miércoles, 3 de noviembre de 2021

CALIDAD DE VIDA ¿Física o espiritual?

 
Dicen que, calidad de vida es un conjunto de factores que da bienestar…tanto en lo material como en lo emocional. Satisfacer necesidades humanas: Gozar del tiempo libre para un hobby o disponer de una vivienda con todos los servicios básicos… 

Tener salud física, poder acceder a un hospital de “nivel”. Comer bien 3 veces al día, libar la grata “ceecita”, tener coche, smartphone, tranquilidad, es decir, tener la billetera-pira pire, para necesidades básicas y algún caprichito… ¡saé loo! 

Un modo de medir la calidad de vida es el índice de progreso humano. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) mide el nivel de desarrollo de cada país: esperanza de vida, la educación o el ingreso per cápita. Y aun así, se puede vivir una “vida de perros”… ¿Por qué? Porque:

El hombre, además de vida vegetativa-cuerpo y sensitiva-sentidos, es espíritu encarnadoJon Sobrino dice que vida espiritual significa vivir con espíritu de apertura, fidelidad, disponibilidad, respeto, solidaridad

La verdadera vida espiritual implica un espíritu de santidad, que no es otra cosa que el compromiso real con los “pobres”. 

Y Pablo apunta: “Todos pecaron y están privados de la gloria de Dios” (Rm 3, 23). “El malvado escucha la voz del pecado en el fondo de su corazón...Piensa demasiado bien de sí mismo para apreciar su culpa y detestarla”. (Sal 36,2-3). 

También el pecado “habla”, como hace Dios en la Biblia; él también emite oráculos (palabras) y su cátedra (asiento) es el corazón humano. El pecado habla al corazón del hombre; por eso es absurdo esperar que el hombre hable contra el pecado. 

Así, digo con el P. Cantalamessa: Yo mismo, que estoy escribiendo sobre el pecado, soy pecador; luego, debería decirles: ¡no se fíen demasiado de mí ni de lo que digo! El pecado es una cosa seria, infinitamente más seria de lo que yo soy capaz de hacerles comprender!. 

Porque, en mi joven vida -poco admirable y menos única, pero mía al fin, porque como dice Unamuno, -es la que más de cerca me tocó vivir- actué en contra de muchas normas básicas que debe cumplir todo bautizado. 

No viví mi fe, luego, la coherencia no era una virtud, según la creencia que decía profesar. El descontrol emocional, la inseguridad, los virajes de 180 grados me llevaron a golpear-incluso a los amigos- y a volverse fieros “enemigos”, en fracción de segundos. 

Pero un día, hace más de 3 Pero, un día, hace más de 3 décadas, la Misericordia Divina se apiadó de este pobre reo. Me hizo ver que"calidad de vida", no es tener todo lo que se desea, sino estar en paz con uno mismo, aunque no todo lo posea y con los problemas propios de todo ser humano. 

Así, no me creo el mejor esposo, el mejor papá, el mejor vecino ni el mejor cristiano. Y no por reconocer las miserias gozo de ellas. Por ello, aunque no soy todavía lo que quisiera ser....¡ya no soy lo que era...no por mérito, sino por Gracia!

Entonces, calidad de vida -aun en las dificultades- es estar en paz consigo mismo, aunque no todo sea siempre “color de rosas”, luchando tenazmente contra los errores para religar la amistad con Dios. ¡Lo demás, vendrá por añadidura! 

Huye del pecado como de una serpiente (…) Toda maldad es como espada de dos filos; las heridas que causa no tienen curación. Delirio de grandeza y orgullo destruyen la riqueza; la casa del altanero quedará destruida”. (Eclo 21:2-4). 

(Esto es sólo un testimonio, nada más...nada menos).

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