que la escuchan, todos ellos deberían ser colgados: los propagadores por la lengua, y los oyentes por las orejas”. 

Maledicencia es sinónimo de calumnia, difamación, engaño, mentira y malicia. El modo de desparramar el ñe é reí es divulgando mentiras o medias verdades. Es un pecado porque vulnera los derechos de otros, cayendo  fácilmente en la no verdad.

El sólo acto de difundir habla de mala intención, porque los oidores-cómplices katueté vointe, agregan alguna cosita para que la calumnia se hinche como levadura en el pan. (Lv. 19.16).